Ciudad Valles, San Luis Potosí.— La comunidad educativa mexicana se encuentra de luto tras la repentina muerte de la maestra Yadira Lisbeth Hernández Lara, docente de historia en la Secundaria Pedro Antonio Santos Rivera, quien perdió la vida el pasado 28 de octubre de 2025 mientras impartía clases a sus alumnos. Su fallecimiento, ocurrido dentro del aula, ha dejado una profunda huella entre compañeros, estudiantes y autoridades locales.
Una maestra entregada hasta el último momento
De acuerdo con los primeros reportes, la profesora comenzó a sentirse mal durante su jornada laboral. Los alumnos, al notar su malestar, alertaron de inmediato a los prefectos y al personal docente, quienes activaron el protocolo de emergencia y la trasladaron a un hospital privado de Ciudad Valles. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, la maestra falleció poco después de su ingreso.
Yadira, de aproximadamente 40 años, contaba con 23 años de trayectoria docente, siendo reconocida por su dedicación, alegría y vocación inquebrantable. Según sus colegas, había enfrentado recientemente problemas de salud, pero decidió regresar a las aulas con la misma pasión de siempre. Su compromiso con la educación fue tal que su vida se apagó en el lugar que más amaba: su escuela.
Homenaje desde la comunidad educativa
La secundaria Pedro Antonio Santos Rivera rindió un emotivo homenaje a través de sus redes sociales. En su publicación, la institución expresó:
“Con el corazón roto y una profunda tristeza, despedimos a nuestra inigualable y amada maestra Yadira Arisbet. Partió de este mundo en el lugar que tanto amaba, su escuela, rodeada del espíritu que le impulsaba día a día: el de sus alumnos. Dejó un legado de amor y dedicación que vivirá en cada uno de nosotros”.
Sus estudiantes la despidieron lanzando globos blancos al cielo, en un gesto simbólico de agradecimiento y respeto. Compañeros, padres de familia y exalumnos llenaron las redes de mensajes y fotografías recordando su sonrisa, su empatía y su incansable vocación por enseñar.
Reflexión sobre el bienestar docente
El fallecimiento de la maestra Yadira Hernández ha abierto nuevamente el debate sobre la salud física y emocional del magisterio mexicano. Muchos docentes han manifestado en distintos espacios que la carga administrativa, la presión laboral y el estrés cotidiano están deteriorando la calidad de vida del profesorado.
En palabras del creador del canal Soy Docente, quien compartió la noticia:
“Debemos cuidarnos, maestras y maestros. La vida es tan impredecible que puede terminar en cualquier momento. Hay estados que acompañan al magisterio, pero en la mayoría, el esfuerzo diario supera los límites humanos”.
El caso de Yadira no solo refleja una tragedia individual, sino también una alerta colectiva sobre la necesidad de atender la salud docente con políticas reales de prevención, acompañamiento psicológico y reducción de la sobrecarga laboral.
Una vida dedicada a la enseñanza
Para la comunidad de la Secundaria Pedro Antonio Santos, la maestra Yadira no fue solo una profesora: fue una guía, una confidente y un ejemplo de vocación auténtica. Sus alumnos la recuerdan como una mujer que “hacía que cada estudiante se sintiera visto, escuchado y comprendido”.
Su partida deja un vacío en los pasillos, en las aulas y en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de aprender con ella.
Hoy, su nombre se une al de tantos docentes que, silenciosamente, entregan su vida al servicio de la educación.
Un llamado a valorar la vocación docente
La muerte de Yadira Hernández es un recordatorio doloroso, pero necesario: los maestros también necesitan cuidado, empatía y protección institucional. Su historia debería inspirar a las autoridades educativas y a la sociedad a valorar la entrega diaria del profesorado, más allá de las cifras, los trámites y los discursos oficiales.
Porque como escribió su propia escuela en su despedida:
“Tu cariño y tu ejemplo permanecerán con nosotros para siempre. Gracias por tanto amor, por tanta enseñanza y por ser una luz en nuestro Pedro. Descanse en paz, querida maestra Yadira”.
Descanse en paz, maestra Yadira Lisbeth Hernández Lara. Su legado seguirá vivo en cada aula donde aún se enseña con amor.
Redacción | Web del Maestro CMF
