Maestros al servicio de la educación

7 formas peligrosas en que los niños llegan a la escuela

Caminar de puntillas por peligrosos senderos de acantilados, subir escaleras de bambú desvencijadas, recorrer caminos congelados del Himalaya o incluso deslizarse sobre un cañón en tirolesa. Estas son algunas de las formas no convencionales y peligrosas en que algunos niños del mundo llegan a la escuela todos los días.

Reconociendo la importancia de la educación, las familias hacen todo lo posible para asegurarse de que sus hijos puedan llegar a clase.

La historia de un vendedor de verduras indio que pasó dos años marcando un camino para ayudar a sus hijos a llegar a la escuela inspiró a personas de todo el mundo a reflexionar sobre la importancia de la educación.

El viaje de ida y vuelta de seis horas de sus hijos fue solo un ejemplo del tiempo que les toma poder acceder al sistema educativo tanto a niños como familias.

El clima helado y los terrenos desafiantes presentan barreras físicas que las familias pueden vencer con determinación, coraje y métodos confiables de transporte, pero los obstáculos más complejos, como la pobreza, la discriminación y la trata de personas, a menudo representan un mayor desafío para los niños. Estos problemas obligan a los niños a ganar dinero, quedarse en casa o incluso criar a sus propias familias en lugar de asistir a la escuela.

En todo el mundo, alrededor de 263 millones de niños no van a la escuela, de acuerdo a un informe de la UNESCO. Ese total incluye 61 millones de niños entre las edades de 6 y 11 años, 60 millones de niños entre las edades de 12 y 14, y 142 millones de niños entre las edades de 15 y 17.

Sin una educación adecuada, los niños luchan por leer, usar recursos en línea, asegurarse empleos que paguen un salario digno y poder acceder a las mismas oportunidades disponibles para sus pares más ricos y mejor educados.

Estas siete formas heroicas en que los niños llegan a la escuela demuestran el poder de la educación.

1. Tirolesa sobre un cañón

Para las familias que viven en la cima de una montaña aislada sobre el Río Negro en la selva colombiana, los cables de acero son la ruta más eficiente para llegar a otras comunidades. El fenómeno de la tirolesa se remonta siglos atrás. Los nativos solían confiar en las cuerdas de cáñamo para viajar a través del cañón.

Mientras se elevan por el aire en su camino a la escuela, los estudiantes pueden alcanzar velocidades de hasta 40 mph.

2. Escalar acantilados peligrosos

No hay autobuses para niños en las escuelas en las montañas de la provincia china de Sichuan. Ni siquiera hay caminos. En cambio, los estudiantes debían trepar por una serie de destartaladas escaleras de madera apoyadas contra acantilados. Sin embargo, después de que las fotos de estos niños que realizaban un peligroso viaje se volvieran virales el año pasado, el gobierno chino financió la construcción de escaleras de acero en la ladera de la montaña.

3. Caminar por la cuerda floja

Para la mayoría de los niños, un acto de equilibrio significa administrar el trabajo escolar, completar las tareas del hogar y mantener una vida social. Pero en una comunidad remota en Indonesia, estos niños literalmente tuvieron que realizar  un acto de equilibrio cada vez que iban y venían de la escuela. Los niños caminaron en la cuerda floja para cruzar un río que los separaba de sus clases después de que una inundación arrasó el puente de su aldea.

4. Del nado al viaje en ferry

En algunas partes de Filipinas, el conductor del autobús escolar necesita una licencia de navegación.

Ocurre que durante años, los niños en algunas partes del país tuvieron que nadar para llegar a la escuela hasta que una ONG introdujo grandes canoas amarillas para llevarlos a clases. Este nuevo recorrido ahorra mucha energía a los estudiantes y evita que sus tareas se mojen.

5. Montar en un bote

Para otros niños también en Filipinas, un bote no solo sirve como una forma de llegar a la escuela, sino que el bote es la escuela.

Este sistema ayuda a que muchos niños indígenas que viven dispersos entre las muchas islas que conforman las Filipinas accedan a clases.

6. Moto de nieve

Para ir a la escuela en la isla Mackinac en el lago Hurón, justo al sur de la península superior de Michigan, los niños montan motos de nieve y remolcan a sus hermanos menores en trineos de plástico a través de un frío abrasador.

«Una vez que obtengan sus motos de nieve, nada les impedirá llegar a la escuela», dijo el superintendente de la escuela a Michigan Live.

7. Viajar a lo largo de una «Carretera congelada»

Si los niños de la cordillera del Himalaya en el norte de la India tuvieran acceso a vehículos todoterreno, sus caminatas serían un poco más faciles.

En cambio, estos niños se embarcan en una caminata de una semana a lo largo de la montañosa Chada a internados distantes después de que las vacaciones de invierno finalizan cada año. El terreno y el clima rápidamente cambiante los obligan a atravesar capas de hielo, rocas gigantescas y ventiscas.

Conocida como la «autopista congelada», la impresionante belleza de la ruta, las condiciones desafiantes y la imprevisibilidad atraen a hordas de audaces aventureros internacionales. Pero estos niños que viajan por la montaña no quieren poner a prueba su agallas y resistencia; solo quieren volver a la escuela.

Global Citizen realiza campañas para garantizar el acceso a la educación de los niños de todo el mundo. Puedes tomar acción aquí.

Este contenido ha sido publicado originalmente por GLOBAL CITIZEN en la siguiente dirección: globalcitizen.org



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