Agustín Squella

Agustín Squella: Nada puede hacerse con directivos y profesores que no leen

En el penetrante análisis de Agustín Squella, se destaca una premisa incisiva: “Nada puede hacerse con directivos y profesores que no leen”. Esta afirmación sugiere una conexión fundamental entre la lectura y la capacidad de liderazgo o enseñanza, planteando la lectura como un elemento esencial para el desarrollo profesional y la eficacia en roles educativos.

Squella invita a reflexionar sobre la importancia de cultivar el hábito de la lectura en aquellos que desempeñan roles clave en la educación.

¿Quién es Agustín Squella Narducci?

El profesor Agustín Squella Narducci (Santiago de Chile, 1944) jurista, periodista, columnista y político de tendencia liberal igualitaria​, ha ejercido la docencia en la Facultad de Filosofía del Derecho en las universidades de Valparaíso y Diego Portales (Chile), es columnista estable de diario El Mercurio, y cuenta entre sus publicaciones más de quince libros y decenas de artículos especializados.

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Squella opina que la lectura es uno de los puntos más débiles de la educación chilena, y fue en el 2009 cuando obtuvo el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile, en su discurso de agradecimiento dijo no desear dar ninguna recomendación o advertencia, sin embargo, dijo sentirse en “el deber de interceder por la lectura” y recomendó a los jóvenes a leer, “para que no sean sujetos de pocas palabras, sino de muchas, y para que consigan colmar el cofre de su lenguaje, …”.

Entrevista a Agustín Squella Narducci 

El Blog JUEGOS DE MATE, publicó una entrevista que le hiciera Juan Andrés Guzmán, periodista de la Universidad Andrés Bello, Magíster en Investigación de Políticas Públicas en la Universidad de Bristol, de la cual compartimos, por motivos únicamente educativos y de formación permanente partes de su diálogo. Consideramos que si bien el profesor Squella opina sobre la educación chilena, sus reflexiones pueden ser de utilidad  para reflexionar, desde nuestra realidad, sobre la importancia de la lectura que nos permitirá conocer las palabras que nombran los seres a quienes queremos describir, porque “éstas permiten no sólo notar, comprender y describir el mundo, sino intervenirlo y transformarlo”.  Y evitar  dirigirnos “alegremente hacia un desastre sin que nadie tenga muy claro todo lo que las personas pierden cuando apenas logran leer a tropezones”.

Hemos tomado como título la misma afirmación de Agustín Squella, que usa nuestra fuente -con las debidas disculpas- para motivar dialogar sobre la importancia de los profesores, padres de familia y directivos como referentes para nuestros estudiantes. Dejamos aclarado que las letras en negritas y cursivas son nuestras, y les sugerimos leer la publicación completa en el enlace que colocamos al final de esta publicación.

Agustín Squella

JUAN ANDRÉS GUZMÁN: ¿Qué piensa sobre la profundidad de la crisis de la lecto- escritura en Chile? A veces parece que el analfabetismo hubiera vuelto, a pesar de que las cifras dicen que no.

AGUSTÍN SQUELLA: “En Chile se escribe mal porque se lee poco. Y como somos pobres de palabras, lo somos también de pensamiento. La crisis, por tanto, es honda, aunque tampoco es únicamente local. [… creemos] que los males son solamente nuestros. […] Los jóvenes, que no leen, tampoco escriben, y cuando escriben lo hacen con esa jerigonza de palabras alteradas, cortadas, sustituidas por símbolos matemáticos u otros francamente incomprensibles, etc., aunque lo peor es que algunos adultos, con el pretexto pueril de sintonizar con las nuevas generaciones, empiezan a escribir igual en sus blogs, correos electrónicos y otras formas de aparente comunicación de que disponemos en la red. Esos adultos creen absurdamente que desarrollar proximidad con los jóvenes pasa por hablar y escribir tan mal como lo hacen éstos”.

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JUAN ANDRÉS GUZMÁN: … ¿Le parece que en el debate que cada cierto tiempo se levanta en torno a la educación, hay claridad sobre lo que están en riesgo cuando un niño no consigue leer?

AGUSTÍN SQUELLA: “Creo que hay poca claridad, especialmente porque los padres, los maestros, los directivos educacionales, y posiblemente hasta las propias autoridades públicas del sector, leen poco y mal. Sería bueno encuestar en esos cuatro colectivos cuáles son los libros leídos por cada uno de los actores en el último año. […] Y como los padres con recursos quieren que sus hijos hereden sus ideas y convicciones y no que se formen autónomamente las propias, ya desde el jardín infantil, y ni qué decir del colegio y la universidad, los matriculan en establecimientos que aseguren la transmisión de esa herencia. Educación a la medida, la llamo yo. […]”.

JUAN ANDRÉS GUZMÁN: … ¿En qué área concentraría usted el esfuerzo público para revertir la crisis de lectura y escritura?

AGUSTÍN SQUELLA: “Hay que poner a leer a los niños y jóvenes, en colegios, liceos y universidades, y ponerlos a leer libros. Libros bien escogidos, por cierto, haciéndoles ver que no se lee para ser culto ni tampoco para conseguir placer -aunque leer también sea motivo de placer y nos haga más cultos-, sino para adquirir el lenguaje necesario que permite pensar, tener ideas y expresarlas, captar las ideas de los otros, debatir, y comprender mejor el mundo que nos rodea.

El problema es que nada puede hacerse en tal sentido con directivos educacionales y profesores que tampoco leen y que están muchas veces en la moda perversa de reducir la educación a capacitación, esto es, a mero precalentamiento laboral, como si todo el sentido de la educación se agotara en la posibilidad que ella brinda de conseguir puestos de trabajo y como si todo el sentido del trabajo se agotara a su turno en conseguir cada vez mayores ingresos personales y en incrementar la riqueza del país en que vivimos”.

JUAN ANDRÉS GUZMÁN: … ¿Le parece que la fijación de estándares podría ayudar a resolver el problema de lecto-escritura?

AGUSTÍN SQUELLA: La formación de profesores es todo un problema, agudizado porque el área de educación no es prioritaria en ninguna universidad que yo conozca, salvo quizás en las muy pocas, no más de dos, que se definen como instituciones de ciencias de la educación, pero que igual acaban incursionando en otros ámbitos muy distintos, como si concentrarse sólo en aquellas ciencias las empobreciera en el contexto de instituciones de educación superior más complejas o que pretenden serlo.

La fijación de estándares, pero sobre todo su adecuada implementación y supervisión, es una de las medidas que deberían adoptarse para mejorar la formación de profesores, la cual tiene también pocas probabilidades de mejorar si no mejora sustancialmente la calidad y vocación de quienes optan a carreras de pedagogía”.

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JUAN ANDRÉS GUZMÁN: … ¿Qué es lo peor de nuestro sistema educacional para usted?

AGUSTÍN SQUELLA: “[…] Lo peor de la educación hoy es creer que se trata de un juego y, por añadidura, de algo fácil, divertido y que se consigue sin esfuerzo. Hay toda una conspiración contra la dificultad en materia educacional. La lógica del parvulario, donde los niños van a aprender jugando, ha contaminado a la educación básica, media y hasta la universitaria. Nadie quiere oír ya de esfuerzo, autoexigencia ni disciplina. Si hay un derecho a la educación -que lo hay-, muchos creen que hay también un derecho a aprobar las asignaturas y pasar de curso. Lo más descarado a ese respecto fue un pintado que leí hace algunos años en un recinto universitario español: “Aprobar es un derecho humano”. Y lo peor de todo es que los adultos, incluidos los profesores, somos cómplices de ese malentendido o permanecemos pusilánimes o acobardados ante él”.

JUAN ANDRÉS GUZMÁN: ¿Qué explicación le da a la ola de saqueos? ¿Nuestro sistema educativo tendrá algo que ver o lo que ocurrió esa noche fue expresión de un instinto que no se doma con educación?

AGUSTÍN SQUELLA: “[El] pillaje y solidaridad no son comportamientos que caractericen a ningún pueblo o nación en particular, sino que son propios y comunes a todo el género humano. Hay una naturaleza que todos los humanos compartimos, en la que anidan malos instintos, y una cultura, mediada por la educación, que nos permite desarrollar ciertas conductas virtuosas. […] aquí como en cualquier parte, supone siempre relaciones de intercambio (las más), de colaboración (algo menos), de solidaridad (siempre escasas) y ciertamente de conflicto (bastante frecuentes)”.

Reiteramos nuestra sugerencia de leer la entrevista completa y un extracto del discurso de agradecimiento de Agustín Squella al recibir el Premio Nacional de Humanidades 2009 en este enlace: “NADA PUEDE HACERSE CON DIRECTIVOS Y PROFESORES QUE NO LEEN”

“…cuando nuestro lenguaje se empobrece, lo que se empobrece es la propia realidad y la comprensión que tenemos de ella”.



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