El Papa Francisco en su catequesis de los jueves y dentro sus reflexiones sobre la vejez, “dijo que todo cristiano tiene un “derecho de protesta” a Dios que puede ejercer de modo legítimo. El mismo que todo hijo tiene ante un padre. […] Como ejemplo el Papa puso a la figura de Job, quien no pudo más y se quejó a Dios por todas las desgracias e injusticias que le estaban ocurriendo. Francisco recomendó reflexionar sobre esta figura de la Biblia y su relación con Dios. […].
Job, que sufrió “numerosas desgracias y humillaciones” ante las que pidió a Dios una explicación, el Papa hace una reflexión sobre nuestra reacción a “esos pesos” que parecen aumentar cuando llegan a nuestra vida los problemas como la enfermedad, el sufrimiento, la guerra, la pandemia, …
“La historia de Job ejemplifica la vida de tantas personas, familias y pueblos marcados por el sufrimiento. Su dolor nos interpela, y nos admira la firmeza de su fe y de su amor. Así también los ancianos —que ya han atravesado muchas pruebas a lo largo de su vida—, cuando saben convertir el dolor por las pérdidas en espera confiada de las promesas de Dios, son un testimonio y un tesoro insustituible para que la comunidad pueda aprender a afrontar las dificultades y el exceso de mal”.
EXISTE EL “DERECHO DE POTESTAR A DIOS” (03´ 47”)
Por motivos únicamente educativos y pastorales, para los educadores del Área de Formación Religiosa y aquellos a quienes crean de utilidad la reflexionar sobre las relaciones humanas en al ámbito familiar, hemos extraído algunas frases que pueden ayudarnos a intercambiar experiencias en las relaciones entre niños, jóvenes y personas mayores.
- Job “grita su protesta frente al mal, para que Dios responda y revele su rostro. Y Dios al final responde, como siempre de forma sorprendente: muestra a Job su gloria, pero sin aplastarlo, es más, con soberana ternura, como hace Dios, siempre, con ternura”.
- “Es necesario leer bien las páginas de este libro [Job], sin prejuicios, sin clichés, para captar la fuerza del grito de Job. Nos hará bien ponernos en su escuela, para vencer la tentación del moralismo ante la exasperación y el abatimiento por el dolor de haberlo perdido todo”.
- “Job es alabado porque ha comprendido el misterio de la ternura de Dios escondida detrás de su silencio”.
- “Dios reprende a los amigos de Job que suponían que sabían todo, sabían de Dios y del dolor y, habiendo venido a consolar a Job, terminaron juzgándolo con sus esquemas preconcebidos”.
- “¡Dios nos guarde [del] pietismo hipócrita y presuntuoso! Dios nos guarde de esa religiosidad moralista y de esa religiosidad de preceptos que nos da una cierta presunción y lleva al fariseísmo y a la hipocresía”.
- Job “cuando estaba enfadado e incluso enfadado contra Dios, […] habló bien, porque se negó a aceptar que Dios es un “Perseguidor”, Dios es otra cosa”.
- “El punto de inflexión de la conversión de la fe se produce precisamente en el culmen del desahogo de Job, [y podemos] interpretarlo así: “Mi Dios, yo sé que Tú no eres el Perseguidor. Mi Dios vendrá y me hará justicia”. Es la fe sencilla en la resurrección de Dios, la fe sencilla en Jesucristo, la fe sencilla que el Señor siempre nos espera y vendrá”.
- Cuando “sobre una persona, sobre una familia o sobre un pueblo se abaten pruebas demasiado pesadas, pruebas desproporcionadas respecto a la pequeñez y fragilidad humana. […] a menudo, come se dice, “llueve sobre mojado”. Y algunas personas se ven abrumadas por una suma de males que parece verdaderamente excesiva e injusta. Y muchas personas son así”.
- “Pienso en los padres de niños con graves discapacidades, o en quien vive una enfermedad permanente o al familiar que está al lado… Situaciones a menudo agravadas por la escasez de recursos económicos. En ciertas coyunturas de la historia, este cúmulo de pesos parecen darse como una cita colectiva. Es lo que ha sucedido en estos años con la pandemia del Covid-19 y lo que está sucediendo ahora con la guerra en Ucrania”.
- “Existe una especie de derecho de la víctima a la protesta, en relación con el misterio del mal, derecho que Dios concede a cualquiera, es más, que Él mismo, después de todo, inspira”.
- “Pero, sabes, que la protesta es una forma de oración, cuando se hace así. Cuando los niños, los chicos protestan contra los padres, es una forma de llamar su atención y pedir que les cuiden”.
- “Si tú tienes en el corazón alguna llaga, algún dolor y quieres protestar, protesta también contra Dios, Dios te escucha, Dios es Padre, Dios no se asusta de nuestra oración de protesta, ¡no! Dios entiende”.
- “Sé libre, sé libre en tu oración, ¡no encarceles tu oración en los esquemas preconcebidos!”
- “La oración debe ser así, espontánea, como esa de un hijo con el padre, que le dice todo lo que le viene a la boca porque sabe que el padre lo entiende”.
- “El “silencio” de Dios, en el primer momento del drama, […]. Dios no va a rehuir la confrontación, […] deja […] el desahogo de [la] protesta, y Dios escucha. Quizás, a veces, deberíamos aprender de Dios este respeto y esta ternura”.
- “El “silencio” de Dios, en el primer momento del drama, significa esto. Dios no va a rehuir la confrontación, pero al principio deja a Job el desahogo de su protesta, y Dios escucha. Quizás, a veces, deberíamos aprender de Dios este respeto y esta ternura”.
- “Este testimonio es particularmente creíble si la vejez se hace cargo, en su progresiva fragilidad y pérdida. ¡Los ancianos han visto muchas en la vida! Y han visto también la inconsistencia de las promesas de los hombres”.
- “Hombres de ley, hombres de ciencia, hombres de religión incluso, que confunden al perseguidor con la víctima, imputando a esta la responsabilidad plena del propio dolor. ¡Se equivocan!”.
- “Los ancianos que encuentran el camino de este testimonio, que convierte el resentimiento por la pérdida en la tenacidad por la espera de la promesa de Dios —hay un cambio, del resentimiento por la pérdida hacia una tenacidad para seguir la promesa de Dios”.
- “Que podamos [aprender] también nosotros, de tantos abuelos y abuelas, de tantos ancianos que, como María, unen su oración, a veces desgarradora, a la del Hijo de Dios que en la cruz se abandona al Padre”.
- “Miremos a los ancianos, miremos a los viejos, las viejas, las viejitas; mirémoslos con amor, miremos su experiencia personal”.
- Los ancianos “han sufrido mucho en la vida, han aprendido mucho en la vida, han pasado muchas, pero al final tienen esta paz, una paz […] se parecen a esa paz del Hijo de Dios en la cruz que se abandona al Padre”.
Fuente: CATEQUESIS SOBRE LA VEJEZ 10. JOB. LA PRUEBA DE LA FE, LA BENDICIÓN DE LA ESPERA
“La alianza entre las dos generaciones en los extremos de la vida –los niños y los ancianos- ayuda también a las otras dos –los jóvenes y los adultos- a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad”. (02/03/2022).
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF