Un video “Espejo como estrategia”, que transmite la charla de Manuel Chaves sobre el acoso escolar en primera persona, sobre su experiencia escolar de agresión y ahora su propuesta: enseñar y evaluar la empatía para desterrar el acoso escolar. Él sostiene que el individualismo, tan recurrente en la sociedad actual, es el caldo de cultivo del bullying o matonismo escolar, así como el confundir este fenómeno con una agresión aislada.
La experiencia de Rabindranath Tagore, creador de la primera Escuela Nueva de Oriente con el nombre de Santiniketon o Morada de la Paz, con la enseñanza de no violencia, sirve como modelo –afirma- para enseñar la gestión de las emociones. En diversas partes del mundo, se está aplicando este aporte, y está ayudando mucho para la convivencia pacífica entre niños y jóvenes.
Afirma que, enseñando a gestionar la empatía, se favorece la activación de las neuronas espejo, que “son unas células de nuestro organismo que actúan como espejos que reflejan las sensaciones que están teniendo los demás y hacen que las sintamos en nuestra propia piel” (Sara Mariner Ferrís). Así lograremos enseñar a nuestros estudiantes a construir una sociedad donde el respeto a los demás sea el eje fundamental.
Compartimos, con fines únicamente educativos – pastorales, el video colgado en YouTube por TEDx Talks, por la sencillez en que Manuel Chávez expone la importancia de la prevención para desterrar un fenómeno que no debe ingresar nunca en nuestras escuelas, y nuestra responsabilidad educativa para prevenir el acoso escolar.
Las neuronas espejo son un tipo especial de neuronas que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otra persona realizar la misma acción. Estas neuronas desempeñan un papel fundamental en la comprensión de las intenciones y emociones de los demás, ya que nos permiten simular mentalmente las acciones y experiencias de los demás.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y comprender sus emociones y sentimientos. Las personas empáticas tienen una mayor capacidad para percibir y comprender las emociones de los demás, lo que implica un procesamiento más intenso de la información social y emocional.
Se ha encontrado que las personas empáticas tienen una mayor actividad en las regiones cerebrales asociadas con las neuronas espejo, como la corteza prefrontal, el lóbulo parietal inferior y el sistema límbico. Esto sugiere que las personas empáticas tienen una mayor sensibilidad y activación de las neuronas espejo al observar las acciones y expresiones emocionales de los demás.
Además, se ha demostrado que las personas empáticas muestran una mayor sincronización de las ondas cerebrales con las de los demás durante la observación de acciones y expresiones emocionales, lo que indica una mayor resonancia emocional y comprensión de las experiencias de los demás.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
