Todo Educador a la hora de enseñar se enfrenta a un primer obstáculo: La pereza de nuestro cerebro.
Nuestro cerebro posee la maravillosa capacidad de cambiar y rejuvenecer constantemente durante toda nuestra vida. Esta capacidad se conoce como Neuroplasticidad. Sin embargo, se siente “cómodo” con sus hábitos.
Lo nuevo implica para nuestro cerebro, prestar ma- yor atención y para ello debe utilizar más energía. Crear nuevos mapas o modificar los existentes requiere un mayor esfuerzo. La gran contradicción es que al cerebro, a pesar de poder cambiar, no le gusta hacerlo. Él prefiere el hábito.
APRENDIZAJE Y ERROR (01´43”)
¿Cómo podemos derrotar la “pereza” de nuestros cerebros (del alumno o del educador)?
Debemos
EMOCIONAR
No podemos aprender nada que no nos emocione ni de nadie que no nos emocione.
DESPERTAR CURIOSIDAD
El material debe ser atractivo, interesante y en constante renovación.
SORPRENDER
Cambiar metodología constantemente: utilizar juegos, metáforas, conexiones culturales, experiencias personales.
SECCIONAR
El aprendizaje debe ser dividido
en pequeñas partes, correlacionadas entre ellas. Evita la frustración, el agobio.
FOMENTAR
Fomentar una relación de apoyo constante,de confort, de confianza entre educador y alumno en un ambiente tranquilo, cómodo y libre
de distracciones.
FUENTE: Mario Schiavelli, Enseñar sin Enseñar. Manual para el Nuevo Educador (Capítulo IV)
Este artículo es propiedad intelectual de Mario Schiavelli, editado en su libro Enseñar sin Enseñar. Manual para el Nuevo Educador, que puede Usted descargar (gracias a la generosidad de su autor) haciendo click en el resaltado con negritas.
Autor: Mario Schiavelli, de nacionalidad Italiana. |
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