Papa Francisco: La amistad social para la construcción de la cultura del encuentro

El Papa Francisco dice que “en el mundo actual los sentimientos de pertenencia a una misma humanidad se debilitan”, porque: se toma como un sueño de construir juntos la justicia y la paz, impera una indiferencia cómoda, fría y globalizada, promovemos una profunda desilusión que se esconde detrás del engaño de una ilusión, nos creemos todopoderosos y nos olvidamos que estamos todos en la misma barca.
Estas actitudes nos hacen dejar atrás los grandes valores fraternos que lleva «a una especie de cinismo. “Esta es la tentación que nosotros tenemos delante, si vamos por este camino de la desilusión o de la decepción. […] El aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. El aislamiento, no; cercanía, sí. Cultura del enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí», …”. (cf FT 30)

El Papa Francisco en su acostumbrado mensaje mensual, centra -en el mes de julio del 2021- su mirada en el diálogo como “camino para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común” y pide frenar la polarización que nos divide. Por ello, invita a rezar para que en nuestras sociedades ya “no queden espacios de enemistad y de guerra”.

La amistad social (01´ 55”)

La pandemia del Covid 19 despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial desenmascarando nuestra vulnerabilidad y dejan al descubierto “esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades, … se nos cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; “y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos». (cf FT 32)

Confiados en una próspera economía, usando todos los avances tecnológicos, hemos ido reduciendo los “costos humanos”, asegurándonos en la “libertad de mercado”. “Pero el golpe duro e inesperado de esta pandemia fuera de control obligó por la fuerza a volver a pensar en los seres humanos, en todos, más que en el beneficio de algunos. Hoy podemos reconocer que «nos hemos alimentado con sueños de esplendor y grandeza y hemos terminado comiendo distracción, encierro y soledad; nos hemos empachado de conexiones y hemos perdido el sabor de la fraternidad. Hemos buscado el resultado rápido y seguro y nos vemos abrumados por la impaciencia y la ansiedad. Presos de la virtualidad hemos perdido el gusto y el sabor de la realidad» [32].

“El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia”. (cf FT 33).

“Pero no es fácil usar sólo la brújula del diálogo abierto y respetuoso, cancelando el hábito de enjuiciar y descalificar al adversario, en particular cuando la convicción del otro no coincide con la propia. No podemos ser ingenuos. […  Necesitamos dar] un testimonio coherente en procesos de diálogo fecundo. Superemos las barreras del individualismo y de la indiferencia. […] somos todos corresponsables, del presente y del futuro inmediato de la humanidad”. (cf UMOFC).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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