¿Cuánto sabemos los profesores sobre la diabetes en los niños?

La diabetes, hasta hace algunos años, se creía que era una enfermedad propia de adultos. Personalmente mi familia tuvo la experiencia con mi sobrina Katy, cuando tenía cinco años, a quien los médicos le encontraban otras posibles enfermedades, menos la diabetes. Fue un largo pasar de un pediatra a otro, hasta que (felizmente) le detectaron que su páncreas no era capaz de producir suficiente insulina, que es la hormona que ayuda a transformar el azúcar (glucosa) de los alimentos en energía para el organismo; y como consecuencia, ese nivel de glucosa en la sangre, aumentaba, (hiperglucemia).

No fue fácil para toda la familia: Katy necesitaba un tratamiento inmediato. Gracias al cariño de sus padres, a que se pudo conseguir el cómo sufragar los costos económicos y la aceptación (de parte de esa niña, luego adolescente y ahora una mujer), es que “aceptó ser amiga de la diabetes”, y  llevar una vida diaria llena de esperanza, con la cercanía y amor de su familia, muchas limitaciones asumidas y aceptadas por un bien superior, muchísima fuerza de voluntad, y un excelente espíritu de superación.

“Más de 425 millones de personas viven actualmente con diabetes. La mayoría de estos casos son diabetes tipo 2, que se puede prevenir en gran medida a través de la actividad física regular, una dieta saludable y equilibrada y la promoción de entornos de vida saludables. Las familias tienen un papel clave que desempeñar para abordar los factores de riesgo modificables de la diabetes tipo 2 y deben contar con la educación, los recursos y los entornos para llevar un estilo de vida saludable”. Así lo afirma Katy, que está ahora muy animada a ayudar a otros niños y jóvenes, a sus padres y personas de su entorno, para brindar el apoyo necesario y eficaz, así como el aprovechamiento de los avances de la ciencia, compartiendo su experiencia en su Blog DIABETES A BORDO: MI MONTAÑA RUSA.

El Gobierno de Canarias, ha colgado en You Tubería, cinco videos para el perfeccionamiento de los profesores, y que consideramos pueden ayudarnos (quizá desde un contexto diferente) para conocer y apoyar las medidas preventivas para detectar a tiempo, brindar la debida asistencia  a los estudiantes con diabetes y la comunicación con las familias. Compartimos uno el video 04, por razones únicamente educativas.

“La diabetes es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la edad pediátrica por lo que hay muchas posibilidades de que cada profesor tenga en su clase, a lo largo de su vida profesional, algún niño o adolescente con diabetes.

Hay aspectos de la enfermedad que deben ser conocidos por los profesores y educadores para facilitar la integración escolar y social del niño con diabetes en un ambiente de seguridad.

A través de los padres, y del propio chico (según la edad), el equipo docente puede aprender las pautas a seguir en cada caso. Eventualmente los profesionales del equipo sanitario pueden ofrecer información y apoyo.

El niño con diabetes es un alumno más, que debe seguir las mismas actividades escolares que sus compañeros, tanto intelectuales, como deportivas o lúdicas; su enfermedad no lo impide, sólo es preciso prever y planificar las actividades que se programan desde la escuela.

Para ello es muy importante que el profesorado tenga los conocimientos mínimos necesarios sobre la diabetes”. EL NIÑO, LA DIABETES Y LA ESCUELA.

En un mundo perfecto, todos los maestros y el resto del personal escolar entenderían cómo manejar la diabetes y podrían ayudar a los estudiantes con diabetes, si fuera necesario. Pero aquí, en el mundo real, (y más en lugares con profundas carencias de recursos educativos) es necesario que cada padre de familia haga llegarla  información a la escuela y trabaje con el personal para mantener a su hijo o hija sano(a) y salvo(a), independientemente de lo que les depare el día en la escuela. Sería muy importante, según las posibilidades, definir y aceptar cuáles son las responsabilidades de la familia y de la escuela, para evitar los malentendidos. De esta manera el profesor sabrá advertir las señales como: temblores, nerviosismo o ansiedad, sudoración, escalofríos o sensación de humedad pegajosa y fría, irritabilidad o impaciencia, mareos y dificultad para concentrarse, hambre o náuseas, visión borrosa, debilidad o fatiga, rabia, terquedad o tristeza,.. EL MANEJO DE LA DIABETES EN EL PLAN ESCOLAR.

Los profesores, y toda la comunidad educativa, debemos saber que, respecto a la diabetes tipo 1 no se puede prevenir. Los médicos ni siquiera pueden saber quién la desarrollará y quién no. Los científicos creen que su origen está relacionado con los genes. En la mayoría de los casos, tiene que ocurrir algo más, como contraer una infección vírica (de un virus), para que una persona desarrolle una diabetes tipo 1. El endocrinólogo norteamericano, Dr. Frank Vinicor, afirma que  “Los genes puede que carguen la pistola, pero es la conducta humana la que aprieta el gatillo”.

La diabetes tipo 2, a veces, es posible prevenirla, con si se consigue, se alcanzar y se mantiene un peso saludable. Otros dos buenos pasos a seguir son elegir alimentos saludables y hacer suficiente ejercicio físico. “Si una persona elige alimentos saludables y es más activa físicamente, puede ayudar a evitar que la diabetes se convierta en un problema”. ¿ES POSIBLE PREVENIR LA DIABETES?

La vida escolar de un niño con diabetes no se diferencia de la de cualquier otro niño, ni tampoco debe representar ningún problema para el colegio, siempre que se mantenga una comunicación fluida y permanente entre los padres y los(as) profesores(as); pues cuanto mejor informada esté la escuela, mas fácil resultará su colaboración. La Asociación Diabetes Madrid (España), ha recopilado y resumido importante información sobre diabetes infantil que puede ser de valiosíma ayuda a los profesores. LO QUE DEBEN SABER LOS PROFESORES SOBRE LA DIABETES.

Deseamos, sinceramente, un esté en nuestro espíritu formativo de los niños y jóvenes el no contribuir para un sea cierta la afirmación, atribuida al Dalai Lama:  Lo que me sorprende más, de lo hombres y mujeres occidentales, es que sacrifican su salud para poder ganar dinero. Y luego sacrifican su dinero para poder recuperar su salud. Luego están tan ansiosos sobre su futuro que no disfrutan del presente; el resultado es que no viven en el presente ni en el futuro; viven como si nunca fueran a morir y mueren como si nunca hubiera vivido.

“Es hora que la diabetes salga de las sombras y que la comunidad global reconozca la enormidad de la epidemia que supone esta enfermedad” (Martín Silink).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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