Maestros al servicio de la educación

[Rosy Cisneros] Y ahora te comparto: ¿Qué hemos hecho cuando nos enfrentamos a un grupo indisciplinado?

A lo largo de mis más de 35 años de maestra y directora, son muchas las historias que te podría platicar de estos grupos que nos “sacan canas verdes” como decía la abuela.
Salones ruidosos, que cuando más gritas, más conflictivos se vuelven; alumnos sin la menor intención de poner atención ni trabajar, el tiempo encima para terminar lo programado y el estrés hasta el cielo!

Primero que nada, quiero decirte, que estos grupos son los que más te hacen crecer como docente, pues en verdad son grandes retos a los que tendrás que buscar distintas formas de actuar, ganando puntos en tu larga y personal historia de vida.

Yo recuerdo en mis primeros años, haber tenido por 3 años consecutivos, a los niños de 1o. de primaria, eran salones con 50 alumnos!!!

Y lo más difícil es que unos sabían leer y escribir con el método del colegio en donde trabajaba, otros sabían hacerlo con métodos diferentes y otro puñado de chaparritos, no sabía ni pizca de letras, era un caos total.

Pero de los 3 grupos, ya de por sí muy conflictivos desde el punto de vista pedagógico, uno de ellos era el infierno en acción.

No se callaban, andaban parados y brincando como si trajeran pulgas en los zapatos, cuadernos tirados, lápices extraviados y yo…extenuada al mil.

Reconozco que había días en que quería pensar que podía cambiar de profesión, pero ese espíritu de “ahh no, tienes que poder!!” me empujaba a regresar.

Primero, empecé a organizar a los pequeños en diferentes formas, a veces los sentaba a todos los que ya sabían juntos y les llevaba copias para que trabajaran mientras atendía a los que estaba perdidos en la inmensidad de su cuaderno. Otras veces, sentaba a los que sabían para que les ayudaran a los que no y me funcionaba bien por un tiempo, hasta que tenía que buscar otro recurso. Recuerdo haber hecho un panal con papelitos para pastelito sobre un gran cartón y los niños tenían sus abejitas marcadas, así es que los que trabajaban y se portaban bien, podían permanecer en ese panal, si es un acondicionamiento muy ortodoxo, pero había que echar mano de todo lo que me pudiera servir para no morir en el intento.

Pasaría mucho tiempo describiendo todas las estrategias que inventé para lograr controlar al grupo, pero puedo decirte que tuvimos un año muy bueno y nunca olvidaré a ese grupo que me hizo pensar y crecer.

En la actualidad, la Neuroeducación nos ofrece una gran cantidad de estrategias para lograr los mejores resultados en menos tiempo, si yo las hubiera conocido, creo que mi vida en esos salones  hubiera sido más sencilla.

Ahora con el conocimiento que las Neurociencias nos ofrece, te puedo compartir algunas ideas que podrías servirte para lograr mejores resultados…te gustaría?

Primero, cambia de actitud, no inicies tu día pensando en lo mal que se portan, espera cada día lo mejor de ellos y siéntete con la certeza que esto llegará muy pronto.

Nunca les demuestres que estás fuera de control, respira profundo con una ligera sonrisa pensando “esto pasará y mi grupo será el mejor”…difícil, ¿verdad? pero no imposible y este será un gran paso, te lo aseguro.

Identifica a los líderes positivos y a los que tienden a buscar el desorden, ponlos a trabajar a tu favor.

Crea un “Código de Honor” en el que ellos serán los que pongan las normas de control  y sus sanciones, observa que es diferente que tu hagas un reglamento, que es impuesto por ti sin ninguna responsabilidad de autorregulación.

Y aunque el condicionamiento clásico que Pavlov propuso en su teoría de psicología conductual ya se oye muy antigua, en algunos casos será oportuno usar algunas estrategias mientras se logra la autorregulación en los alumnos. Así es que el típico “ si terminamos el trabajo en 10 minutos, tendremos 3 minutos de tiempo extra en recreo”, “ si nos mantenemos trabajando bien, podremos tener el viernes un club especial” o lo que te ayude a redirigir la energía a los que deseas. Te sugiero evitar quedarte en esta forma de regular la conducta, será tan solo un pequeño principio mientras encuentras estrategias más proactivas.

Nosotros, los Neuroeducadores, tenemos una gran gama de ideas basadas en el conocimiento que la Neuroeciencia nos ofrece, tales como planear tus clases con situaciones que les interesen, no te has puesto a pensar que, si esos chicos revoltosos estuvieran jugando un videojuego, ¿estarían tan callados que no se escucharía el vuelo de una mosca?, pues justo es lo que te dicen, que lo que les enseñas está aburrido, o no les interesa, gánate su atención, busca empatar los objetivos con situaciones de la vida que sean de su interés y mantenlos así: interesados.

Cuando un grupo tiene exceso de energía, tendrás que buscar cómo desgastarla un poco para poder redirigirla, salir a correr por unos minutos, o brincar en el salón o bailar un poco y terminar con respiraciones largas y profundas. Pide que cierren sus ojos y ponles música suave, déjalos que descansen recostados sobre sus mesabancos unos minutos escuchando como entra y sale el aire de sus pulmones…!hay tanto por hacer!

La Neuroeducación ha sido, la llave maestra a ese oasis en el que tú y tus alumnos tendrían  que vivir durante la jornada escolar, nos ha dado un gran respiro para crear estrategias eficaces para el logro de los objetivos y espero que estas ideas te ayuden.


Autor:
Profa. Dra. H.C. Rosalina Cisneros Blancas. México. D.F.
Neuroeducadora ECC, Educando con Cerebro y corazón
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de facebook: rosycisnerosneuroeducadora
Web: rosycisneros.net

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