La evaluación formativa en el aula: ideas clave

El objetivo del presente documento es apoyar a los docentes en el desarrollo de la evaluación formativa al interior del aula, para ello ofrece: definiciones conceptuales; estrategias para su puesta en práctica; orientaciones para el rol requerido por parte de los docentes; entre otros contenidos. Además, identifica desafíos y entrega material anexo para el trabajo en aula.

El documento “Evaluación formativa en el aula. Orientaciones para docentes. Integrando el uso pedagógico de la evaluación en la enseñanza” es parte de un conjunto de estrategias y recursos cuyo fin es promover y apoyar el proceso de implementación de la evaluación desde un enfoque de uso pedagógico, conocido también como evaluación para el aprendizaje.

La evaluación es para el aprendizaje cuando la información obtenida a partir de ella es utilizada en dos sentidos: hacia el estudiante, entregándole información que le permita pensar y actuar sobre su propio aprendizaje; y hacia el profesor o la profesora, permitiéndole reflexionar acerca de la calidad de sus decisiones y prácticas pedagógicas.

Estas orientaciones se enmarcan en un enfoque de inclusión, que considera que todos los estudiantes son diferentes y presentan necesidades que pueden ir variando a lo largo de su trayectoria escolar. Dado que en toda aula existe diversidad, la evaluación es una herramienta esencial para visibilizar y hacerse cargo de estas diferencias, facilitando a los estudiantes seguir distintas rutas de aprendizaje, sobre la base de metas compartidas.

Son un recurso para que docentes y equipos pedagógicos reflexionen sobre sus propias prácticas y sigan desarrollándose en el ámbito de la evaluación. Este documento se publica en conjunto con “Evaluación Formativa en el Aula. Orientaciones para directivos: Gestionando y acompañando el fortalecimiento de la evaluación formativa en las salas de clases”, que busca aportar a la labor de los equipos directivos y técnico-pedagógicos en el desarrollo de estrategias y acciones para liderar y apoyar mejoras en este ámbito pedagógico.

¿Cómo se pone en práctica la evaluación formativa?

El proceso de evaluación formativa pretende articular el proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de que estudiantes y docentes puedan responder a las siguientes preguntas: ¿hacia dónde voy? (¿qué objetivo de aprendizaje espero lograr?), ¿dónde estoy ahora? (¿cuán cerca o lejos me encuentro de lograr ese aprendizaje?) y ¿qué puedo hacer para llegar a donde tengo que ir? (¿qué pasos tengo que dar para acercarme a ese aprendizaje?).

Para abordar estas preguntas se pueden utilizar diferentes estrategias. En esta sección se presentan cuatro estrategias de evaluación formativa en el aula que, usadas en conjunto y sistemáticamente, dan a la evaluación en la sala de clases un mayor uso pedagógico. Estas son:

  • Compartir los objetivos de aprendizaje y sus criterios de logro.
  • Diseñar y realizar actividades que permitan evidenciar el aprendizaje.
  • Retroalimentar efectiva y oportunamente.
  • Dar oportunidades para la autoevaluación y coevaluación.

La figura 1 ilustra cómo se relacionan las estrategias de evaluación formativa con estas preguntas: visualizar “Hacia dónde voy” requerirá trabajar con los y las estudiantes para que comprendan los objetivos de aprendizaje y sus criterios de logro; para entender “Dónde estoy” habrá que realizar actividades de aprendizaje y evaluación que generen evidencia sobre el lugar en el que se encuentran los y las estudiantes en su trayectoria hacia el aprendizaje que se busca lograr; efectuar acciones para acercarse al objetivo (“Cómo llego”) implicará retroalimentar de manera oportuna a los y las estudiantes considerando sus características y necesidades, y ajustar la práctica pedagógica para apoyarlos del mejor modo posible. Por último, la cuarta estrategia de evaluación formativa de auto- y coevaluación cruza transversalmente y es alimentada por las tres estrategias mencionadas.

La evaluación formativa en el aula: ideas clave

La evaluación formativa es un proceso continuo que se lleva a cabo a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Su objetivo es proporcionar información a los estudiantes y a los docentes sobre el progreso de los aprendizajes, para que puedan tomar decisiones que permitan mejorar el aprendizaje.

Las ideas clave de la evaluación formativa son las siguientes:

  • Se centra en el aprendizaje del estudiante. La evaluación formativa se centra en el progreso de los estudiantes hacia los objetivos de aprendizaje. No se limita a calificar el desempeño, sino que busca proporcionar información que ayude a los estudiantes a aprender.
  • Es continua. La evaluación formativa se lleva a cabo a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto permite a los estudiantes y a los docentes obtener información de manera frecuente y oportuna.
  • Es interactiva. La evaluación formativa es un proceso interactivo entre los estudiantes y los docentes. Los estudiantes proporcionan información sobre su progreso, y los docentes brindan retroalimentación que ayuda a los estudiantes a aprender.

La evaluación formativa tiene numerosos beneficios, entre los que se incluyen:

  • Mejora el aprendizaje de los estudiantes. La evaluación formativa ayuda a los estudiantes a identificar sus fortalezas y debilidades, y a desarrollar estrategias de aprendizaje efectivas.
  • Favorece la participación de los estudiantes. La evaluación formativa implica a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, y les ayuda a tomar responsabilidad por su propio aprendizaje.
  • Potencia el desarrollo profesional de los docentes. La evaluación formativa proporciona a los docentes información sobre el impacto de sus prácticas pedagógicas en el aprendizaje de los estudiantes. Esto les ayuda a mejorar su práctica docente.

Algunos ejemplos de técnicas de evaluación formativa son:

  • Observación directa. Los docentes pueden observar a los estudiantes mientras realizan actividades de aprendizaje para obtener información sobre su progreso.
  • Preguntas de sondeo. Los docentes pueden hacer preguntas de sondeo a los estudiantes para obtener información sobre su comprensión de los conceptos.
  • Coevaluación. Los estudiantes pueden evaluar el trabajo de sus compañeros para proporcionar retroalimentación.
  • Autoevaluación. Los estudiantes pueden reflexionar sobre su propio aprendizaje para identificar sus fortalezas y debilidades.

La evaluación formativa es una herramienta poderosa que puede ayudar a mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Los docentes que utilizan la evaluación formativa de manera efectiva pueden ayudar a sus estudiantes a alcanzar su máximo potencial.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Educar Chile en la siguiente dirección: educarchile.cl

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