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Cómo enseñar a los niños con dislexia a leer

Los niños son diagnosticados con dislexia cuando se quedan atrás en el aprendizaje de la lectura en comparación con sus compañeros, por lo general durante los primeros años de la escuela. La causa no es falta de inteligencia, sino una falla en el desarrollo de una habilidad particular: la decodificación del lenguaje escrito. Algunos niños condislexia descubren maneras de compensar sus habilidades lectoras limitadas, por lo que muchas veces sus problemas no son reconocidos sino hasta que ya son mayores, cuando la exigencia de leer y sintetizar mucho material se les hace demasiado difícil.

No es que los niños con dislexia no puedan aprender a leer. Lo que pasa es que necesitan un tipo específico de enseñanza de la lectura, que podría no ser el método que su escuela utilice para enseñar la lectura. Los estudiantes con dislexia no se convertirán en buenos lectores a menos que reciban un tipo de instrucción adecuado, y puede que algunos necesiten más apoyo que otros.

¿Cómo saber si su hijo con dislexia está recibiendo la instrucción que necesita? Para entender cuál es la mejor manera de que un niño con dislexia aprenda a leer (y, de hecho, cualquier niño) es necesario observar el funcionamiento del cerebro durante la lectura.

Lo básico sobre la lectura

El desarrollo de la lectura comienza con algo llamado “conciencia fonológica”, que es la conciencia de los diferentes pequeños sonidos individuales que se combinan para formar el lenguaje. A estos sonidos se les llama fonemas, y todos estamos familiarizados con docenas de ellos. Por ejemplo, la palabra “ver” tiene tres fonemas (tres sonidos separados), uno por cada una de las tres letras.

Antes de que los niños puedan reconocer palabras a simple vista, tienen que poder relacionar los sonidos que oyen con las letras que pueden ver escritas: un proceso que se denomina fonética. Con el tiempo, los niños empiezan a reconocer las unidades de sonido cada vez más grandes, hasta que reconocen los sonidos de palabras enteras, a las que llamamos palabras a “simple vista” o palabras “familiares a simple vista“.

Pero una buena enseñanza puede evitar, o al menos minimizar, las dificultades con la lectura y la escritura. Si bien esta instrucción se realiza mejor cuando los niños son pequeños, la buena noticia es que estas habilidades pueden desarrollarse a cualquier edad.

Qué funciona para los niños con dislexia

¿Cómo pueden aprender a leer los estudiantes con dislexia? La clave, dice Laura Phillips, PsyD, neuropsicóloga del Child Mind Institute, es la enseñanza sistemática de la fonética. Lo sistemático, explica, implica avanzar paso a paso a través de una progresión de habilidades fonéticas, desde los patrones de sonido de las letras más comunes y consistentes, hasta los de letras más difíciles y menos consistentes.

La Dra. Phillips señala que a veces el término “sistemático” se utiliza también para referirse a otros tipos de instrucción, los cuales no funcionan para los niños con dislexia. Por ejemplo, algunos programas que son llamados “sistemáticos” se basan más bien en el análisis de los errores, es decir, en observar los errores que cometen los niños y basar la instrucción en ello, en lugar de enseñarles mediante una secuencia estructurada de habilidades fonéticas.

Qué no funciona para los niños con dislexia

Los enfoques de lectura denominados “lenguaje integral” o “alfabetización equilibrada” son ineficaces para los niños con dislexia, afirma la Dra. Phillips.

Los enfoques de lenguaje integral se basan en la idea de que los niños pueden aprender a leer de forma “natural” mediante la exposición a un lenguaje escrito que sea relevante y motivador para ellos. Al enfrentarse a palabras nuevas, se les enseña a buscar pistas sobre su significado en imágenes o en el contexto de la historia, en lugar de practicar la pronunciación de las palabras nuevas. Pero esto hace que el dominio de la lectura sea mucho más difícil, explica la Dra. Phillips, ya que aleja su atención de aquello en lo que deberían enfocarse: las letras y los sonidos.

“La alfabetización equilibrada” es un plan de estudios que combina cinco componentes diferentes de la enseñanza de la lectura: la conciencia fonológica, la fonética, la fluidez, el vocabulario y la comprensión. Pero la Dra. Phillips sostiene que en la alfabetización equilibrada no hay suficiente conciencia fonológica ni instrucción fonética para que los niños aprendan a leer bien, especialmente los niños con dislexia. “En esos primeros años desde el kínder hasta segundo grado, tenemos que centrarnos realmente en la identificación de las palabras y luego pasar a la comprensión”, dice. “La alfabetización equilibrada es tratar de hacerlo todo a la vez sin hacer suficiente hincapié en la conciencia fonológica y la fonética”.

Por qué la práctica de la fonética es clave

Otra de las claves de un plan de estudios de fonética eficaz es la práctica intencionada. Después de introducir un patrón fonético en una lección, los estudiantes deben recibir materiales de lectura que contengan esos mismos patrones fonéticos, explica Jodi Musoff, MA, MEd, especialista en educación del Child Mind Institute.

”Si los estudiantes están aprendiendo que las letras “q-u-e” juntas dicen ‘ke’, necesitan practicar la aplicación de ese conocimiento leyendo palabras aisladas que contengan el sonido “ke” y luego un texto más largo que incorpore ese patrón. Algunos programas solo hacen que los estudiantes practiquen leyendo o escribiendo unas pocas palabras, explica Musoff. “Si su plan de estudios de lectura habitual es más bien de lenguaje integral, o incluso de enfoque equilibrado, a menudo se utilizan lecturas estandarizadas para la parte de aplicación de la lección, y esas lecturas no contienen necesariamente los patrones fonéticos que se les acaban de enseñar a los estudiantes”.

Cuando la lectura está separada de la lección de fonética, los niños no obtienen la práctica que necesitan para absorber realmente y ser capaces de aplicar sus conocimientos, añade. “Así que un programa sistemático, en mi opinión, debe incorporar esa práctica para que los niños trasladen la lección enseñada a la lectura”.

Los materiales de lectura que se ajustan a las lecciones fonéticas específicas se denominan textos decodificables. Los libros decodificables son libros en los que al menos el 98% de las palabras contienen los patrones fonéticos que se han enseñado a los niños hasta el momento.

Los enfoques de lectura eficaces también suelen describirse como “multisensoriales”. Los enfoques multisensoriales basados en la fonética están diseñados para reforzar el aprendizaje a través de escuchar las palabras, verlas, decirlas, escribirlas en una frase, incluso incorporando gestos y movimientos. “Esto puede ayudar a los niños a aprender simplemente al aumentar el tiempo dedicado a la tarea —señala Musoff— o haciendo que la práctica de la fonética sea un poco más atractiva para los estudiantes. Puede ayudar a la memoria y a la consolidación. Pero no hay ninguna investigación que demuestre que mejore los resultados por encima del componente basado precisamente en la fonética”.

Qué buscar en un programa de lectura

¿Cómo pueden saber los padres si el programa de lectura que se utiliza en el aula de su hijo está basado en la fonética?

Estos son algunos consejos de nuestros expertos:

  • Fíjese en las palabras que se le pide al niño que aprenda. Si todas pertenecen a la misma familia de palabras o todas suenan igual, como gato, pato, rato, dato, significa que está basado en la fonética. Si solo son agrupaciones de palabras de alta frecuencia, como de, el, que, ser, eso, no es un programa basado en la fonética.
  • Si hay un “muro de palabras” en el salón de clases. En un programa basado en la fonética las palabras se agrupan por patrones de sonidos y letras, en lugar de ser enumeradas de manera alfabética. También se le conoce como “muro de sonidos”.
  • ¿Se le dice al niño que adivine? Los programas de fonética no fomentan las adivinanzas basadas en la imagen o el contexto. Los programas de fonética animan a su hijo a que mire las letras y produzca los sonidos correspondientes.
  • En un buen programa de fonética, se instruye y dirige a los niños. No se espera que aprendan a leer solo porque se les exponga a una serie de libros. Se necesita una instrucción directa y sistemática y una práctica intencionada.
  • ¿Cuánto tiempo practican? Con la fonética tiene que haber mucha repetición. Esto puede incluir que un niño aprenda a decodificar la palabra, a escribirla y a utilizarla en una frase. Es repetitivo, pero se les pide que hagan la repetición de múltiples maneras, lo que refuerza el aprendizaje.
¿Qué programas son eficaces para los niños con dislexia?

Se recomienda a los padres que consulten la página web What Works Clearinghouse (página en inglés), que evalúa los programas de lectura según su eficacia y su base en evidencia.

Si su hijo no está recibiendo este tipo de instrucción en su salón de clases, un especialista en lectura o un tutor externo pueden ser eficaces, siempre que utilicen un programa basado en la fonética. Cuando un niño esté recibiendo instrucción especializada, su progreso debe ser supervisado y medido de forma constante para asegurarse de que está respondiendo bien.

La buena noticia es que los niños con dislexia no solo pueden hacer grandes progresos con este enfoque, señala la Dra. Phillips, sino que “hay investigaciones convincentes que demuestran que las regiones del cerebro y las vías utilizadas en la lectura se normalizan en los estudiantes con dislexia después de ser expuestos a una instrucción sistemática basada en la fonética”.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Child Mind Institute en la siguiente dirección: childmind.org | Auotr: Caroline Miller



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