Los Campos Formativos de la Educación Básica

Los Campos de formación para la Educación Básica organizan, regulan y articulan los espacios curriculares; tienen un carácter interactivo entre sí, y son congruentes con las competencias para la vida y los rasgos del perfil de egreso.
Los Campos formativos son el programa Actual de Educación, llamados así porque en sus planteamientos destaca no sólo la interrelación entre el desarrollo y el aprendizaje , si no el papel relevante que tiene la intervención docente para lograr que los tipos de actividades en que participen tanto los niños como las niñas constituyan experiencias educativas.

Las actividades que se desarrollan dentro de los campos formativos, no son simplemente juegos , si no que están planeadas para desarrollar los temas , habilidades y conceptos. Cuando se programa el desarrollo de un Campo Formativo es necesario decidir que centros son los que mejor proporcionan apoyo a sus objetivos, lo que se quiere lograr y qué materiales se necesitarán.

¿Cuántos Campos Formativos hay?

Hay seis campos formativos los cuales son:

  1. Lenguaje y Comunicación
  2. Pensamiento Matemático
  3. Exploración y Conocimiento del Mundo
  4. Desarrollo Físico y Salud
  5. Desarrollo Personal y Social
  6. Expresión y Apreciación Artística

¿Qué características tiene cada Campo Formativo?

Como ya vimos hay 6 campos formativos , y empecemos por uno de los campos formativos que más nos puede preocupar y es el de las matemáticas o mejor dicho el campo:

1. Campo Formativo Pensamiento Matemático

La conexión entre las actividades matemáticas espontáneas e informales de los niños y su uso para propiciar el desarrollo del razonamiento, es el punto de partida de la intervención educativa en este campo formativo.

Los fundamentos del pensamiento matemático están presentes en los niños desde edades muy tempranas. Como consecuencia de los procesos de maduración y de las experiencias que viven al interactuar con su entorno, desarrollar nociones numéricas, especiales y temporales que les permiten avanzar en la construcción de nociones matemáticas más complejas.

Los niños pueden distinguir desde muy pequeños, por ejemplo, dónde hay más o menos objetos, se dan cuenta de que “agregar hace más” y “quitar hace menos” pueden distinguir entre objetos grandes y pequeños.

Sus juicios parecen ser genuina mente cuantitativos y los expresan de diversas maneras en situaciones de su vida cotidiana.

En sus juegos o en otras actividades, los niños separan objetos, reparten dulces o juguetes entre sus amigos, etcétera; cuando realizan estas acciones, aunque no son conscientes de ello empiezan a poner en juego, de manera implícita e incipiente, los principios del conteo:

  • Correspondencia uno a uno (contar con todos los objetos de una colección una y sólo una vez, estableciendo la correspondencia en la secuencia numérica).
  • Orden establece (contar requiere repetir los nombres de los números en el mismo orden cada vez, es decir, el orden de la serie numérica siempre es el mismo 1, 2,3…)
  • Cardinalidad (comprender que el último número nombrado es el que indica cuántos objetos tiene una colección).
  • Abstracción (el número en una serie es independiente de cualquiera de las cualidades de los objetos que se están contando; es decir, las reglas para contar una serie de objetos iguales son las mismas que para contar una serie de objetos de distinta naturaleza: canicas y piedras; zapatos calcetines y agujetas).
  • Irrelevancia del orden (el orden en que se cuenten los elementos no influye para determinar cuántos objetos tiene la colección, por ejemplo, si se cuentan de derecha a izquierda o viceversa).

Durante la educación preescolar, las actividades mediante el juego y la resolución de problemas contribuyen al uso de los principios del conteo (abstracción numérica) y de las técnicas para contar (inicio del razonamiento numérico), de modo que los niños logren construir, de manera gradual, el concepto y el significado de número.

El pensamiento matemático se divide en dos aspectos:

  • Aspecto número y
  • Aspecto forma, espacio y medida.
ASPECTO NÚMERO:

En una situación problemática, como: “Tengo 5 canicas y me regalan 4 más, ¿Cuántas tengo?”, el razonamiento numérico se hace en función de agregar las 5 canicas con las 4 que me regalan o, dicho de otro modo, de añadir las 4 que me regalan a las 5 canicas que tenía.

En el uso de las técnicas para contar, los niños ponen en juego los principios del conteo; usan la serie numérica oral para decir los números en el orden adecuado (orden estable), enumeran las palabras (etiquetas) de la secuencia numérica y las aplican una a una a cada elemento del conjunto (correspondencia uno a uno); se dan cuenta de que la última etiqueta enunciada representa el número total de elementos del conjunto (cardinalidad) y llegan a reconocer, por ejemplo, que 8 es mayor que 5 o que 6 es menor que 10.

En este proceso es importante también que se inicien en el reconocimiento de los usos de los números en la vida cotidiana; por ejemplo, que empiecen a reconocer que, además de servir para contar, lo números se utilizan como código (en números telefónicos, en las placas de los autos, en las playeras de los jugadores) o como ordinal (Para marcar la posición de un elemento en una serie ordenada).

FORMA, ESPACIO Y MEDIDA:

Cuando los niños se ven involucrados en situaciones que implican, por ejemplo, explicar cómo se puede medir el tamaño de una ventana, ponen en juego herramientas intelectuales que les permiten proponer unidades de medida (un lápiz, un cordón), realizar el acto de medir y explicar el resultado (marcando hasta dónde llega la unidad tantas veces como sea necesario para saber cuántas veces cabe la unidad en lo que se quiere medir y llegar a expresiones del tipo: “esto mide 8 lápices y un pedacito más”), lo cual implica establecer la relación entre la magnitud que se mide y el número que resulta de medir (cuántas veces se usó el lápiz o el cordón).

En síntesis, la actividad con las matemáticas alienta en los niños la comprensión de nociones elementales y la aproximación reflexiva a nuevos conocimientos, así como las posibilidades de verbalizar y comunicar los razonamientos que elaboran, de revisar su propio trabajo y darse cuenta de lo que logran o descubren durante sus experiencias de aprendizaje. Ello contribuye, además, a la formación de actitudes positivas hacia el trabajo en colaboración; el intercambio de ideas con sus compañeros, considerando la opinión del otro en relación con la propia; el gusto por el aprendizaje; la autoestima y la confianza en las propias capacidades. Por estas razones, es importante propiciar el trabajo en pequeños grupos (dos, tres, cuatro o unos cuantos integrantes más), según la intención educativa y las necesidades que los niños vayan presentando.

2. Campo Formativo Lenguaje y Comunicación

El lenguaje es una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva. Es, al mismo tiempo, la herramienta fundamental para integrarse a su cultura y acceder al conocimiento de otras culturas, para interactuar en sociedad y, en el más amplio sentido, para aprender.

El lenguaje se usa para establecer y mantener relaciones interpersonales, para expresar sentimientos y deseos; para manifestar, intercambiar, confrontar, defender y proponer ideas y opiniones y valorar las de otros, para obtener y dar información diversa, para tratar de convencer a otros.

Con el lenguaje también se participa en la construcción del conocimiento y en la representación del mundo que nos rodea; se organiza el pensamiento, se reflexiona sobre la creación discursiva e intelectual propia y de otros.

La incorporación a la escuela implica para los niños el uso de un lenguaje cuyos referentes son distintos a los del ámbito familiar, tiene un nivel de generalidad más amplio y de mayor complejidad.

La escuela proporciona a los niños un vocabulario cada vez más preciso, extenso y rico en significados y los enfrenta a un mayor número y variedad de interlocutores.

Por ello, la escuela se convierte en un espacio propicio para el aprendizaje de nuevas formas de comunicación, en el cual se pasa de un lenguaje de situación (ligado a la experiencia inmediata) a un lenguaje de evocación de acontecimientos pasados, reales o imaginarios.

Visto así, el progreso en el dominio del lenguaje oral significa que los niños logren estructurar enunciados más largos y mejor articulados y reflexión sobre lo que dicen, cómo lo dicen y para qué lo dicen.

El lenguaje y la comunicación se divide en dos aspectos:

  • Lenguaje oral y
  • Lenguaje escrito
LENGUAJE ORAL:

Cuando los niños presencian y participan en diversos eventos comunicativos, en los que hablan de sus experiencias, ideas y de lo que conocen, y también escuchan lo que otros dicen, aprenden a interactuar y se dan cuenta de que el lenguaje permite satisfacer necesidades tanto personales como sociales, por ejemplo:

Narrar una historia, un hecho real o inventado, incluyendo descripciones de objetos, personas, lugares y expresiones de tiempo, dando una idea lo más fiel y detallada posible. La práctica de la narración oral desarrolla la observación, la memoria, la imaginación, la creatividad, el uso de vocabulario preciso y el ordenamiento verbal de las secuencias.

    • Conversar y dialogar sobre inquietudes, sucesos que se observan o de los que se tiene información mientras desarrollan una actividad que involucra decidir cómo realizarla en colaboración etc. El diálogo y la conversación implican comprensión, alternancia en las intervenciones, formulación de preguntas precisas y respuestas coherentes. Así se propicia el interés, el intercambio entre quienes participan y el desarrollo de la expresión.
    • Explicar las ideas o conocimientos que se tiene acerca de algo en particular (pasos a seguir en juego o experimento, opiniones personales sobre un hecho, tema o problema). Esta práctica implica el razonamiento y la búsqueda de expresiones que permitan dar a conocer y demostrar lo que se piensa, los acuerdos y desacuerdos que se tienen con las ideas de otros o las conclusiones que se derivan de una experiencia; además son el antecedente de la argumentación.

Por las razones expuestas, el uso del lenguaje, particularmente del lenguaje oral, tiene la más alta prioridad en la educación preescolar.

LENGUAJE ESCRITO:

Al participar en situaciones en las que interpretan y producen textos, los niños no sólo aprenden acerca del uso funcional del lenguaje escrito; también disfrutan de su función expresiva, ya que al escuchar la lectura de textos literarios o al escribirlos con la ayuda de la maestra, expresan sus sentimientos y emociones y se trasladan a otros tiempos y lugares, haciendo uso de su imaginación y creatividad.

El acto de escribir es un acto reflexivo, de organización, producción y representación de ideas. Los niños aprenden a escribir escribiendo para destinatarios reales. Si escribir es un medio de comunicación, compartir con los demás lo que se escribe es una condición importante que ayuda a los niños a aprender de ellos mismos. Los niños hacen intentos de escritura como pueden o saben, a través de letras; estos intentos representan pasos fundamentales en el proceso de apropiación del lenguaje escrito.

En la educación preescolar no se trata de que las educadoras tengan la responsabilidad de enseñar a leer y a escribir a sus alumnos de manera convencional; se trata de que la educación preescolar constituya un espacio en el que los niños tengan numerosas y variadas oportunidades de familiarizarse con diversos materiales impresos, para que comprendan algunas de las características y funciones del lenguaje escrito. Aunque es posible que, a través del trabajo que se desarrolle con base en las orientaciones de este campo formativo, algunos niños empiecen a leer, lo cual representa un logro importante, ello no significa que deba ser exigencia para todos en esta etapa de su escolaridad.

3. Campo Formativo Desarrollo Personal y Social

Este campo se refiere a las actitudes y capacidades relacionadas con el proceso de construcción de la identidad personal y de las competencias emocionales y sociales. La comprensión y regulación de las emociones y la capacidad para establecer relaciones interpersonales son procesos estrechamente relacionados, en los cuales las niñas y los niños logran un dominio gradual como parte de su desarrollo personal y social. Los procesos de construcción de la identidad, desarrollo afectivo y de socialización en los pequeños se inician en la familia. Los niños transitan, por ejemplo, de llorar cuando sienten una necesidad –que los adultos interpretan y satisfacen- a aprender a expresar de diversas maneras lo que sienten y desean.

En la edad preescolar los niños han logrado un amplio e intenso repertorio emocional que les permite identificar en los demás, y en ellos mismos, diferentes estados emocionales-ira, vergüenza, tristeza, felicidad, temor- y desarrollan paulatinamente la capacidad emocional para funcionar de manera más independiente o autónoma en la integración de su pensamiento, sus reacciones y sus sentimientos.

Se trata de un proceso que refleja entendimiento de sí mismos y una conciencia social en desarrollo, por el cual transitan hacia la internalización o apropiación gradual de normas de comportamiento individual, de relación y de organización de un grupo social.

Este campo formativo se organiza en dos aspectos relacionados con los procesos de desarrollo infantil:

  1. Identidad personal y autonomía, y
  2. relaciones interpersonales.
IDENTIDAD PERSONAL Y AUTONOMÍA:

La construcción de la identidad personal en los niños implica la formación del auto concepto (idea que están desarrollando sobre sí mismos en relación con sus características físicas, sus cualidades y limitaciones, y el reconocimiento de su imagen y de su cuerpo) y la autoestima (reconocimiento y valoración de sus propias características y de sus capacidades), sobre todo cuando experimentan satisfacción al ser capaces de realizar una tarea que les representa desafíos.

Los niños llegan a preescolar con aprendizajes sociales influidos por las características particulares de su familia y del lugar que ocupan en ella. La experiencia de socialización en la educación preescolar significa, para los pequeños, iniciarse en la formación de dos rasgos constitutivos de identidad que no estaban presentes en su vida familiar: su papel como alumnos, es decir, como quien participa para aprender de una actividad sistemática, sujeta a formas de organización y reglas interpersonales que demandan nuevas formas de comportamiento; y su papel como miembros de un grupo de pares que tienen estatus equivalente pero que son diferentes entre sí , sin un vínculo previo y al que une la experiencia común del proceso educativo y la relación compartida con otros adultos, entre quienes la educadora representa una figura de gran influencia para los niños.

RELACIONES INTERPERSONALES:

El establecimiento de relaciones interpersonales fortalece la regulación de emociones en los niños y fomenta la adopción de conductas pros sociales, en las que el juego desempeña un papel relevante por su potencial en el desarrollo de capacidades de verbalización, control, interés, estrategias para la solución de conflictos, cooperación, empatía y participación en grupo.

El desarrollo personal y social de los niños como parte de la educación preescolar es, entre otras cosas, un proceso de transición gradual de patrones culturales y familiares particulares a las expectativas de un nuevo contexto social, que puede o no reflejar la cultura de su hogar y en el cual la relación de los niños con sus padres y con la maestra juegan un papel central en el desarrollo de habilidades de comunicación, de conductas de apoyo y resolución de conflictos y de la habilidad de obtener respuestas positivas de otros.

El desarrollo de competencias en los niños en este campo formativo depende, fundamentalmente, de dos factores interrelacionados: el papel que juega la educadora como modelo y el clima que favorece el desarrollo de experiencias de convivencia y aprendizaje entre ella y los niños, entre el grupo de niños, entre las educadoras del plantel y entre los padres de familia y los niños.

4. Campo Formativo Expresión y Apreciación Artísticas

Este campo formativo está orientado a potenciar a los niños actitudes de sensibilidad, iniciativa, curiosidad, espontaneidad, imaginación, gusto estético, creatividad, mediante experiencias que propicien la expresión personal a través de distintos lenguajes, así como el desarrollo de las capacidades necesarias para la interpretación y apreciación de producciones artísticas.

El trabajo pedagógico con la expresión y la apreciación artísticas en la educación preescolar se basa en la creación de oportunidades para que los niños hagan su propio trabajo, miren y hablen sobre él y sobre la producción de otros. Las actividades artísticas contribuyen a su desarrollo integral porque mediante ellas:

  • Expresan sus sentimientos y emociones, aprenden a controlarlos y a reconocer que pueden expresar y manejar tantos sentimientos negativos como de gozo a través de una acción positiva.
  • Practican y avanzan en el control muscular y fortalecen la coordinación visual y motriz; aprenden a utilizar instrumentos (tijeras, brochas, pinceles, crayolas, títeres y otros objetos), habilidades que favorecen el desarrollo de otras más complejas. Desarrollan las habilidades perceptivas (forma, color, líneas, texturas) como resultado de lo que observan, escuchan, palpan, y tratan de representar a través del arte (pintando, dibujando, cantando, bailando, modelando, dramatizando).
  • Tienen oportunidad de elegir: qué colores usar, cómo construir- un muñeco guiñol, un juguete, un objeto de barro-, cómo pegar piezas entre sí, y tomar decisiones.
  • Se dan cuenta de que otros tienen diferentes puntos de vista y formas de expresarse, aunque el motivo de la creación artística sea común. Mientras aprenden a valorar la diversidad.
  • Desarrollan la idea de que a través del arte se transmite la cultura. Cuando tienen oportunidad de apreciar arte del pasado, pueden también formarse una idea de sus orígenes y de ellos mismos.
  • Experimentan sensaciones de éxito. En virtud de que el arte es abierto a quien lo crea, todos los niños experimentan la satisfacción de sus producciones. Por ello las actividades artísticas son particularmente valiosas para los niños con necesidades educativas especiales.

La expresión y apreciación artísticas consta de 4 aspectos:

  1. Expresión y apreciación musical
  2. Expresión corporal y apreciación de la danza
  3. Expresión y apreciación plástica
  4. Expresión dramática y apreciación teatral
EXPRESIÓN Y APRECIACIÓN MUSICAL:

Desde los primeros meses de vida los niños y las niñas juegan con su cuerpo, centran la atención visual y auditiva en objetos coloridos o sonoros, reaccionan emocionalmente hacia la música y el canto y se expresan a través del llanto, la risa, la voz.

Conforme crecen y viven experiencias estimulantes, se suman al canto de otros repitiendo las sílabas finales o las palabras más usuales, cantan e inventan canciones, se mueven con soltura al escuchar música, imitan movimientos y sonidos de animales y objetos, representan situaciones reales o imaginarias y se transforman (en otros personajes) o transforman objetos (usan un palo como caballo, una caja como televisión) a través del juego simbólico.

La mayor parte de los niños comienzan a cantar creando canciones espontáneas o repitiendo fragmentos de tonadas conocidas. Hacia los tres o cuatro años de edad las canciones espontáneas suelen reemplazarse con canciones tradicionales de su cultura. Los niños pueden captar si las frases son rápidas o lentas, si suben o bajan de tono, sin incluyen pausas largas o cortas entre tonos. Aunque no consigan mantener exactamente una nota pueden dominar el texto, los cambios de tono de la frase y el ritmo superficial de la canción; además, les gusta utilizar instrumentos para acompañar su canto.

EXPRESIÓN CORPORAL Y APRECIACIÓN DE LA DANZA:

La construcción de la imagen corporal en los niños se logra en un proceso en el cual van descubriendo las posibilidades que tienen para moverse, desplazarse, y comunicarse a través del cuerpo, así como controlarlo (por ejemplo, en juegos como “las estatuas”).

Estas capacidades de control y auto regulación se propician, sobre todo, mediante la expresión corporal y el juego dramático.

Por lo anteriormente señalado, los niños necesitan ocasiones para jugar, cantar, escuchar música de distintos géneros y bailar, porque de esta manera enriquecen su lenguaje; desarrollan la capacidad de percibir el ritmo y la armonía, así como la memoria, la intención, la escucha la expresión corporal, y la interacción con los demás. 

EXPRESIÓN Y APRECIACIÓN PLÁSTICA:

Como parte de sus experiencias más tempranas, los niños manipulan instrumentos –cuando éstos están a su alcance – que les permiten trazar líneas y formas; empiezan a usarlos como herramientas para explorar su entorno, al principio centrándose más en los movimientos físicos que en los trazos que realizan, y luego pasan de los garabatos hacía ale trazo de formas más organizadas y controladas. Conforme crecen son capaces de crear representaciones reconocibles en los objetos de su entorno; la forma predomina sobre el color y éste no suele tener relación con el objeto representado. Así el, color que utilizan los pequeños puede ser elegido simplemente porque es el que está disponible o tal vez porque sea de su preferencia.

Hacia los cuatro años, los pequeños se interesan más por las líneas, las formas y los colores que por las acciones motrices en las que se centraban antes; el proceso de creación personal (arcilla, arena, masa, pinturas, pinceles, entre otros) como ellos deseen y a su propio ritmo, permiten que vayan descubriendo la diversidad de efectos que pueden lograrse (mezclando colores, produciendo formas), que adquieran gradualmente las habilidades necesarias para manejar con facilidad las herramientas de la expresión plástica, y empiecen a experimentar algunas técnicas básicas para su producción (pintar con los dedos, con pincel, crayola, etcétera).

EXPRESIÓN DRAMÁTICA Y APRECIACIÓN TEATRAL:

En el juego dramático los niños integran su pensamiento con las emociones. Usando como herramienta el lenguaje (oral, gestual, corporal), son capaces de acordar y asumir roles, imaginar escenarios, crear y caracterizar personajes que pueden o no corresponder a las características que tienen originalmente (en la vida real, en un cuento).

Las actividades de representación teatral, además de los aportes que ya se han señalado, constituyen un medio en el que pueden confluir la música, la plástica, la danza y la literatura; ello depende de la forma de cómo se organice el trabajo con los pequeños y, sobre todo, de las posibilidades reales que tengan para participar en su preparación y desarrollo; es decir, se trata de que ellos participen en la elaboración del escenario, en la distribución de roles, la confección del vestuario o de los personajes (que pueden ser títeres), y no sólo de que participen en la puesta en escena.

5. Campo Formativo Exploración y Conocimiento del Mundo

La definición del campo se basa en el reconocimiento de que los niños, por el contacto directo con su ambiente natural y familiar, y las experiencias vividas en él, han desarrollado capacidades de razonamiento que les permiten entender, y explicarse, a su manera, las cosas que pasan a su alrededor.

La curiosidad espontánea y sin límites y la capacidad de asombro que caracteriza a los niños, los conducen a preguntar constantemente cómo y porqué ocurren los fenómenos naturales y otros acontecimientos que llaman su atención así como a observar y explorar todo lo que pueden usando los medios que tienen a su alcance.

Desde edades tempranas los niños se forman ideas propias acerca de su mundo inmediato, tanto en lo que se refiere a la naturaleza como a la vida social. Estas ideas les ayudan a explicarse aspectos particulares de la realidad y a encontrarle sentido, así como a hacer distinciones fundamentales, por ejemplo, para reconocer entre lo natural y lo no natural, entre lo vivo y lo no vivo, entre plantas y animales. Empiezan a reconocer los papeles que desempeñan los miembros de su familia; los rasgos que caracterizan su forma de vida a través de las actividades que hacen su regularidad, y a entender para qué sirven los medios de comunicación, entre otras muchas cosas.

El trabajo en este campo formativo es propicio para que los niños pongan en juego sus capacidades de observación, se planteen preguntas, resuelvan problemas (mediante la experimentación o la indagación por diversas vías), y elaboren explicaciones, inferencias y argumentos sustentados en las experiencias directas, que les ayudan a avanzar y construir nuevos aprendizajes sobre la base de los conocimientos que poseen y de la nueva información que incorporan.

La exploración y conocimientos del mundo se caracterizan de dos aspectos:

Mundo natural y Cultura y vida social

MUNDO NATURAL:

La observación atenta y con interés creciente, la expresión de sus dudas, la comparación, el planteamiento de preguntas pertinentes e imaginativas, y la elaboración de explicaciones e inferencias basadas en situaciones que les permiten profundizar en el conocimiento y aprender más de lo que saben sobre el mundo, constituyen las competencias que se pretende que los alumnos logren en este campo formativo.

El contacto con los elementos, seres y eventos de la naturaleza, así como las oportunidades para hablar sobre aspectos relacionados con la vida en la familia y en la comunidad, constituyen un recurso para favorecer que los niños reflexionen, narren sus experiencias de manera comprensible, desarrollen actitudes de cuidado y protección del medio natural, empiecen a entender que hay diversidad de costumbres y formas de vidas que caracterizan a los grupos sociales. Estas capacidades les permiten un mayor conocimiento de sí mismos y la construcción paulatina de interpretaciones más ajustadas a la realidad, como base de un aprendizaje continuo.

En resumen, dotar de los conocimientos necesarios y favorecer la reflexión y comprensión en los niños, formará en ellos una actitud reflexiva sobre la importancia del aprovechamiento adecuado de los recursos naturales y orientará su participación en el cuidado y preservación del ambiente.

CULTURA Y VIDA SOCIAL:

La comprensión de la diversidad cultural, lingüística y social, así como de los factores que hacen posible la vida en sociedad, son algunas nociones que se propician mediante el trabajo pedagógico en este campo formativo.

A los niños les gusta hablar sobre ellos y su familia, sobre lo que hacen cotidianamente o en ocasiones especiales. La información que dan al respecto es la expresión de rasgos característicos de su cultura. Cuando se abren oportunidades para estos intercambios, empiezan a comparar sus costumbres con las de sus compañeros y, por lo tanto, a reconocer rasgos comunes y diferentes entre culturas. Esta es una base a partir de la cual empiezan a tomar conciencia de la diversidad cultural y a prenden a respetar y aceptar a los demás. Además el conocimiento de las formas de vida en el mundo inmediato, el acercamiento de los niños _por distintos medios_ a contextos culturales desconocidos para ellos, contribuye a la conformación de la identidad cultural.

Los niños pequeños tienen oportunidades para conocer el pasado a partir de la información que les brinda la familia (testimonios, anécdotas y leyendas) y de evidencias con las que puedan establecer relaciones respecto a las formas en que ellos viven, (fotografías, películas, y vestigios que den cuenta de las formas de vida en la localidad). Las comparaciones entre lo que hacían sus familiares adultos con lo que hoy suelen hacer ellos (cómo era su comunidad antes y cómo es ahora, qué servicios había cuáles existen) son formas de propiciar la comprensión de que las cosas y las personas cambian en el transcurso del tiempo.

En conjunto, los aprendizajes que se busca favorecer contribuyen a la formación y al ejercicio de valores para la convivencia. El respeto a las culturas y el trabajo con colaboración son entre otras, actitudes que se fomentan en los pequeños, a través de las cuales manifiestan las competencias sociales que van logrando.

6. Campo Formativo Desarrollo Físico y Salud

El desarrollo físico es un proceso en el que intervienen factores como la información genética, la actividad motriz, el estado de salud, la nutrición, las costumbres en la alimentación y el bienestar emocional.

Las capacidades motrices gruesas y finas se desarrollan rápidamente cuando los niños se hace más consientes en su propio cuerpo y empiezan a darse cuenta de lo que pueden hacer; disfrutan desplazándose y corriendo en cualquier sitio, “se atreven” a enfrentar nuevos desafíos en los que ponen a prueba sus capacidades (por ejemplo, experimentan saltando de diversas alturas, realizan acrobacias, etcétera) y ello les permite ampliar su competencia física, al tiempo que experimentan sentimientos de logro y actitudes de perseverancia.

En estos procesos no sólo se ponen en juego las capacidades motrices, sino las cognitivas y afectivas. Cuando llegan a la educación preescolar han alcanzado _en general_ altos niveles de logro en las capacidades motrices: coordinan los movimientos de su cuerpo y mantienen el equilibrio, caminan, corren, trepan; manejan con cierta destreza algunos objetos e instrumentos mediante los cuales construyen juguetes u otro tipo de objetos (con piezas de distintos tamaños que ensamblan, con materiales diversos), o representan y crean imágenes y símbolos (con un lápiz , pintura, una vara que ayuda a trazar sobre la tierra, etcétera). Sin embargo, no hay que olvidar que existen niños para quienes las oportunidades de juego y convivencia con sus padres son limitadas en su ambiente familiar, ya sea porque pasan una buena parte del tiempo solos o en espacios reducidos, etc., o bien porque tienen necesidades educativas especiales. Para ellos la escuela es el espacio idóneo para brindar oportunidades de juego, movimiento y actividad compartida.

El desarrollo físico y salud se desarrolla en dos aspectos:

  • Coordinación, fuerza y equilibrio.
  • Promoción de la salud
COORDINACIÓN, FUERZA Y EQUILIBRIO:

La intervención educativa en relación con el desarrollo físico debe propiciar que los niños amplíen sus capacidades de control y conciencia corporal (capacidad de identificar y utilizar distintas partes de su cuerpo y comprender sus funciones), que experimenten estilos diversos de movimiento y de expresión corporal.

Cabe destacar que el progreso de las competencias motrices en los niños no está ligado a las actividades de ejercitación por la ejercitación misma; es decir, resulta mejor trabajar situaciones en las que pongan en juego el movimiento y el intelecto (armar y desarmar rompecabezas, etcétera), que insistir en una sola actividad suponiendo que su repetición los ayuda a coordinar mejor (repasar contornos de figuras pre elaboradas, etc.,); estas actividades suelen cansar a los niños, pues les demandan mucho tiempo en su realización y les impiden el movimiento libre.

Los niños con necesidades educativas especiales o con alguna discapacidad motriz, aunque requieren atención particular, deben ser incluidos en las actividades de juego y movimiento y apoyados para que participen en ellas dentro de sus posibilidades. Animarlos a integrarse a las actividades para que superen posibles inhibiciones y temores, así como propiciar que se sientan cada vez más capaces, seguros al participar y que se den cuenta de sus logros, son actitudes positivas que la educadora debe asumir hacia ellos y fomentar en todos los niños y las niñas del grupo.

PROMOCIÓN DE LA SALUD:

La promoción de la salud implica que las niñas y los niños aprendan, desde pequeños, a actuar para mejorarla y a tener un mejor control de ella, y que adquieran ciertas bases para lograr, a futuro, estilos de vida saludables en el ámbito personal y social.

Las oportunidades para conversar y aprender sobre temas como las formas de vida en la familia, los problemas ambientales de la comunidad y de su impacto en la salud personal, las enfermedades más frecuentes que pueden afectarlos, sus causas y modos de prevenirlas o evitarlas y la importancia de practicar hábitos de cuidado personal, contribuyen a que los niños se formen conciencia sobre la importancia de la salud, sobre todo si se les permite acercarse a información científica accesible a su comprensión y cercana a su realidad.

Pueden utilizarse, por ejemplo, libros, revistas, videos u otro tipo de recursos con imágenes a propósito de las cuales puedan observar y, con apoyo de la educadora, obtener información sobre las características de enfermedades infantiles comunes, sus síntomas y las opciones de prevención. Si los niños comprenden por qué son importantes los hábitos de higiene, su práctica habitual se va tornando consciente y deja de ser para ellos sólo una rutina impuesta por los adultos, y, talvez, carente de sentido. De esta manera los alumnos podrán, con base en la comprensión, pensar y proponer acciones en las que puedan participar y promover la participación de los demás (conversar con sus familiares, elaborar carteles con mensajes que ellos propongan, practicar habitualmente medidas de higiene y de cuidado de sí mismos). Además de los aprendizajes que los pequeños, logren en este campo formativo, el jardín de niños debe propiciar vínculos con las familias al brindarles información y al emprender acciones de promoción de la salud social. y si aú n te quedas con ganas de más información puedes visitar este link sobre educación Preescolar.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Editorial MD en la siguiente dirección: editorialmd.com

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