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Cómo motivar el interés en niños y adolescentes desanimados o desinteresados

No todos los niños tienen los mismos intereses y aspiraciones. En ocasiones, sobre todo cuando llegan la adolescencia, algunos confiesan que no tienen ningún interés. Si pudieran se pasarían el día tirados en el sofá escuchando música o mirando alguna pantalla como el móvil o la tablet.
Ante esta incomprensible situación los padres nos desesperamos. Nos resulta increíble que nuestro hijo de 13 o 14 años no tenga ningún interés. Además, suele también coincidir con que nuestro hijo no tiene ninguna vocación clara.

No quiere ser informático, futbolista, médico, bombero, taxista o panadero. Nada le motiva para estudiar o aprender nuevos conocimientos. Nos damos cuenta de que no se movería del sofá en todo el día si no se lo decimos. Una situación frustrante que tenemos que cambiar cuanto antes.

Adolescentes sin intereses

La falta de motivación puede ser la clave de esta ausencia de algún tipo de vocación o aspiración en nuestros adolescentes. Falta de motivación que hay que prevenir porque si se prolonga en el tiempo se puede convertir en fracaso escolar y que puede convertir a nuestros hijos en uno de los famosos “Ninis”, ni estudian ni trabajan.

El proyecto de investigación Estudiar en la escuela secundaria: construcciones de sentidos y estrategias realizado en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) intentó explicar la razón por la que algunos chicos no estudian. El estudio concluyó que la motivación no es una característica esencial de los sujetos sino una construcción que se desarrolla a lo largo del tiempo. Por este motivo hay que poner el foco no en el estudiante, sino en el conjunto de condiciones escolares de las que éste forma parte y que hacen posible la disposición a estudiar.

Más que motivar a los alumnos según el estudio hay que crearles condiciones en su entorno para que sean capaces de aprender y para que se sientan capaces de emprender cualquier tarea. Esto supone tiempo y debe ir construyéndose desde pequeños en el centro escolar pero también en la familia.

Crear la ilusión

La motivación depende muchas veces de la ilusión por algo. Puede ser un videojuego, los libros de Harry Potter o El Señor de los Anillos, el fútbol, la música o la cocina. Seguro que hemos observado que nuestros hijos tienen algún entretenimiento que les apasiona. Además, nos sorprende que no les cuesta nada aprenderse todos los personajes de los libros de Harry Potter.

El conocimiento necesita pasión y esa es la mejor fórmula para que nuestro hijo comience a moverse y a motivarse. A nuestro hijo fan de Harry Potter no le importará leerse otro libro de la saga o esperar una cola de 2 horas para ver una nueva película. Incluso apuntará todos los nombres de los personajes en una pequeña libreta.

No debemos minusvalorar los intereses de nuestros hijos. No digamos que no les interesa nada sino aprovechemos esas pequeñas pasiones para que desarrollar sus habilidades. En los videojuegos, los libros o las películas pueden ejercitar su memoria, aprender vocabulario en otro idioma como el inglés o incluso socializar con otros niños que tengan sus mismas aficiones.

Ideas para motivar a nuestros hijos

Los padres no debemos nunca tirar la toalla y menos poner la etiqueta a nuestro hijo de que es un vago o no le interesa nada. Todo lo contrario, debemos ayudarle a buscar su vocación escondida en la etapa de la adolescencia y fomentar sus pasiones. ¿No nos pasábamos nosotros las horas perdidas con las chapas o los cromos? Ahora los adolescentes y los niños tienen otros gustos y no por ello debemos intentar que los abandonen. Os vamos a dar algunos consejos para que logremos que nuestros hijos se levanten del sillón y se apasionen por su futuro.

1. Observar a nuestros hijos

Los padres muchas veces no sabemos qué hace nuestro hijo esas dos horas mirando el móvil o la pantalla del ordenador. Una buena idea es observar lo que hacen y preguntarle de forma amable qué hace. Podemos incluso pedirle que nos explique cómo funciona el videojuego o qué es lo que pasa en los libros de Harry Potter. Ese conocimiento quizás nos sirva de punto de inflexión para una nueva actitud.

2. Vivir experiencias

Otra buena idea es animar a nuestros hijos a que vivan experiencias más allá del centro escolar y las pantallas. Por ejemplo, ir con ellos de viaje, visitar museos o acudir al cine. Podemos aprovechar su interés por temas que hayan visto en clase o alguna de sus pasiones para empezar esa motivación.

3. Responder a sus preguntas

Si nuestro hijo empieza a tener interés por algunos temas también comenzará a hacer preguntas. Tenemos que tomarnos el tiempo suficiente para responderlas. Si no conocemos la respuesta la podemos buscar con él en Internet o preguntarle a alguna persona.

Unos padres curiosos y apasionados son el mejor ejemplo para motivar a sus hijos. La curiosidad y potenciar sus intereses puede convertirse en la llave para su motivación y la forma de evitar el fracaso escolar en el futuro. Cuanto antes empecemos a conectar con los intereses de nuestros hijos, más pronto lograremos que cambien el chip y emprendan un camino diferente.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Sapos y princesas en la siguiente dirección: saposyprincesas.elmundo.es



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