La desaparición de Luz Victoria Lindo Samaniego, una docente de educación inicial de 54 años, mantiene en alerta a la comunidad educativa y a las autoridades locales del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). La maestra fue vista por última vez el 11 de octubre, cuando emprendió un viaje a pie desde el centro poblado de Balcón, en el distrito de Santo Domingo de Acobamba (Junín), rumbo a su vivienda en Matichacra, a través de una trocha de más de diez horas de caminata.
Una desaparición en una de las zonas más agrestes del país
Según su hijo, Héctor Fernández Lindo, la docente se comunicó por última vez a las 14:00 horas, cuando informó haber cruzado el puente Huacachi, sobre el río San Fernando. Desde ese momento, su teléfono quedó sin señal y no se ha vuelto a saber de ella. El trayecto que recorría carece de cobertura móvil y está rodeado de abismos, lo que dificulta cualquier intento de búsqueda terrestre.
Desde los primeros días, familiares, comuneros y colegas docentes organizaron brigadas de rescate que recorrieron la zona a pie, con apoyo de la UGEL Huancayo y la Municipalidad de Santo Domingo de Acobamba. Sin embargo, la falta de caminos transitables, el terreno empinado y la densa vegetación han obstaculizado la labor de los rescatistas.
Apoyo insuficiente y reclamos al Estado
A dos semanas de su desaparición, la familia de Luz Lindo denuncia que el apoyo recibido ha sido insuficiente. Pese a la incorporación de efectivos del Ejército del Perú, la Policía Nacional, perros rescatistas y drones, los resultados han sido escasos. Los hijos de la docente y los vecinos de las comunidades de Balcón, Matichacra y Rosas Pampa han solicitado públicamente una mayor intervención aérea, con el uso de helicópteros que permitan explorar zonas inaccesibles.
Los familiares también han expresado su malestar por la falta de contacto directo con los ministerios competentes, como Educación, Interior y Mujer, y reclaman una acción coordinada desde el Gobierno central. Hasta el momento, la búsqueda ha sido reforzada por el Gobierno Regional de Junín y la Municipalidad Provincial de Huancayo, que han desplegado operativos aéreos y entregado ayuda humanitaria, aunque las condiciones del terreno siguen siendo un desafío constante.
“Enseñar aquí significa arriesgar la vida”
El caso de Luz Lindo ha puesto en evidencia las duras condiciones en que laboran cientos de maestros en el Vraem. Ronald John Blas Ángeles, director de la IE Yunca Chaquicocha, señaló que llegar a las escuelas de la zona requiere seis o siete horas en camioneta y largas caminatas por trochas resbalosas. “Enseñar aquí significa arriesgar la vida cada semana”, afirmó, denunciando la falta de mantenimiento de caminos y el escaso respaldo institucional.
La desaparición de la maestra no solo ha generado preocupación entre sus colegas y alumnos, sino que también ha abierto el debate sobre la vulnerabilidad de los docentes rurales en regiones aisladas del país. Cada año, cientos de maestros recorren rutas de alto riesgo para garantizar el derecho a la educación de niños que viven en comunidades remotas, sin que existan medidas efectivas de seguridad o transporte.
Una familia que no pierde la esperanza
Mientras continúan las labores de búsqueda, los hijos de Luz Lindo piden no detener los esfuerzos y reiteran su llamado al Gobierno para intensificar el uso de helicópteros y tecnología aérea. “Queremos encontrarla. No vamos a descansar hasta traerla de vuelta”, expresó su hijo Héctor, visiblemente afectado.
La comunidad educativa del Vraem y de todo el país se ha unido en solidaridad con la familia, exigiendo una respuesta rápida y efectiva del Estado. Cada día que pasa aumenta la preocupación, pero también la determinación de no dejar que la desaparición de la profesora Luz Lindo se sume a la larga lista de tragedias silenciadas en las zonas más olvidadas del Perú.
Redacción | Web del Maestro CMF
