12 desafíos para implementar las inteligencias múltiples

La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner propone que existen diferentes tipos inteligencias que están presentes en todas las personas, siendo una de ellas la que sobresale o predomina.
Antes de esta teoría se pensaba en la inteligencia como una entidad única, relacionada básicamente con la capacidad para resolver problemas y que puede “medirse” a través de un simple test de coeficiente intelectual.

Compartimos con fines educativos – pastorales la publicación de ORIENTACIÓN ANDÚJAR que explica cuales son los Desafíos de las I. M. para poner lo en práctica en el aula.

Inteligencias Múltiples Desafíos para ponerlas en práctica en tu aula

La inteligencia no siempre es sinónimo de sacar un 10 en el examen de Matemáticas o de Lenguaje. Es mucho más. A lo largo de los años, diversas investigaciones han puesto de manifiesto la existencia de diversas teorías que comprenden diferentes definiciones de inteligencia, siendo entre las más extendidas la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner o la Inteligencia Emocional. [Ver cursos para desarrollar la Inteligencia]

Estas teorías reflejan que la persona es mucho más que los conocimientos académicos, ya que se contemplan una serie de habilidades, competencias y capacidades que son igualmente importantes para la vida y para el desarrollo personal y profesional. Desarrollarlas desde pequeño, prácticamente desde que se nace es importante, aunque también se deben potenciar en la edad adulta.

La inteligencia puede definirse de varias formas. Algunas de sus definiciones más habituales y que figuran en la Real Academia Española de la Lengua son la capacidad de entender o comprender; la capacidad para resolver problemas; el conocimiento, la compresión o el acto de entender o bien la habilidad, destreza y experiencia, entre otras posibles definiciones a las que se suman más enunciaciones conforme a lo largo de los años se han ido desarrollando investigaciones en torno a la inteligencia.

Dentro de estas definiciones, por ejemplo, se halla la realizada por la American Psychological Association que incide en que las personas se diferencian entre sí por la habilidad de comprender ideas complejas, de adaptarse al entorno de forma eficaz y de aprender de la experiencia, así como por razonar y por superar obstáculos a través de la reflexión. Una definición en la que igualmente se refleja que las características intelectuales de las personas varían según las ocasiones.

No es la única definición, puesto que en el año 1994 la Mainstream Science on Intelligence la definía como una capacidad mental que implica diversas habilidades como razonar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas y de aprender de forma rápida y de la experiencia.

Además de estas dos definiciones, en el siglo XX también han aparecido otras teorías, sobre todo vinculadas al campo de la Psicología, que han descrito la inteligencia de diferentes formas. Es el caso de la Teoría Triárquica de la Inteligencia que fue desarrollada por Robet J. Sternberg, psicólogo de la Universidad de Yale, quien habló de tres categorías: inteligencia componencial-analítica (habilidad de planificar, ejecutar y lograr el conocimiento), inteligencia experiencial-creativa (la habilidad basada en la experiencia para tratar la novedad y automatizar procesos) y la inteligencia contextual-práctica (asociada a la conducta adaptativa al mundo real). De ese mismo siglo es la Teoría de la Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman, que la define como la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad de saberlos manejar y que últimamente se está aplicando en el ámbito educativo y de la empresa.

Pero, sin duda alguna, hoy en día una de las teorías más extendidas y de mayor peso es la desarrollada por Howard Gardner con su concepto de inteligencias múltiplesbajo el que este profesor de Cognición y Educación en la Harvard Graduate School of Education, y que recibió el Premio Príncipe de Asturias 2011 de Ciencias Sociales, explica quecada persona tiene al menos nueve formas de inteligencia que se presentan con diferentes niveles de desarrollo al nacer. Un desarrollo en el que no se olvida la carga genética.

La teoría no se queda ahí y señala que no es suficiente que una persona sea muy buena o sepa muchas matemáticas o lengua para desenvolverse en la vida, sino que es preciso desarrollar ciertas habilidades que no siempre están en los libros de texto como es, por ejemplo, el hecho de saber relacionarse con los demás o comprender las motivaciones o los deseos de otras personas, facetas sin las que las personas, aunque sean muy buenas en alguna materia, pueden ver mermada su vida personal y profesional.

Bajo este prisma, Gardner establece su clasificación en:

  • Inteligencia lingüística: capacidad de usar el lenguaje para expresarse ya sea oral como escrito o bien para aprender idiomas.
  • Inteligencia lógica-matemática: capacidad de analizar problemas de forma lógica y de realizar operaciones matemáticas, aparte de investigar temas científicamente.
  • Inteligencia musical: capacidad de tocar, componer y apreciar piezas musicales, así como de reconocer tonos y ritmos.
  • Inteligencia espacial: capacidad de presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, dibujar y confeccionar bocetos o visualizar con precisión.
  • Inteligencia corporal-cinética: capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, flexibilidad, coordinación y equilibrio o de hacer trabajos manuales o expresión corporal.
  • Inteligencia interpersonal: capacidad de entender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas, facilitando la relación con los demás efectivamente.
  • Inteligencia intrapersonal: capacidad de entenderse a uno mismo y apreciar las motivaciones, miedos o sentimientos.
  • Inteligencia naturalista: capacidad de observar, identificar y clasificar a los miembros de un grupo o especie.
  • Inteligencia existencial: capacidad basada en la experiencia vivida para afrontar tareas novedosas, combinar experiencias y formular nuevas ideas.

Según explica Howard Gardner a aprendemas.com, estas inteligencias múltiples no son “innatas e inamovibles” y se pueden desarrollar en la educación e, incluso, más allá del ámbito estrictamente educativoen aquellos casos en los que las personas no han seguido en las aulas un programa educacional que contemplase estos tipos de inteligencia.

De hecho, Gardner constata que “las inteligencias se pueden mejorar si una persona está motivada para mejorarlas. Hay recursos disponibles tecnológicos, humanos, modelos financieros… si la persona quiere seguir practicando el uso de la inteligencia”.

12 Desafíos para su Implantación | Infografía
  1. No es sencillo implantar en un currículo tradicionalista.
  2. Necesidad de entrenamiento previo.
  3. Programas y horarios de clase más flexibles.
  4. Tiempo para preparar lecciones y materiales didácticas.
  5. Puede ser necesario contar con más personal docente.
  6. Visión del estudiante como individuo.
  7. Preparar al alumno para trabajar con nuevos enfoques.
  8. Diferentes formas de evaluación.
  9. Las IIMM como herramientas de instrucción.
  10. Tiempo para que el alumno realice las nuevas actividades.
  11. Temor de etiquetar al alumno.
  12. Uso de la tecnología.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Orientación Andújar en la siguiente dirección: orientacionandujar.es | Infografía:  educar21.com



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