Estudio confirma que, un mal Director o Gerente educativo genera efectos dañinos en la salud de sus colaboradores

A veces el mayor problema del trabajo no es la dificultad o cantidad de este, sino el mal ambiente laboral. No todas las personas tienen la suerte de tener un jefe que valore su desempeño y vele por su bienestar. Los llamados «malos jefes» no solo son un dolor de cabeza, sino que pueden ser perjudiciales para la salud, tanto como lo es el tabaco o el cáncer. Un análisis de más de 200 estudios sobre ambientes laborales elaborado por el Harvard Business School y la Universidad de Standford, concluyó que el estrés que provoca un mal jefe puede ser tan dañino para la salud como lo es el cigarro para un fumador pasivo.

En anteriores publicaciones hicimos mención a Howard Gardner, neurocientífico; autor de la teoría de las inteligencias múltiples, en donde sostiene que las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes. Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre E CE: excelentes, comprometidos y éticos.

Desgraciadamente, cada vez más docentes sienten en su trabajo ese malestar personal, esa sensación de no servir para nada, de que su esfuerzo no es reconocido como debería serlo, y que en muchas ocasiones se le exige hacer cosas que no son ni mucho menos de su competencia.

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A continuación compartimos con fines educativos la publicación de Acsendo Blog en el cual, a través de un análisis de Francisco Morales nos informa sobre lo que puede ocasionar un mal Jefe.  Esperamos que la siguiente información sea de utilidad para la comunidad docente.

Un mal jefe puede ser tan dañino para la salud como lo es el cigarrillo

Estudios señalan que tener un mal jefe genera efectos dañinos en la salud de los colaboradores. A tal punto que el liderazgo tóxico puede ser tan perjudicial como el cigarrillo.

Son muchos los empleados que han tenido que lidiar con jefes que crean un ambiente de trabajo opresivo e intimidante. Tanto así, que con solo ver su carro o escucharlo entrar a la oficina puede hacer que el estómago se les retuerza a varios.

Hablamos de aquellos líderes que abusan de su poder y se ganan el respeto avergonzando y molestando a las personas que tienen a su cargo. No demuestran ninguna empatía con los demás y menosprecian constantemente sus esfuerzos.

El liderazgo tóxico, además de envenenar el clima laboral, también puede ser una fuente de problemas para la salud de los empleados. Y en esta entrada vamos a explicar por qué.

Efectos sobre la salud

1. Un mal jefe afecta tu salud mental y física

En un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Manchester se encontró que los empleados que trabajaron con un mal jefe durante un largo período de tiempo empezaron a desarrollar cuadros de depresión clínica.

Por otro lado, un mal jefe también aumenta el estrés laboral, que genera un daño que se compara a ser un fumador pasivo, según un completo análisis realizado por el Harvard Business School y la Universidad de Standford en el que analizaron más de 200 estudios sobre ambientes laborales.

2. Aumenta el riesgo de que sufras una enfermedad cardíaca

Los empleados que están descontentos con el estilo de liderazgo de sus superiores, corren un mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos y otros problemas en el corazón, ya que el estrés hace que la sangre se espese y el corazón empiece a requerir más energía, pues late a mayor velocidad.

Además de los efectos emocionales que causa el estrés provocado por el liderazgo tóxico que lleva a los empleados a sentirse tristesdesmotivados e inseguros, el cuerpo también se ve afectado por problemas intestinales, hiperventilación, alteración del sueño, mareos, tensión muscular, entre otros síntomas.

3. Empiezas a tener malos hábitos

Al aumentar el riesgo de sufrir estrés laboral por las constantes exigencias y la presión del jefe, muchos colaboradores empiezan a abusar de sustancias como el café, el alcohol y la nicotina.

Además de saltar las comidas y empezar a comer comida poco saludable. Lo cual tiene serias repercusiones en tu salud a largo plazo.

4. Te hace menos productivo

Con el tiempo, al trabajar bajo el mando de un mal líder los síntomas del síndrome de burnout se empiezan a hacer más presentes.

Se trata de un proceso de agotamiento físico y mental crónico que se produce por exceso de responsabilidades, estrés y falta de equilibrio entre la vida laboral y la vida personal.

5. Afecta tus relaciones

El comportamiento grosero y sarcástico de un jefe puede llevar a que los empleados experimenten fatiga mental y tengan menos autocontrol sobre sus emociones, como lo descubrieron investigadores de la Universidad de Michigan.

Haciendo que se sientan más irritables, apáticos e impacientes y que sean propensos a comportarse de forma agresiva no solo con sus colegas, sino también con sus familiares y amigos.

6. Te hace sentir más miserable

Es muy frecuente que los colaboradores por evitar críticas, amenazas o intimidaciones de sus jefes, trabajen más horas para intentar mantenerlo satisfecho. Queriendo evitar así cualquier regaño o represalia en su contra.

Al extenderse esta situación puede producir una fuerte crisis de autoestima en el colaborador, el cual va a empezar a cuestionar de forma negativa sus capacidades y se sentirá asediado de dudas sobre si de verdad tiene algún valor como profesional.

7. Te puede convertir en un empleado tóxico

Bajo un estilo de liderazgo tóxico, es probable que empieces a asimilar de forma inconsciente ciertos comportamientos de tu jefe y termines por propiciar de forma activa el empeoramiento de la calidad de las condiciones de trabajo en la oficina.

Un mal liderazgo afecta a toda la empresa. Por lo que es hora de que las empresas comprendan el efecto que tiene un líder sobre el talento humano, y por qué deben hacer lo posible por encontrar a aquellos que inspiran a las personas a ser mejores y a trabajar por la visión de la empresa.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Acsendo Blog en la siguiente dirección: blog.acsendo.com



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