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Enseñar a pensar a tus alumnos: claves, ideas y actividades

Enseñar a pensar a los alumnos es una habilidad fundamental para su desarrollo académico y personal. Para lograrlo, es importante fomentar el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad. Una de las claves para enseñar a pensar es proporcionar a los estudiantes oportunidades para reflexionar, cuestionar y analizar información. Esto se puede lograr a través de debates en clase, preguntas abiertas que desafíen su pensamiento y la presentación de diferentes perspectivas sobre un tema.

Otra idea clave es enseñar estrategias de pensamiento, como la organización de ideas, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Los docentes pueden enseñar a los alumnos a utilizar herramientas como mapas conceptuales, diagramas de flujo y listas de pros y contras para organizar sus pensamientos y tomar decisiones informadas. Además, se pueden utilizar actividades prácticas que involucren la resolución de problemas del mundo real, donde los estudiantes tengan que aplicar su pensamiento crítico y encontrar soluciones creativas.

Es importante también fomentar la metacognición, es decir, enseñar a los estudiantes a reflexionar sobre su propio pensamiento y aprender a autorregularse. Se les puede animar a hacer preguntas sobre su propio proceso de pensamiento, a identificar y superar posibles sesgos o suposiciones, y a evaluar la efectividad de sus estrategias de pensamiento. Esto les permitirá desarrollar habilidades de autorreflexión y mejorará su capacidad para aprender de manera independiente.

Enseñar a pensar a tus alumnos

Los planes de estudio de ESO y Bachillerato incluyen una serie de contenidos y competencias orientados a una formación integral sobre ciencia, tecnología y humanidades. En la práctica, predomina el contenido teórico y la memorización dejando de lado una cuestión fundamental para cualquier persona: aprender a pensar. En este sentido, enseñar a pensar no es tarea fácil pero sí imprescindible, ya que contribuye a que las personas sean más críticas, reflexivas y autónomas. En ello, juega un papel fundamental la asignatura de Filosofía.

En una sociedad como la actual en la que impera el individualismo, la tecnificación y la globalización, enseñar a pensar se presenta como un aspecto básico a la hora de diseñar los currículos educativos. Así, el Ministerio de Educación y Formación Profesional, siguiendo las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea relativas a las competencias clave para el aprendizaje permanente, incluye la competencia “aprender a aprender” (CPAA) junto a la comunicación lingüística, la matemática, ciencia y tecnología, la digital, la emprendedora, conciencia y expresiones culturales y sociales y cívicas. Considera que esta es una habilidad básica que “implica la reflexión y la toma de conciencia de los propios procesos de aprendizaje”.

Aprender a aprender también implica aprender a pensar, una cuestión que puede resultar ambigua ya que ante la pregunta “¿Qué es pensar bien?” no hay una única respuesta. Para Mattew Lipman (1922-2010; filósofo, investigador y educador estadounidense que impulsó el desarrollo de la filosofía para niños) esto implica “poder elaborar juicios, fundamentados en criterios, con sensibilidad al contexto y siguiendo un proceso de pensamiento autocorrectivo”.

Enseñar a pensar supone formar a alumnos con mayor capacidad de reflexión, pensamiento crítico y autonomía, unas cuestiones básicas para toda la vida independientemente de la actividad que desempeñen en un futuro. Además, también contribuye a saber afrontar problemas y resolver conflictos, ser más empáticos, tomar decisiones de forma premeditada, hacer críticas constructivas o saber respetar la opinión de los demás.

El papel de la Filosofía para enseñar a pensar

Enseñar a pensar debe asumirse como una competencia transversal del currículo. Existen metodologías –como el aprendizaje basado en pensamiento (think based learning)– que apuesta por un papel más activo de los alumnos para que asuman la importancia de saber pensar, razonar y tomar decisiones de forma reflexiva.

Además, la asignatura de Filosofía (materia que se imparte en ESO y Bachillerato) puede incluir en su temario este cometido. Así, junto al contenido sobre las diferentes corrientes de pensamiento es importante dedicar tiempo para formar sobre pensamiento lógico y reflexión crítica, propiciar la cultura del pensamiento. En definitiva, se trata de que el pensamiento tenga su propia teoría y, sobre todo, práctica, al igual que ocurre con otras materias.

Actividades para enseñar a pensar

Enseñar a pensar requiere de sus propias estrategias, herramientas y actividades, además de tiempo y entrenamiento. También es importante adaptar el contenido al nivel de cada clase.

Entre las actividades que se pueden realizar en la clase de Filosofía de ESO o Bachillerato figuran:

Llaves del pensamiento: Propuesta de Tony Rain para desarrollar el pensamiento crítico y creativo a través de 20 llaves simbólicas clasificadas por colores. Los alumnos deben ir realizando diferentes pruebas/retos como crear inventos con material cotidiano, pensar alternativas a acciones diarias (por ejemplo, peinarse sin cepillo) o elegir dos objetos sin relación lógica entre ellos y buscársela (por ejemplo una libreta y una maceta).

DebatesMétodo clásico muy eficaz en el que se plantea un tema y los alumnos deben opinar sobre él. Es importante que sea de interés de los estudiantes y conozcan sus pormenores. Para fomentar el debate real se pueden asignar previamente roles a favor y en contra e irlos intercambiando. 6 estrategias para fomentar los debates en clases con pensamiento crítico + rúbrica de evaluación

Rutinas del pensamientoCreadas por David Perkins establecen un protocolo sencillo para aprender a pensar. Para ello, se ponen en práctica las rutinas de pensamiento más habituales –observar, explorar, sintetizar, organizar, razonar, profundizar, interpretar– con el objetivo de entrenarlas. Puede hacerse a través de círculos de discusión, presentaciones de objetos desconocidos sobre los que deben investigar o resumiendo un tema tratado entre todos a través de imágenes. Rutinas de pensamiento: la activación del pensar en los alumnos

Análisis de la actualidad: Analizar una noticia utilizando diferentes fuentes para ver cómo cambia la perspectiva de unos medios a otros. También sirve para reflexionar sobre cómo creamos nuestra realidad y opinión, lo sesgada que nos puede llegar la información y la importancia de ser críticos.

Role playing: Una dinámica con un componente lúdico en el que se presenta un conflicto que deben resolver entre toda la clase como si fuese un juego y en el que cada uno asume un rol o personaje.




Las 6 actividades para enseñar a pensar a los niños

¿Recuerdas cómo aprendiste a razonar? Seguramente no. Se aprende a una temprana edad, y apenas tenemos recuerdos de esa etapa (fascinante, por otro lado), de nuestra vida.

Puedes enseñar a pensar a tu hijo desde que es bebé. Poco a poco, irá desarrollando una mayor capacidad de razonamiento y pensamiento crítico. Utiliza estas técnicas o actividades para enseñar a pensar a tu hijo:

Lectura con preguntas. Cada vez que leas un cuento a tu hijo, plantéale una serie de preguntas. De esta forma comprobarás si tu hijo prestó atención, estuvo concentrado y si entendió el mensaje de la historia. Es una fantástica manera de mejorar la concentración y la comprensión lectora, y con ello le ayudas a demás a pensar sobre aquello que acabáis de leer.

Resolución de problemas. Una de las partes de las matemáticas que más trabajo les cuesta a los niños es la resolución de problemas. ¿Por qué? Porque les obliga a realizar dos cosas: prestar mucha atención en lo que están leyendo y entenderlo. Los problemas exigen pensar y razonar, al que que queremos mejorar y desarrollar en nuestro hijo. Por eso, los problemas de matemáticas son excelentes para ayudarles a pensar. Si tu hijo es muy pequeño, busca problemas adaptados a su edad.

Juegos de pistas. El típico juego de la búsqueda del tesoro, ayuda a los niños a pensar y a intentar averiguar una incógnita. Es fantástico para desarrollar el pensamiento y la lógica en los niños. Juega con ellos y crea tu propia ‘búsqueda del tesoro’ en casa creando pistas que les inviten a razonar.




Las adivinanzas. No hay nada como una buena adivinanza para invitar a un niño a pensar y pensar de forma divertida. Hay muchas adivinanzas diferentes que puedes utilizar dependiendo de la edad de tu hijo. Un juego que es muy bueno a cualquier edad. ¡Tú puedes jugar también!

Jeroglíficos. Al igual que las adivinanzas. los clásicos jeroglíficos son ideales para desarrollar el pensamiento y la lógica en los niños. Se basa en una serie de dibujos y símbolos que te llevan, como si se tratara de una serie de pistas, hacia una solución.

Fábulas con moraleja. Las fábulas, además de ser buenas transmisoras de valores, ofrece a los niños un mensaje ‘oculto’. Para ellos puede ser como un juego: deberán averiguar qué quiere decir la fábula que le acabas de leer.

Por qué es importante enseñar a pensar a los niños

Si quieres que tu hijo gane en autonomía, independencia y que además construya un pensamiento crítico propio, deberá desarrollar el pensamiento y razonamiento. Si aprende a pensar, estarás dándole alas para que pueda sentirse más libre. Estos son los grandes beneficios de enseñar a pensar a los niños:




El pensamiento les hace libres. Quien es capaz de pensar por sí mismo, de encontrar respuestas y argumentos para defender una idea, es más libre que aquel que no es capaz de pensar por sí mismo y busca constantemente pensamientos en otras personas. ¿No crees?

Tendrán más capacidad para argumentar. Esto les ayudará a exponer ideas y a manejarse en la oratoria.

Ganarán en autoestima. Alguien capaz de pensar por sí mismo, siente más seguridad y a la vez, mejora su autoestima.

Mayores habilidades sociales. Aquel que es capaz de pensar por sí mismo, se siente con una mayor capacidad de relacionarse con los demás. Y por supuesto, a los demás también les parecerá una persona más atractiva.

Ayuda a desarrollar el lenguaje. A mayor libertad de pensamiento, más habilidad para manejar el lenguaje. Esto enriquecerá el vocabulario y su capacidad para expresarse.

Fortalece su personalidad. La mejora de autoestima será un pilar básico para fortalecer su personalidad.

Les ayuda a tomar decisiones. Aprender a pensar por sí mismo, le dará a tu hijo una fantástica herramienta para poder decidir sin pedir ayuda constantemente.

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Este contenido ha sido publicado originalmente por unir.net y guiainfantil.com



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