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[Carlos Castro] Fomentar la equidad desde la clase de educación física

Podemos comenzar haciendo la precisión de que la igualdad y la equidad no son lo mismo. Por un lado, la igualdad nos habla de que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, ser tratados igual. En el caso de la equidad, se busca por decirlo así, que las condiciones sean equitativas, parejas en cuanto a la posibilidad de cada quien según sus características.

Es muy común que, cuando ponemos un ejercicio en clase y toca la participación de niños contra niñas, haya expresiones de los varones como ¨ya ganamos¨ o por parte de las niñas como ¨ya perdimos¨. Cuando se les pregunta el por qué, solo se contesta ¨por que son niñas o por que son niños¨.

Como profesores en la materia debemos poner mucha atención a ello, pues aquí se gesta un pensamiento muy importante en toda sociedad y es la impresión de que uno es mejor o más fuerte y el otro lo contrario.

Cuando participemos en clase debemos hacer el énfasis en que ambos tienen las mismas posibilidades de ganar el juego, pero más aún ¡las mismas probabilidades!. Hablemos de un ejemplo práctico:

Nuestra responsabilidad será fomentar la equidad en los ejercicios a desarrollar. Es obvio que si ponemos un ejercicio de fuerza, un varón tiene más probabilidad de ganar, (no siempre), pero si ponemos un ejercicio de flexibilidad la que tiene más probabilidades de salir con la victoria sería una niña. Hablamos de probabilidades, por que posibilidades los dos la tienen.

Es entonces que debemos de buscar ejercicios que fomenten la equidad. Para ello hago algunas recomendaciones:

  • El discurso y lenguaje del profesor siempre debe de transmitir que todos tienen la misma posibilidad y probabilidades con su esfuerzo, de desarrollar un ejercicio y en su caso, ganar una competencia.
  • Hacer énfasis entonces que para mantener esa probabilidad, dependerá de factores como el esfuerzo propio y colectivo, la técnica, la condición física y habilidades.
  • Implementar ejercicios con equipos mixtos y con características similares.
  • Si vemos chicos y chicas con capacidades similares, realizar enfrentamientos entre ellos en los cuales pudiera ganar cualquiera, y que esto sirva de motivación a ambos géneros.
  • Realizar la retroalimentación del por qué se gana o se pierde, si identificamos falta de esfuerzo o desatenciones, pero nunca mencionar que es por que uno tenga mejores características debido a su género.
  • Si escogemos a chicos o chicas para elaborar equipos, debemos prever que siempre sean distintos en cada clase, de preferencia equipos mixtos y los capitanes un niño y una niña.
  • Si un chico o una chica empiezan a escoger a su equipo (si el ejercicio asi lo requiere), solicitar que haya igualdad en la selección, por ejemplo: la chica comienza escogiendo un chico y el chico una chica y asi sucesivamente; tendremos igualdad en la conformación de equipo y equidad en la probabilidad de éxito durante su desarrollo.
  • Si son competencias y el profesor es el encargado de seleccionar los equipos, tener el cuidado y buen juicio de que sea equitativo en características y habilidades.
  • No usar frases como ¨dales oportunidad, son niñas¨ o ¨no importa, es más pequeño¨ pues eso será subestimar las capacidades del alumno o alumna.

A lo largo de algunos años, poniendo en práctica esto, he podido comprobar que las condiciones ambientales en cuanto a motivación y esfuerzo, se ven favorecidas tanto individualmente como grupalmente. El nivel competitivo aumenta y los resultados en los ejercicios y juegos siempre son reservados.


Autor: Carlos Castro Gutierrez
Sucre, México.
Email: [email protected]
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