Dos métodos novedosos para aprender a leer

Aprender a leer es una de las habilidades más importantes que podemos adquirir en nuestra vida. La capacidad de descifrar y comprender el significado de las palabras nos abre las puertas a un mundo de conocimiento, imaginación y comunicación. Desde una edad temprana, el proceso de aprendizaje de la lectura se convierte en un pilar fundamental de nuestra educación, proporcionándonos las herramientas necesarias para comprender textos, expresarnos por escrito y adquirir nuevos conocimientos.

Sin embargo, el proceso de aprendizaje de la lectura puede resultar desafiante para muchos, especialmente en la etapa inicial. Es en la infancia, durante la educación preescolar y los primeros años de primaria, donde se sientan las bases para el desarrollo de habilidades lectoras sólidas. Es por eso que se han diseñado una variedad de métodos y enfoques pedagógicos para facilitar y enriquecer este proceso, buscando estimular el interés, la motivación y el disfrute en el aprendizaje de la lectura. En este artículo, exploraremos dos métodos novedosos que ofrecen enfoques innovadores para enseñar a leer, brindando a los niños las herramientas necesarias para convertirse en lectores competentes y apasionados.

La lecto-escritura  es uno de los procesos más complejos a nivel primaria, pero se convierte en un verdadero reto que enfrentan los niños en la etapa preescolar. Los docentes responsables de esta maravillosa labor deben estar actualizados, y, sobre todo, capacitados para aplicar las metodologías más efectivas que permitan a los pequeños aprender a leer y ampliar su campo de conocimiento.

¿Quieres saber cómo ha evolucionado en los últimos años la pedagogía en materia de lectura? En este artículo te mostraremos algunas metodologías que ya utilizan las mejores escuelas del mundo, obteniendo grandes resultados que se ven reflejados a los pocos días en el aprovechamiento de los niños.

Falta de comprensión lectora: el nuevo analfabetismo

Aceptémoslo: el proceso de enseñar y aprender a leer no es una actividad sencilla. Los padres de familia y las escuelas invierten mucho tiempo y recursos para encontrar una fórmula exitosa o un método que les permita a los niños aprender a leer lo mejor posible; sin embargo, las estadísticas en Latinoamérica revelan que los resultados no han sido muy exitosos.

De acuerdo con un informe de la Unescocerca del 36% de los niños y jóvenes en Latinoamérica terminan la escuela sin saber leer bien. De hecho, la directora de estadística de esta organización, Silvia Montoya, considera “dramática” esta situación, sobre todo por aquellos niños que no cuentan con las habilidades básicas para aprender a leer y comprender párrafos sencillos.

La falta de comprensión lectora ha causado tanto impacto en la educación, que hoy se considera un tipo de analfabetismo.

Los programas de fomento a la lectura que se aplicaban hace 50 años se concentraban en que los niños puedan aprender a leer rápido y con claridad, sin darle prioridad a la comprensión lectora. Incluso hoy en día se tiene la falsa idea de que leer rápido es sinónimo de comprender un texto.

Muchos adultos aún recordamos esas “competencias de lectura rápida” que se realizaban en la escuela primaria, pero es muy difícil acordarnos que algún maestro nos preguntara si habíamos entendido algo de lo leído.

Afortunadamente, hoy en día está comprobado que la comprensión lectora no surge de forma espontánea, o como consecuencia de aprender a leer, sino que debe desarrollarse como cualquier otra habilidad, con la metodología adecuada, pero más importante aún, que debe aplicarse los primeros años de vida.

Muchos estudios avalan esta afirmación: un ejemplo es este de la revista Innovación Educativa el cual, explica la importancia de desarrollar estrategias de comprensión, “Más aún, desde el preescolar, que es cuando se trabajan los precursores de la decodificación”.

En resumen, saber leer sin desarrollar la comprensión lectora, es como andar en bicicleta, pero sin tener claro para qué nos subimos en ella, o sin saber qué rumbo queremos tomar mientras la manejamos.

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Breve recorrido por los métodos tradicionales para aprender a leer

En los últimos 50 años han surgido docenas de sistemas de lectura para niños de preescolar, y aunque algunas dieron buenos resultados en su momento, muchas otras no han podido seguir el ritmo de los cambios que experimenta la pedagogía y su aplicación en la educación moderna.

Sin embargo, los métodos de lectura surgieron hace más de 3000 años, prácticamente son tan antiguos como el propio lenguaje, y tuvieron que pasar miles de años para que surgieran nuevas formas de enseñar a los niños a desarrollar la habilidad de la lectura.

Existen al menos 4 métodos tradicionales que nos servirán de antecedente para entender la evolución de los métodos de lecto-escritura.

  1. Método Alfabético (Deletreo)

    Es el método más antiguo. Se le atribuye a Dionisio de Halicarnaso en el siglo VII antes de nuestra era y consiste en aprender la pronunciación del alfabeto y su sonido —o fonética—, para comprender cómo suenan cuando se juntan las letras al convertirse en sílabas, las sílabas en palabras, las palabras en oraciones y las oraciones en párrafos.

    Este método permite que los niños aprendan a leer y escribir simultáneamente, y aunque es muy eficaz, sus resultados son limitados, ya que consiste en enseñar a los niños a realizar  una lectura mecánica, enfocada en comprender el comportamiento de las palabras, pero no su significado.

  2. Método Fonético o Fónico

    Se le atribuye a Blas Pascal en el siglo XVII la creación de este método, el cual consiste en que los niños se concentren en pronunciar solo las vocales y los diptongos, dejando fuera las consonantes, de tal manera que los niños pudieran ejercitar la fonética de las palabras.

    Este método buscaba evitar el deletreo y “subir de nivel”, empezando por los diptongos y avanzando hacia palabras completas. Además, se adaptaba muy bien al español, por ser un idioma bastante fonético como el portugués o el italiano. Sin embargo, su objetivo seguía siendo mecánico y no comprensivo.

  3. Método de palabras completas

    Se cree que fue Juan Amós Comenio en el siglo XVII quien desarrolló este método, el cual ya mostraba una evolución en la dinámica de aprendizaje, pues consideraba algunos elementos básicos de la comprensión lectora al relacionar palabras básicas con figuras que las representaran. De esta manera, el maestro enseña los sonidos de las letras y luego el sonido de la palabra.

Este método es pionero en el desarrollo de la sintaxis y la semántica, ya que comienza a ocuparse de la relación que hay entre la palabra como un significante y la imagen que representa su  significado.

  1. Método global

    El doctor Ovidio Decroly creó este método en 1904 en Bruselas. Decroly estaba convencido de que era fundamental que el proceso de lecto-escritura se concentrara en los intereses de los niños, adaptándose a sus necesidades y su forma de pensar.

    Aquí se observa por primera vez un interés real por enseñar a los niños a aprender a leer tomando en cuenta su conducta psicosocial, explorando la relación que hay entre su comportamiento y el entorno que los rodea.

    El método global aprovecha dinámicas de juego, socialización, relación de palabras con objetos e imágenes, haciendo que el proceso mecánico de lectura se convierta en una actividad lúdica y estimulante.

Dos formas novedosas para aprender a leer en etapa preescolar

Sin duda, el método global abrió la puerta a un mundo de posibilidades en el campo de la lectura. Luego, con el nacimiento de internet y la constante evolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), surgieron otras formas de enseñar a los pequeños a leer.

Hoy en día existen otros métodos como el método analítico —también conocido como el método Glenn Doman— y el método Filadelfia —cuyos excelentes resultados han sido reconocidos en todo el mundo—. Aprendamos un poco más de ellos:

Método Doman

Glenn J. Doman fue un médico norteamericano que a mediados del siglo pasado trabajó con niños que padecían lesiones cerebrales. Sus métodos de estimulación cognitiva tuvieron tan buenos resultados que a finales de los años 50 decidió fundar en Filadelfia el Instituto para el Desarrollo del Potencial Humano.

Doman consideró que si su método para desarrollar las habilidades cognitivas de niños con padecimientos cerebrales daba excelentes resultados, ¿qué pasaría si aplicara aplicar estos conocimientos en niños sin ningún padecimiento?

Luego de varios años investigando, la respuesta a todas sus dudas sobre cómo enseñar a niños pequeños a leer llegó de la forma más inesperada: a través de un comercial de televisión.

Observó que los niños podían aprender nombres de productos que aparecían en televisión, y luego reconocerlos en los anuncios de la calle. ¿Cómo era posible esto?:

“La realidad es que los niños pueden aprender de los anuncios comerciales debido a que su mensaje es bastante claro, grande y alto, a que se repite y a que todos los niños tienen ansia de aprender”, esto dice Doman en su libro “Cómo enseñar a leer a su bebé”.

Para los niños las palabras no se memorizan ni se enseñan: se descubren.

El método de Doman se centra en la construcción de un entorno diseñado para estimular constantemente el interés, la curiosidad y el placer por descubrir palabras y significados nuevos en los niños pequeños.

Los  ejercicios y dinámicas del método Doman están diseñados para que los niños puedan relacionar palabras con sonidos, objetos e imágenes, es decir, para que puedan estimular sus sentidos de forma integral, y así desarrollar “paquetes” de información que convertirán esos estímulos en conocimiento sólido, que permanecerá activo por mucho tiempo.

Las actividades para aprender a leer bajo esta metodología requieren de series de repeticiones muy breves, varias veces al día, valiéndose de diversos materiales como imágenes y fichas con palabras específicas.

La idea central del método Doman no es que el educador o educadora “enseñen” al niño a leer; de hecho, la finalidad no es que el niño sea enseñado a reconocer palabras y las repita de forma mecánica, sino que, a través de la estimulación adecuada, el niño descubra las palabras y su significado, de manera que el aprendizaje no sea un proceso académico, sino una experiencia de vida.

Método Filadelfia ¿evolución del método Doman?

Cuando supo que iba a ser madre, Elisa Guerra leyó el libro de Glenn Doman, Cómo enseñar a leer a tu bebé, y aún no sabía que pocos años después ese libro se convertiría en la base de su propia metodología para enseñar a leer a niños en edad temprana.

Elisa Guerra es licenciada en Educación Preescolar: tiene una maestría en Harvard por Estudios Especializados en Educación y ha sido finalista por dos años consecutivos del Global Teachers Prize, considerado el Premio Nobel de la educación.

Con los conocimientos adquiridos mediante su formación y el método de Glenn Doman, Elisa comenzó a enseñar a sus hijos no solo a leer, sino también matemáticas y música, entre otras cosas. Cuando los niños estaban en edad preescolar, Elisa no pudo encontrar una institución que llenara sus expectativas, así que decidió crear su propia escuela.

El método Doman fue solo el principio. Con el tiempo se fue nutriendo de muchas otras propuestas pedagógicas que le permitieron ampliar su base teórica y darle forma a un sistema de aprendizaje dinámico e integral, que ahora es mundialmente conocido como Método Filadelfia.

Este sistema de aprendizaje se concentra en la idea de que los niños pequeños poseen un enorme potencial y predisposición para el aprendizaje, siempre y cuando el entorno y las actividades que realicen estén enfocadas a incentivar el cerebro y fortalecer la plasticidad neuronal.

Bajo este método, el uso de las palabras adquiere un nuevo significado para los niños, ya que no son forzados a memorizar o aprender información estéril o ajena a su entorno, sino que van aprendiendo tres niveles de palabras denominadas Palabras Base, Palabras Objetivo y Palabras de Construcción.

Cada tipo de palabras se concentran en grupos que serán aprendidos y reforzados 3 veces al día, mediante breves sesiones de 5 a 10 segundos, por lo que la estimulación es rápida, amena y muy estimulante.

Los resultados del Método Filadelfia se pueden observar en los primeros días, cuando los niños muestran mayor fluidez y control de su vocabulario, siendo capaces de identificar grupos de palabras a partir de la relación que hay entre ellas.

Este método de lectura ha demostrado ser realmente efectivo para que los niños de preescolar aprendan a leer con fluidez y mejoren su capacidad lectora practicando unos cuantos minutos al día.

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Referencias
  • Doman, G., & Doman, J. (2018). Cómo enseñar a leer a su bebe. Kit de lectura de Glenn Doman. EDAF.
  • UNESCO: es.unesco.org
  • Silva Trujillo, Macarena. (2014). El estudio de la comprensión lectora en Latinoamérica: necesidad de un enfoque en la comprensión. Innovación educativa (México, DF), 14(64), 47-55. Recuperado en 10 de febrero de 2022, de scielo.org.mx

Este contenido ha sido publicado originalmente por Pearson en la siguiente dirección: blog.pearsonlatam.com



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