Este principio, esencial en la propuesta de Ausubel, indica que todo aprendizaje nuevo debe anclarse en los conocimientos previos del estudiante. La estructura cognitiva preexistente (conceptos, ideas, experiencias) actúa como el andamiaje sobre el cual se construyen los nuevos aprendizajes (Ausubel, Novak y Hanesian, 1978).
En otras palabras, la nueva información solo adquiere sentido y se retiene a largo plazo si el estudiante logra relacionarla de manera no arbitraria y sustancial con lo que ya sabe. Si el alumno no dispone de conocimientos relacionados, o estos no se activan oportunamente, es probable que el aprendizaje sea superficial y pronto se olvide (Moreira, 2005).
Explicación teórica:
La conexión con los conocimientos previos implica integrar la nueva información dentro de redes conceptuales ya existentes, generando comprensión profunda mediante un proceso de subsumción. Este proceso reorganiza y enriquece tanto el contenido nuevo como el anterior. Por ejemplo, si un estudiante ya conoce la idea de cadena alimentaria, podrá aprender de manera más significativa sobre depredadores y presas al vincularlo con ese esquema. Por el contrario, si no tiene conocimientos de base, la información se almacena de forma aislada, perdiéndose rápidamente.
Esta perspectiva coincide con las teorías constructivistas, que plantean que el conocimiento se construye sobre esquemas previos (Piaget, 1978; Vygotsky, 1979). Por el contrario, las posturas tradicionales (conductistas) suelen ver al alumno como una “tabla rasa” y no consideran la importancia de los conocimientos previos, generando aprendizajes memorísticos y poco duraderos (Díaz Barriga, 2002).
Ejemplo práctico:
Al iniciar un tema sobre el sistema solar, un docente podría preguntar: “¿Qué saben sobre las estaciones del año?”. Si un estudiante responde que el invierno se produce porque la Tierra está más lejos del Sol, el profesor puede tomar esa idea para construir la explicación correcta y relacionarla con el concepto de la inclinación del eje terrestre. Así, el aprendizaje se ancla en un conocimiento previo —aunque erróneo— y lo reorganiza.
Comparación con otros enfoques:
Este principio se alinea con el constructivismo (Piaget, 1978) y con la noción de zona de desarrollo próximo de Vygotsky (1979), que también destacan la importancia de partir de lo que el alumno ya sabe. Ausubel, sin embargo, subraya que la conexión debe ser explícita y planificada, no dejada al azar, y que puede lograrse perfectamente dentro de la enseñanza expositiva siempre que sea significativa.
2. Organizadores Previos
Este segundo principio propone utilizar organizadores previos antes de enseñar un nuevo contenido. Se trata de recursos introductorios (como esquemas, analogías, preguntas generadoras o resúmenes) que sirven para activar o proporcionar anclajes para el aprendizaje (Ausubel, 1960).
Explicación teórica:
Los organizadores previos funcionan como puentes cognitivos entre el conocimiento existente y el nuevo. Al ofrecer una visión general y significativa, ayudan a situar la información posterior en un marco coherente, evitando que el aprendizaje sea desordenado o fragmentado.
Ausubel distinguió dos tipos principales:
- Organizadores introductorios, que aportan conceptos básicos cuando los alumnos carecen de saberes previos.
- Organizadores comparativos, que permiten diferenciar el nuevo aprendizaje de ideas similares ya conocidas, evitando confusiones (Ausubel, 1960).
Ejemplo práctico:
Antes de enseñar fotosíntesis en 5.º grado, el docente puede presentar la analogía de la planta como una “fábrica” que transforma agua, luz y CO₂ en alimento. Con esto, los estudiantes activan ideas previas sobre energía solar y alimentos, lo que facilita entender el proceso químico posteriormente.
Comparación con otros enfoques:
El uso de organizadores previos se relaciona con el concepto de andamiaje (Bruner, 1977) y con las técnicas de activación de conocimientos previos de las metodologías activas. Aunque en el aprendizaje por descubrimiento el organizador puede ser una pregunta inicial, Ausubel insiste en que un marco conceptual claro desde el inicio mejora la integración del aprendizaje (Díaz Barriga, 2002).
3. Subordinación de lo Aprendido (Organización Jerárquica)
Este principio señala que los contenidos deben presentarse de forma lógica y progresiva, integrando los conceptos nuevos bajo estructuras más generales previamente conocidas. Es decir, el aprendizaje significativo requiere que lo nuevo se subordine a conocimientos inclusivos ya presentes en la mente del estudiante (Ausubel, 1968).
Explicación teórica:
La mente organiza la información jerárquicamente: conceptos amplios en la parte superior, conceptos específicos en niveles inferiores. Cuando se introduce nueva información, debe colgarse de conceptos más generales, denominados subsunsores. De esta forma, la memoria se organiza y el aprendizaje es más duradero.
Por ejemplo, para aprender que el perro es un mamífero, el estudiante debe haber comprendido previamente qué significa “mamífero”, y relacionar luego al perro como un caso particular.
Ejemplo práctico:
Un docente de Historia puede comenzar con el concepto general de revolución —como cambio social profundo— y posteriormente profundizar en casos específicos como la Revolución Francesa, la Rusa o la Industrial. Esto asegura que cada ejemplo particular se comprenda dentro de un marco conceptual más amplio, evitando confusiones o aprendizajes dispersos.
Comparación con otros enfoques:
La idea de organizar de lo general a lo específico coincide con la propuesta de currículum en espiral de Bruner (1977), que plantea revisitar ideas generales con progresiva profundidad. Ausubel, sin embargo, resalta la importancia de presentar primero la estructura general de forma explícita para facilitar la integración lógica, en lugar de confiar solo en descubrimientos inductivos (Díaz Barriga, 2002).
4. No arbitrariedad del significado
Este principio destaca que el significado no se impone, sino que se construye de forma personal y no arbitraria. Cada alumno debe atribuir sentido al contenido relacionándolo de manera sustancial con su propia experiencia y conocimientos previos (Ausubel, 1968).
Explicación teórica:
El aprendizaje significativo solo ocurre si la relación entre la nueva información y lo que el alumno ya sabe es coherente y comprensible, no arbitraria. Si la información se presenta como una lista aislada, sin conexiones, se memoriza mecánicamente y se olvida con facilidad.
Por ejemplo, aprender la fórmula del agua (H2O) sin entender qué significa la proporción de átomos implicaría un aprendizaje arbitrario. Comprender que el agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, relacionándolo con ideas de molécula y elemento químico, convierte esa fórmula en un conocimiento significativo.
Ejemplo práctico:
Al enseñar densidad, un profesor puede mostrar dos bloques del mismo tamaño pero diferente peso, para que los estudiantes experimenten la relación masa-volumen antes de memorizar la fórmula (densidad = masa/volumen). Esto permite construir el concepto de forma personal, integrándolo con experiencias perceptivas reales.
Comparación con otros enfoques:
Este principio está alineado con el constructivismo y con las ideas humanistas del aprendizaje, que resaltan la relevancia personal y la motivación interna (Rogers, 1983). También coincide con metodologías activas que proponen que el estudiante descubra y dé sentido al contenido, aunque Ausubel defiende que esto puede lograrse perfectamente mediante enseñanza expositiva guiada, siempre que el alumno participe activamente en la construcción del significado (Díaz Barriga, 2002).
5. Diferenciación progresiva
La diferenciación progresiva indica que el docente debe avanzar de lo general a lo específico, introduciendo primero conceptos amplios e inclusivos y luego desglosando detalles y matices (Ausubel, 1968).
Explicación teórica:
Este proceso permite que los alumnos comprendan primero la estructura global del tema, facilitando la organización de los datos y evitando la sobrecarga cognitiva. Posteriormente, al añadir detalles, estos se asimilan dentro de un marco ya conocido, logrando mayor estabilidad y retención.
Por ejemplo, en Ciencias Naturales se puede empezar explicando qué es un ecosistema (relación de seres vivos con su entorno) y después abordar tipos de ecosistemas, características particulares y ejemplos concretos.
Ejemplo práctico:
Un maestro de Matemáticas puede iniciar explicando el concepto general de función periódica, antes de diferenciar seno, coseno y tangente como casos particulares. Así, cada propiedad o fórmula se integra dentro de un concepto global, evitando memorizar datos sueltos sin comprender su relación.
Comparación con otros enfoques:
La diferenciación progresiva se considera parte de una enseñanza deductiva guiada por el docente, en contraste con la inducción pura del aprendizaje por descubrimiento (Bruner, 1977). Sin embargo, ambos enfoques pueden combinarse, por ejemplo partiendo de exploraciones prácticas para luego sistematizar los hallazgos de forma jerárquica y organizada (Díaz Barriga, 2002).
6. Reconciliación integradora
Este principio subraya la necesidad de integrar y relacionar la nueva información con los conocimientos previos, conciliando discrepancias y asegurando la coherencia global del aprendizaje (Ausubel, 1968).
Explicación teórica:
Con el tiempo, un alumno puede recibir datos o conceptos que parezcan contradictorios. La reconciliación integradora busca ayudarle a reorganizar y ajustar sus ideas, logrando una visión unificada y consistente.
Por ejemplo, un estudiante que aprende primero física clásica y más adelante conceptos de física cuántica debe integrar ambos sistemas de manera razonada, comprendiendo cuándo se aplica cada uno.
Ejemplo práctico:
Tras trabajar con distintos tipos de funciones matemáticas, un profesor puede organizar un repaso comparativo para que el alumno relacione propiedades comunes y diferencias, logrando una comprensión más profunda y conectada de todo el tema.
Comparación con otros enfoques:
Este principio coincide con la idea de acomodación de Piaget (1978), que plantea la reorganización de esquemas cuando aparece nueva información contradictoria. Asimismo, se relaciona con los enfoques interdisciplinarios actuales, que impulsan integrar aprendizajes de diferentes materias para formar un conocimiento más amplio y transferible (Díaz Barriga, 2002).
7. Rol del Docente como Facilitador del Aprendizaje Significativo
Este principio resalta que el docente no debe limitarse a ser un transmisor de información, sino actuar como un facilitador, mediador y guía del aprendizaje significativo (Ausubel, 1968). Su misión consiste en diseñar experiencias educativas donde los nuevos contenidos puedan integrarse con los conocimientos previos del alumnado, ayudando a que cada estudiante construya un significado personal y no arbitrario (Díaz Barriga, 2002).
En lugar de imponer el sentido, el docente debe crear oportunidades para que los estudiantes elaboren conexiones propias, fomentando la participación activa, la reflexión y la motivación (Rogers, 1983). En definitiva, la enseñanza no se centra únicamente en exponer datos, sino en organizar, conectar y facilitar el aprendizaje (Ausubel, 1968).
A continuación se detalla este rol según cada nivel educativo:
Rol del docente en Educación Inicial (Preescolar)
En la etapa inicial, el docente asume el papel de guía lúdico. Los niños de esta edad piensan de forma concreta y construyen su aprendizaje a partir de experiencias directas y cotidianas. Por ello, el docente debe:
- Diseñar actividades basadas en el juego y la exploración sensorial.
- Utilizar elementos familiares para explicar conceptos nuevos (por ejemplo, contar juguetes para introducir los números).
- Promover un clima de afecto y seguridad, que motive la curiosidad natural de los niños.
- Introducir conceptos de manera progresiva, partiendo de lo conocido y avanzando hacia nuevos aprendizajes.
Ejemplo: para enseñar los colores, la educadora puede conversar primero sobre los colores de la ropa de los niños (organizador previo), después proponer un juego de clasificación de objetos y finalmente repasar todos los colores vistos integrando ejemplos cotidianos.
En esta etapa es fundamental transmitir entusiasmo y cercanía, pues los niños suelen imitar la actitud del docente hacia el aprendizaje (Moreira, 2005).
Rol del docente en Educación Primaria
En Primaria, los alumnos ya manejan nociones más abstractas, aunque todavía requieren ejemplos concretos. Aquí el docente cumple funciones como:
- Organizar secuencias de enseñanza de lo general a lo específico (diferenciación progresiva).
- Activar conocimientos previos a través de preguntas o lluvias de ideas.
- Relacionar los contenidos académicos con la vida cotidiana del alumno (por ejemplo, fracciones mediante el reparto de una pizza).
- Motivar la participación mediante actividades prácticas, proyectos sencillos y retos adecuados a la edad.
Ejemplo: al abordar la multiplicación, se puede iniciar con sumas repetidas que los estudiantes ya dominen, luego avanzar a la multiplicación formal y finalmente aplicar a situaciones reales, integrando y reconciliando los nuevos conceptos con los previos.
En Primaria también conviene fomentar la metacognición, animando a los niños a reflexionar sobre lo aprendido, compararlo y ubicarlo dentro de su experiencia personal (Díaz Barriga, 2002).
Rol del docente en Educación Secundaria
En Secundaria, los estudiantes poseen mayor capacidad de abstracción y cuentan con un bagaje más amplio de conocimientos escolares. El rol docente consiste en:
- Actuar como organizador de grandes volúmenes de información, estructurando los contenidos jerárquicamente.
- Diseñar organizadores previos más complejos (mapas conceptuales, resúmenes comparativos).
- Detectar ideas previas incorrectas para corregirlas mediante la reconciliación integradora.
- Favorecer la transferencia y la interdisciplinariedad, relacionando conceptos de distintas materias.
- Estimular la motivación intrínseca mostrando la relevancia de los contenidos en la vida cotidiana y en el futuro profesional.
- Promover autonomía y estrategias de aprendizaje consciente (por ejemplo, enseñar a hacer esquemas, a elaborar resúmenes, a planificar el estudio).
Ejemplo: al explicar el pH en Química, un docente puede iniciar con un experimento sencillo, activar conocimientos previos sobre ácidos y bases, presentar la teoría de forma progresiva, relacionarla con ejemplos de la vida real (alimentación, productos de limpieza) y finalmente animar a los estudiantes a investigar aplicaciones del concepto en su entorno.
De este modo, el profesor de Secundaria facilita que el alumnado no solo aprenda conceptos, sino que aprenda a aprender, desarrollando habilidades para seguir construyendo conocimientos de forma significativa (Ausubel, 1968).
Conclusión
La propuesta de David Ausubel sigue siendo actual y de enorme valor para los docentes de todos los niveles educativos. Sus siete principios —conexión con conocimientos previos, uso de organizadores previos, subordinación jerárquica, no arbitrariedad del significado, diferenciación progresiva, reconciliación integradora y el rol docente como facilitador— proporcionan un marco claro para planificar experiencias de aprendizaje profundas, duraderas y relevantes.
La clave es comprender que el aprendizaje no consiste en acumular datos, sino en construir significados, organizando y relacionando activamente la información nueva con la experiencia previa de cada estudiante. En palabras del propio Ausubel:
“Los contenidos pasan, pero las conexiones quedan.”
Bibliografía
- Ausubel, D. P., Novak, J. D. & Hanesian, H. (1978). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. Trillas.
- Díaz Barriga, F. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: Una interpretación constructivista. McGraw-Hill.
- Moreira, M. A. (2005). Aprendizaje significativo crítico. Universidad Federal de Río Grande del Sur.
- Bruner, J. S. (1977). El proceso de la educación. Morata.
- Rogers, C. (1983). Libertad y creatividad en la educación. Paidós.
Agradecimiento
Queremos agradecer a los creadores de esta excelente guía (axiopolis.com) por sintetizar de manera tan clara y accesible los principios fundamentales del aprendizaje significativo de David Ausubel. Gracias a su aporte, docentes de todos los niveles pueden contar con un recurso práctico y útil para mejorar sus prácticas educativas. Invitamos cordialmente a quienes deseen profundizar en el tema a descargar este material y compartirlo con colegas, contribuyendo así a que más educadores enseñen de forma significativa y transformadora.
Redacción | Web del Maestro CMF
MATERIAL DE DESCRAGA: 7 PRINCIPIOS CLAVE DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO DE DAVID AUSUBEL