La escuela no puede convertirse en el segundo hogar en tanto su hogar no sea la primer escuela

La escuela es el lugar dedicado a la educación por excelencia, así ha sido por siglos y a pesar del cambio que naturalmente se da de un país a otro o de una localidad a otra, cada centro escolar se mimetiza e integra con la comunidad en donde se encuentra ubicado.
A pesar de la diferencia y a pesar de las variantes que ello significa, existen denominadores comunes que circunscriben la relación familia – escuela que vale la pena destacar. Una de ellas, tiene que ver con las expectativas que las familias colocan en la escuela, brindando una esperanza para el futuro de su familia.

Al contrario de lo que pudiera parecer, la verdadera educación no se da en la escuela sino en la casa. Es en el hogar en donde se sientan las bases, las condiciones y los fundamentos de lo que habrán de ser cuando se conviertan en adultos socialmente responsables o no.

Es por ello que la escuela no puede convertirse en el segundo hogar en tanto su hogar no sea la primer escuela, en donde aprendan, comprendan y vivan los principios y valores que tanto se pide a la escuela. En el centro escolar existe todo un bagaje de contenidos que se le exige al docente distribuya en el ya de por si siempre poco tiempo del ciclo escolar.

Recuerde: está en Usted, en su ejemplo, sus valores, en aquello que su niña o niño observa cuando le contesta al vecino, cuando permite o no el pase en el cruce peatonal, si toma o fuma, en la forma en que se dirige a los adultos mayores, en cómo los reprende, en el respeto que muestra a su pareja, en la forma en que reacciona cuando un oficial de vialidad lo detiene por pasar una luz roja, la manera en que reacciona cuando lee una noticia o habla del incidente, del migrante o la niña que vende dulces o limpia vidrios en el semáforo, apreciará igualmente el mensaje que Usted le envía cuando discute sobre el feminicidio que se dio ayer o en la manera en que se justifica la violencia hacia la mujer por medio de “inocentes” chistes en casa o con sus amigos. TODO ELLO SÍ ES EDUCACIÓN.

Definitivamente es en ello en donde Usted encontrará los principios y valores que estará aprendiendo en su crecimiento y desarrollo, así como seguramente será la forma en que habrá de  reaccionar cuando crezca con su pareja, con su vecino, con el resto de conductores y, aunque le cueste creerlo, con Usted cuando ya sea un Adulto mayor.

No, en la escuela no se educa, en la escuela se aprende. Es en la casa, en el calor o frío del hogar en donde se construye la personalidad, se educa el carácter y se forman los valores que se llevan a la escuela. Si Usted tiene suerte, su docente le mandara llamar para platicarle de las señales de alarma que observa y le dará algunas sugerencias para atender a tiempo el problema.

Si Usted no está demasiado ocupado con sus cosas o no siente que su hijo es “incapaz” de hacer algo así, reflexione y aprenda de ello. Su docente estudio el crecimiento social, biológico, cultural y psicológico de sus estudiantes, es su profesión, escuche y atienda, pero sobre todo actúe en consecuencia en el hogar.

Autor:
  • Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann
  • Doctor en Gerencia Pública y Política Social
  • [email protected]

Este contenido ha sido publicado originalmente por Manuel Alberto Navarro Weckmann en la siguiente dirección: manuelnavarrow.com



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