El autor en la obra Arte, mente y cerebro, tiene un compilado de ensayos enfocados a la investigación cognitiva entre mente y arte en los seres humanos, este libro está dividido en cinco partes, las cuales son; I Los maestros, II Desarrollo artístico en los niños, III La educación y los medios de educación, IV Deterioro de la mente y la V Las cúspides de la creatividad. En este libro, Howard Gardner pretende brindar una aproximación hacia los procesos de la creatividad humana, a partir de un acercamiento en relación al lenguaje y los procesos mentales desde distintas configuraciones.
Los Maestros
El autor la dividió en siete ensayos, en el primero muestra la postura estructural de Jean Piaget quien estudio las cuatro etapas cognitivas del desarrollo en operaciones mentales y sus características, en el segundo ensayo se encuentra el debate entre Jean Piaget con su postura estructural y Noam Chomsky quien afirma que el lenguaje se desarrolla de forma natural, pues asegura que el niño nace con los conocimientos requeridos y sólo necesita tiempo para desarrollarlos. El autor infiere que Piaget no toma los puntos del pensamiento creativo y Chomsky no da lugar al surgimiento de nuevas ideas si el niño nace con el conocimiento requerido por tanto descuidaron el estudio de la mente y los procesos artísticos.
Con el antropólogo Claude Levi Strauss se retorna al estructuralismo, pues en su análisis afirma que la mente civilizada o salvaje tiene la misma estructura lo cual evidencia en su trabajo de campo en Brasil con un grupo de indígenas donde descubre que todos los hombres clasifican materiales, descubren objetos, desde lo concreto, construyen conceptos a partir de la comparación para satisfacer el conocimiento cognitivo, pues ello los lleva a pensar y no como se pensaba por una necesidad primaria.
El autor muestra posteriormente las diferentes posturas de los filósofos Ernest Cassirer, Susanne Langer, Nelson Goodman y Ernst Gombich, quienes coinciden en sus teorías basadas en el símbolo, donde se construye la realidad por medio de concepciones mentales y la capacidad que se tiene para captar y comunicar sus experiencias. Según Cassirer el hombre vive en un universo simbólico y por ello es imposible separarlo de la imaginación y la creatividad. Susanne Langer afirma que el hombre tiene una necesidad básica de simbolizar inventando un sentido propio del mundo, y Goodman analizó los tipos de símbolos y la utilidad que le da el hombre para crear obras estéticas.
Desarrollo Artístico de los Niños
En la segunda parte “Desarrollo artístico de los niños “el autor se dedica a tratar de comprender el desarrollo artístico de los infantes, para una mejor comprensión clasifica la primera parte de ensayos en tres grandes grupos; I Características generales del desarrollo artístico, destinado a establecer los aspectos fundamentales de la capacidad creativa de los niños, el II Comprensión o incomprensión que tienen los niños de los procesos artísticos, III Descripción de la primera fase del desarrollo simbólico, en el cual se trabaja el arte con los niños desde temprana edad y es posible direccionar su talento artístico. En el segundo grupo de ensayos determina la forma de arte en particular en tres medios artísticos, el dibujo, la música y la literatura. Y el último estudio está dirigido a niños autistas y niños prodigios.
La educación y los medios de comunicación
A través de la lectura, es posible determinar que uno de los principales objetivos del autor, se fundamenta en explicar las habilidades artísticas a partir del desarrollo, que infunde una gran importancia a los primeros años de vida, tanto en su parte artística, como en la evolución de la misma en relación a los procesos cognitivos.
Sobre la enseñanza de la formación artística en los estudiantes, Gardner plantea que el profesor en ocasiones tiene poca participación activa, el énfasis que se hace es que, los adultos deben ser partícipes de dicho desenvolvimiento, a la par con las etapas que postula Piaget, en donde los primeros años del niño, las artes tienen una relación íntegra y directa con su sistema de símbolos, al que poco a poco se debe dar la importancia adecuada. En este sentido, el autor plantea que básicamente desde las primeras etapas del niño, este va produciendo un “borrador” sobre lo que pueden ser sus talentos artísticos, con un esencial esfuerzo pedagógico hasta su etapa pre-adolescente, pues se menciona que en la adolescencia, dichos procesos son un poco más complejos.
Teniendo en cuenta la secuencia en el desarrollo de los niños, existen una serie de instrumentos que podrían ser útiles o no, en el momento en que incorporan aprendizajes a su repertorio cognitivo; dos de ellos son los juguetes y la televisión. Acerca de los juguetes, se describen como un mecanismo muy útil, resalando el hecho de que hoy por hoy, la mayoría se crean de forma electrónica, pues al tener un proceso computacional, brindan mayor velocidad, y permiten que el niño modifique, a través del juego, ciertas estructuras; un planteamiento bastante valioso, es que las máquinas del ayer, se dedicaban a enseñar, pero las máquinas de hoy, tienen una finalidad de aprendizaje, y no de inyección de información, como en alguna época era el objetivo principal, en donde había poca cabida a la imaginación y a la curiosidad.
En relación a la televisión, Gardner realiza diferentes estudios con su Proyecto Cero de Harvard mediante la observación; las principales conclusiones a las que llega es que, según diversas investigaciones, es posible que la televisión cultive más efectos positivos, pues a través de la misma, el niño aprende a desarrollar procesos enfocados a resolver conflictos, y a su vez, se estimula la imaginación sensorial.
El deterioro de la mente
Uno de los planteamientos de mayor interés en los estudios de Gardner, ha sido el del daño cerebral y sus consecuencias con los desarrollos artísticos. Dentro de los daños cerebrales más referenciados, se encuentran el Síndrome de Korsakoff, el cual es desencadenado por una lesión en el cerebro medio, en el que la persona es capaz de resolver diferentes problemas, pero incapaz de recordar lo que dice o ha sucedido desde el inicio de su enfermedad. La afasia, que afecta el hemisferio izquierdo, comprometiendo ciertas destrezas como la expresión y comprensión del lenguaje; en la alexia se presenta un deterioro en la capacidad de lectura; la agrafia, que consiste en una pérdida de la capacidad de escribir, la anomia, consiste en la dificultad para nombrar objetos.
A partir de las definiciones anteriores, las investigaciones fueron centrando su interés en la creación artística después de una lesión cerebral. Por el lado de la pintura, se encontró que pintores con afasia, conservaron sus habilidades artísticas y además, mejoraron sus creaciones tras la lesión cerebral. En cuanto a música, compositores importantes, pese a sus lesiones de afasia, continuaron componiendo, dando clases, expresando críticas, reconociendo melodías y señalando errores. Por el lado de la literatura, teniendo en cuenta que si una lesión se efectúa en la zona del lenguaje, las consecuencias suelen ser más graves que otras facultades cognitivas, entre mayor edad, menores son las posibilidades de una recuperación, lo que comprometería enormemente las creaciones literarias, como el caso referenciado del famoso Charles Baudelaire.
Las cúspides de la creatividad
En esta parte del libro, el autor hace referencia a la creatividad en los años adultos; una crítica que vale la pena mencionar, es que la mayoría de teorías del desarrollo, son enfocadas al estudio de los primeros años de vida, pero muy poco acerca de los progresos que se van dando a lo largo de la vida. En relación con lo anterior, se plantea que las personas creativas son capaces de relacionar diversas facetas y teorías en un contexto de interés, produciendo una cadena de actividades que llevan a cabo durante largos períodos, ya que su nivel de curiosidad es bastante alto y estructurado; los individuos creativos pueden fácilmente amar sus trabajos y encontrar en ellos un placer que lleve a la resolución de enigmas científicos, aun cuando la posibilidad de fracasar sea recurrente.
Un claro ejemplo del desarrollo de la creatividad en la vida real, se plantea a través de las composiciones de Mozart, pues la magnificad en sus procesos cognitivos, marcó una trascendencia en las facultades artísticas, siendo este compositor, un erudito en la destreza inigualable de componer fluidamente creaciones musicales con una gran facilidad, generalmente en un estado de ánimo saludable, que seguramente para otros artistas, habrían significado una inversión de procesos mentales mucho más complejos, como fue el caso de Beethoven, quien muchas veces compuso bajo estados de desasosiego, y además, tuvo varios falsos comienzos en la escritura de sus partituras.
Gardner en su libro implementa postulados relacionados con aspectos significativos, y que quizás no suelen tenerse en cuenta en el momento de analizar las producciones artísticas y las composiciones creativas en general del ser humano, pues rara vez es de imaginar que lesiones cerebrales como las afasias, a pesar de su complejidad, logren resignificar los procesos cognitivos de los artistas, al punto de ser capaces de lograr otras habilidades y a su vez, dando un significado diferente, pero complementario en su vida.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Memorias Cognición en la siguiente dirección: romereports.com
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LECTURA 1: ARTE, MENTE, CEREBRO – HOWARD GARDNER