En 2020, el Ministerio de Educación de China implementó una reforma educativa singular: la incorporación obligatoria de asignaturas de limpieza, cocina y labores domésticas en las escuelas primarias y secundarias. Su objetivo era claro: que los estudiantes desarrollaran “habilidades para la vida”, es decir, competencias prácticas y cotidianas que fomentaran la autonomía, la responsabilidad y la colaboración dentro del hogar.
Cinco años después, en 2025, este programa ha sido actualizado y relanzado en todo el país, como parte de una estrategia más amplia para equilibrar el aprendizaje académico con la formación personal y social. Las nuevas directrices establecen que los alumnos deben recibir clases sistemáticas de “almacenamiento, limpieza y cocina básica”, hasta ser capaces de preparar platos sencillos por sí mismos. Además, las escuelas deberán evaluar el progreso de los estudiantes en estos aprendizajes, tal como lo hacen con las asignaturas tradicionales.
La medida ha generado un amplio debate en las redes sociales chinas, especialmente en Weibo, donde la noticia ha superado los 300 millones de visualizaciones. Muchos adultos han recordado con nostalgia las clases de “educación doméstica” que existían décadas atrás. “Aprendí a hacer jiaozi (raviolis chinos) y a coser en la primaria”, comentó un usuario. Otros, en cambio, celebraron la decisión por considerar que ayudará a los niños “a dejar de ser solo estudiantes que viven para pasar exámenes” y a convertirse en personas más autónomas y conscientes de su entorno.
Según el diario oficial Global Times, esta actualización responde a los vacíos generados por recientes políticas gubernamentales orientadas a aliviar la presión académica y reducir las clases extraescolares. En los últimos años, el Gobierno chino ha limitado el tiempo que los menores pueden dedicar a los videojuegos en línea —a un máximo de tres horas semanales— y ha restringido la cantidad de tutorías privadas, buscando combatir el estrés educativo y la competitividad excesiva.
El enfoque del sistema educativo chino para 2025 busca ahora integrar tres dimensiones formativas: el desarrollo intelectual, la educación ideológica —basada en el pensamiento del presidente Xi Jinping— y la educación práctica. Con este modelo, el Ministerio de Educación pretende que los niños comprendan la importancia del esfuerzo cotidiano, la cooperación familiar y el valor del trabajo doméstico.
Más allá de la polémica, la reactivación de estas asignaturas representa una apuesta por humanizar la enseñanza en un país donde la presión por el éxito académico ha sido históricamente intensa. Al enseñar a cocinar, limpiar o coser, las escuelas chinas buscan formar ciudadanos capaces no solo de rendir en los exámenes, sino también de vivir con responsabilidad, autonomía y sentido comunitario.
Redacción | Web del Maestro CMF
