A menudo los docentes tienen que tratar con padres conflictivos que ponen en duda cada uno de los pasos del maestro y que defienden a sus hijos a capa y espada sin querer entender razones y métodos.
Lo ideal es que padres y profesores gocen de una buena relación, basada en la confianza, en la orientación y en la ayuda para que los niños puedan mejorar sus hábitos de estudio y su comportamiento. Pero, muchas veces, ocurre que se inmiscuyen demasiado en la tarea docente que a las finales se convierten en una pesadilla.
En esta oportunidad y como motivos educativos publicamos el artículo del portal informativo El Liberal (Argentina) donde publicaron un articulo que está relacionado al comportamiento de los padres de familia con los docentes. Esperemos que esta publicación sirva de reflexión para todos los padres de familia y tengan en cuenta la siguiente lectura.
Tratar con los padres “insoportables”, el desafío diario de los docente
Se habla de que la educación antes era mejor, que se ha perdido el respeto al docente y que la relación docente-padres se ha deteriorado notablemente en estos últimos tiempos. Sin embargo, hay padres que se inmiscuyen demasiado en la tarea docente que terminan entorpeciendo la educación de los niños y jóvenes. Docentes santiagueños sostienen que muchas veces se torna difícil mantener un diálogo con los padres, ponerles límites a ellos y, sobre todo, que se hagan cargo de sus responsabilidades como tutores.
La disputa de competencias entre un profesional y otros adultos, las agresiones, las “culpas” y la falta de responsabilidad también se trasladan a la escuela y son algunos de los desafíos con los que los maestros tratan día a día.
¿Qué es lo que está pasando en las aulas de las escuelas de Santiago? ¿Se ha perdido la alianza de los padres con los maestros? ¿Cómo frenar a los “papis insoportables”?
Grupos de Whatsapp:
Carla es docente de 7º grado de un colegio privado de La Banda. En los pocos años de ejercicio que lleva en su profesión mantuvo buena relación con los grupos de padres, pero en este ciclo lectivo tiene que lidiar con “el grupo de alumnos más indisciplinado de la escuela y por lo tanto con un grupo complicado de padres”.
En el transcurso del año, en las reuniones de padres los fui conociendo y la verdad entendí por qué los chicos tienen mala conducta y es por la competencia que existe entre los padres, que las trasladan a sus hijos y eso influye en la mala conducta de los niños. Tengo los ‘padres pesadilla’ ya que muchas veces recibo mensajes a mi celular desde pidiéndome la tarea hasta que coloque a los hijos en la bandera y también para que los apruebe a los chicos; y, por supuesto, recibo llamados, comentó Carla.
La creación de los grupos de padres en Whatsapp es otro de los aspectos que también deben tener en cuenta los maestros de hoy. La información que circula por los mismos no siempre es la verdadera, ni tampoco forma parte el docente. “No sabía cómo habían conseguido mi número hasta que me dijeron que en los grupos de padres de Whatsapp lo pasó una mamá, porque ella lo guardó cuando una vez la llamé para informarle que su hijo se había descompuesto. Desde entonces se los pasó a los demás”, dijo molesta la docente. Y agregó que espera que “esta situación cambie y estos tipos de padres recapaciten sobre este tema ya que el docente también es persona igual que ellos, tiene su propia vida y sabe cómo cumplir su rol”.
De igual manera, Magalí Mattar, de la Escuela Nº1071 Pedro Bravo, sostuvo que cada maestro debe poner límites a los padres”. “A mí particularmente me molesta que me envíen mensajes para saber si voy o no a la escuela. Para eso tenemos las horas donde podemos disipar dudas. Por respeto les contesto. Generalmente no les doy mi teléfono, pero siempre de alguna manera lo consiguen. Estoy en total desacuerdo que se creen grupos de Whatsapp donde la docente esté dando información por ese medio”, señaló la maestra de primer grado.
Además, rescató que “el trato debe ser personal y con respeto. Creo que si asistieran a las reuniones de padres se limarían asperezas y se lograría que realmente se interesen por el aprendizaje de los chicos”.
En este sentido, Daniela, maestra de primaria de un colegio privado, también señaló que “hay situaciones realmente desgastante en donde los padres hostigan a los maestros a través de mensajes de texto o llamadas telefónicas sólo para cumplir su rol de padres, mostrando un interés por las obligaciones de sus hijos (tareas, peleas, etc.) y la cuasi obligatoriedad del maestro de conocer todas las necesidades de los chicos y resolver situaciones que van más allá de nuestro entender”.
Ausencia y culpas:
En el discurso docente es frecuente escuchar los pedidos de ayuda a los padres para la formación de los niños. Pero muchos tutores no están presentes en la educación de sus hijos, por lo que el docente también debe cumplir otros roles que escapan a la trasmisión de contenidos y que los pone en permanente cuestionamiento. Allí surge otro problema: ¿hasta dónde involucrarse?
El tema de los padres es algo muy complejo porque muchas veces están en el momento que no deben y se ausentan cuando su hijo o el docente los necesitan. Además, los padres delegan toda responsabilidad a los docentes dejando de lado la función principal de nosotros que es transmitir contenidos.
Nos dejan a la deriva cumpliendo roles como madre, psicólogos, enfermeras, etc. Muchas veces, solamente aparecen para retirar el boletín, y si hay alguna irregularidad se enojan culpándonos. Esto puede traer incluso serias consecuencias porque algunos hasta nos denuncian. Sin embargo es muy contradictorio porque en realidad ellos estuvieron ausentes en todo el proceso, comentó una docente de la localidad de Beltrán.
Asimismo, resaltó que “hay padres que quieren manejarse con los docentes como amigos por teléfono y no es así. En mi caso sólo me pueden mandar mensajes para avisarme que están enfermos los niños o algo muy importante, pero sino por cualquier inquietud estoy en la escuela todo el día”.
Por su parte, Daniela puso énfasis en que “hay situaciones de acompañamiento que son sin lugar a dudas invalorables y necesarias, pero la línea es tan delgada que es traspasada y los límites se desdibujan, hasta el punto de vernos agobiados por la crítica constante”.
En las reuniones se nota que los padres muchas veces confunden el acompañamiento con el acoso y el protagonismo. A veces siento que los niños quedan en medio de dos trincheras, por un lado los padres, con toda la carga emotiva, psicológica y el mandato social y, por otro, los maestros con los que se tejen relaciones igualmente emotivas.
Creo que algunas veces sólo lo hacen por el hecho de cuestionar, por la necesidad de mostrar fortaleza en esa trinchera virtual, todo lo justifica y no se dan cuenta que en el medio están sus propios hijos”, cuestionó Daniela, desde su experiencia. Y dijo: “Estas situaciones nos atan de manos, van minando nuestras ganas de actuar en consecuencia, ya que no sólo debemos preocuparnos de los niños sino también de la reacción de los padres que critican y sobre todo cuestionan cualquiera sea nuestro proceder”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por El Liberal (Argentina) en la siguiente dirección: elliberal.com.ar
Fuente de Imágenes: © Carlos Carrión – Asociación de profesores que apoyan a los maestros maltratados e indefensos – Visto en xlsemanal.com
Creo que este artículo está sesgado y trata la relación entre profesores y padres desde un único punto de vista. Para que los niños reciban una buena educación es necesario que haya COMUNICACIÓN entre padres y profesores. Yo no soy profesor y como padre tengo una visión distinta de esa relación de la que se describe en este artículo.
Son un verdadero dolor de cabeza, no creo que solamente en chile, es un problema de LOs padres de familia de ésta generación de niños consentidos y desafiantes.