Maestros al servicio de la educación

[David Auris] Comenio, apóstol de la educación

Quien ha leído la Biblia pedagógica de Comenio, siempre estará dispuesto a motivarnos. Sus ideales han inspirado una educación solidaria. Colosal apóstol y resiliente, profesó la paz entre los hombres y centró a la persona, como epicentro del cosmos pedagógico, capaz de perfeccionarse y encontrar la felicidad a través de la educación.
Juan Amós Comenio, proclamado por la Unesco, padre de la pedagogía, arribó al mundo, un marzo 28 de 1592 en la actual República Checa. Célebre pedagogo y teólogo, educado en la Universidad de Heidelberg, lideró el primer salto cualitativo de la educación. A los 78 años, murió en Ámsterdam.

Huérfano desde los 12 años. Vivió en una época sangrienta, perdiendo a su esposa e hijos. Como protestante y enfrentado a la inquisición, sobrevivió oculto en su patria, viendo acabar a sus obras en la hoguera. Había leído a Copérnico y emulándolo, comparó magistralmente al estudiante como centro del universo pedagógico.

Comparable a Cervantes en el campo educativo, escribió para la humanidad de todos los tiempos y catapultó a la pedagogía a la categoría de arte y ciencia con “Didáctica Magna”, orientado a hacernos mejores personas. Publicó el primer libro ilustrado para niños, Orbis pictus y El Camino de luz, entre otras obras.

Asimismo, este extraordinario reformador de la educación renacentista, propuso el primer sistema educativo articulado con planes de estudios, vigentes hasta hoy: la escuela maternal parecido a nuestras guarderías, la escuela común obligatoria, equivalente a la primaria y, la escuela latina o gimnasio, similar a la secundaria de hoy.

Cuatro siglos después, su inmenso aporte a la humanidad cada vez cobra mayor impacto mundial. Su idea pedagógica del amor, como único camino hacia la paz, ha inspirado a la Unesco, el famoso logo “Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres”. También planteaba, construir una comunidad duradera, haciéndose realidad con la ONU.

Adelantándose a su época, este genio, universaliza a la educación, planteando la idea Pansófica, enseñar de todo a todas las personas, sin importar su condición social, género o limitación física, para el logro de la plenitud humana y del estado, coincidiendo con el discurso actual, “educación de calidad para todos y todas”.

Percibía a la escuela, como un grato espacio recreativo, adornado de jardines y abierto al público. Proponía escuelas gratuitas a cargo del estado y edificarlos en cada pueblo para todos los niños y niñas; sin embargo, la hemos privatizado, dejando a más de 263 millones de personas sin escuela, según la Unesco, 2016.

Además, consideró al maestro, la profesión más noble y modelo social, capaz de enseñar menos y aprender más. Apertrechado de estrategias didácticas mutables, está obligado a atraer al estudiante y conocer su materia. Su labor debe forjar autosatisfacción, gozar de un respetable estipendio y cordial trato como en la actualidad lo hace Finlandia.

Revolucionando su época, plantea el Paidocentrismo, centrando al estudiante como núcleo del proceso educativo.  Con Comenio, cada estudiante es único y nadie puede ser menospreciado. Está obligado a ser protagonista de su aprendizaje y capaz de superar al maestro, aprende de acuerdo a su edad y debe viajar por otros países para ampliar su bagaje cultural, como el programa Erasmus de la Eurozona.

El acto pedagógico para Comenio es aprender haciendo: comprender, retener y practicar, anclado en tiempo, objeto y método usando imágenes. ¿Acaso no es constructivismo? Aprendizaje gradual y articulado, de lo sencillo a lo complejo, priorizando la comprensión sobre el memorismo, de preferencia en la lengua original del aprendiz. Los ejemplos y amorosos tratos, alejan azotes, y generan una experiencia placentera para docentes y estudiantes, sostenía.

Comprometió a la familia, como genuina aliada de la educación. El rol protagónico de los padres en la formación y aprendizaje de sus hijos es clave, para lograr su desarrollo personal en la sociedad, coincidiendo así, con nuestra narrativa actual.

Como herederos de esta noble labor educadora, renovemos nuestra fe en la humanidad y ejerzamos el neomagisterio comeniano, para lograr, los sueños de paz y desarrollo sostenible para todos, a través de la educación solidaria, visionado en la madrugada del renacimiento.

Notas:

© David Auris Villegas. Escritor y pedagogo 


Autor:
David Auris Villegas (Perú, 1975) Escritor, pedagogo, editor, columnista, profesor universitario y teórico de la pedagogía ética, educación ciudadana, cultura de paz.
Experiencia laboral:
Licenciado en educación por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y máster en educación por la Universidad de la Habana. Ha sido profesor capacitador en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y profesor de posgrado en varias universidades peruanas. Ha publicado: “Cuentos de medianoche”, “Mañana al despertar piensa en mí”, “Estrategias didácticas de comprensión lectora para la vida”, “Cómo redactar artículos científicos” y “Minicuentos para soñar”. Antologado en: A Orillas del río Ichu y en, Palabras sin fronteras, fronteras sin palabras, y ha aparecido en las revistas: La Tortuga Ecuestre, Némesis y Entre paréntesis. Publica sus artículos pedagógicos cada semana en varios portales del mundo.
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de Facebook: david.aurisvillegas.77

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