Como muestra la realidad, las buenas calificaciones no siempre te dan el boleto a un futuro feliz y no siempre los que eran malos y con bajo rendimiento escolar, después de la graduación, se quedan sin trabajo. Entre los mediocres, hay personas ricas y famosas, con el éxito y la perseverancia que podrían ser asunto de envidia para muchos.
La inteligencia es un concepto abstracto, y el rendimiento académico no necesariamente es la mejor manera para medirla. El éxito de un graduado se define sobre la base de lo que haya logrado fuera de la institución, y la escuela no siempre es una verdadera preparación para lo que nos espera en la vida independiente.
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Steve Jobs, por ejemplo, nunca se graduó en una universidad. Mark Zuckerberg y Bill Gates, tampoco. Sergei Korolev, quien lanzó el primer satélite artificial al espacio, era bastante malo en la escuela. Vladimir Mayakovsky estudiaba tan mal que no pudo terminar de leer Anna Karenina. Y Joseph Brodsky fue uno de los más ignorantes en su escuela, lo cual no le impidió recibir un Premio Nobel de Literatura.
De hecho, debemos ser conscientes de que las calificaciones escolares son únicamente un número y donde realmente reside el éxito no es en la cifra de una nota después de hacer un examen. Reside en el esfuerzo del alumno, en sus ganas y su motivación por aprender. En aquello que realmente le motiva y le hace investigar para saber más.
Las notas no reflejan la realidad
Esto es así, las notas no reflejan la realidad en cuanto a la capacidad intelectual de los niños ni tampoco reflejan sus habilidades. Por mucho que pensemos en la importancia de los exámenes o las notas, la verdad es que eso no lo es todo para un buen aprendizaje y un buen futuro para los que hoy son niños o adolescentes.
No hace falta tener unas calificaciones perfectas para que un niño o una niña tenga un futuro prometedor. Unas buenas notas no dan la felicidad y unas malas notas no tienen que estigmatizar a los estudiantes. Además del esfuerzo, otro factor importante para el éxito futuro es la perseverancia.
Veamos algunos ejemplos:
- Steve Jobs o Bill Gates nunca se graduaron en la universidad
- Sergei Korolev (lanzó el primer satélite artificial al espacio) no era bueno en la escuela ni sacaba buenas notas
- Joseph Brodsky, quien recibió un premio Nobel de literatura era de los peores alumnos en su clase
La abstracción de la inteligencia
Si bien es cierto que en esta sociedad parece que se quiera etiquetar todo, hay cosas que no es posible. La inteligencia es algo abstracto y ser bueno o malo en la escuela no te hará ser mejor o peor en la sociedad en el futuro.
De hecho, la escuela está bien para aprender conceptos básicos de la vida, pero no te prepara para el futuro, ni tampoco para la vida independiente. Para obtener éxito se requiere:
- Emoción
- Motivación
- Pasión
- Perseverancia
- Aprender del fracaso
- Tomar los errores como maestros
Y esto, no siempre se aprende en un pupitre. De hecho, aquellos que les cuesta más sacar esas esperadas buenas notas, tienen que lidiar con la frustración, con los fracasos, deben aprender a manejar estas emociones en la infancia y superar adversidades.
Aprenden a tomar riesgos, a buscar soluciones, a utilizar su creatividad para poder tener éxito a corto y largo plazo. Todo esto, les convierte en personas adultas extraordinarias con un gran potencial. Un potencial que no debe verse socavado por culpa de unas malas notas, no hay que etiquetar a ningún alumno de mejor o peor solo por sus notas.
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El líder interno
Un estudiante que no saca muy buenas notas, suele ser un magnífico líder y sabe guiar a los demás, a pesar de las normas que pueda tener el centro escolar. Su creatividad no tiene fin y eso es lo que realmente hay que potenciar.
Pensar fuera de los límites establecidos es donde se encuentra el éxito, porque requiere creatividad. Quizá no le interese lo que tiene entre los libros, pero es más que probable que tenga grandes intereses en otras áreas, ¡y debe descubrirlas! Solucionar los problemas creativamente, pensar que no hay nada imposible si se intenta las suficientes veces… ¡esto es el éxito!
Es importante no desmotivarse, no pensar que no somos capaces… Lo que se debe tener presente es que con ganas y valentía, se puede conseguir cualquier cosa que nos propongamos y que esté a nuestro alcance, teniendo en cuenta nuestras habilidades y capacidades.
Este contenido ha sido publicado originalmente por etapainfantil.com