Se creía que la crianza de los hijos e hijas no era cuestión de hombres, con los años esto ha cambiado para bien. Ser padre es mucho más que solo procrear. Durante muchos siglos y hasta hace pocos años, el papá no se involucraba en tareas domésticas, pues ello no solamente era un ámbito exclusivo de las mujeres (de la mamá, abuela, suegra, niñera, trabajadora del hogar) sino que también existían falsas creencias sobre que si un hombre hacía labores de casa era “un pisado”, “afeminado”, “débil”, etc.
A su vez, las mismas mujeres no permitían que el varón “les ayude” e incluso cuando ellos lo hacían, los juzgaban señalando que no sabían hacerlo bien: ni barrer, ni planchar, ni tender la cama.
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Así, se creía que la crianza de los hijos e hijas no era cuestión de hombres. Es decir, el padre no debía ni podía cambiar pañales, preparar el biberón, hacer dormir al niño, bañarlo, darle de comer, ayudarlo con las tareas, coserle la ropa, etc. Las únicas personas que tenían todo el derecho de hacerlo eran las mamás (y obviamente, las abuelas, niñeras, vecinas, amigas). ¿Instinto materno natural? Falso, porque todo era aprendido desde niñas y además tenían la “obligación” de aprender a ser mujer (para ese concepto, ser mujer era solamente ser esposa y ser mamá).
Lo cierto es que un verdadero hombre, hoy en día es aquel que se atreve a romper con todo lo que he mencionado líneas arriba, y se atreve a ser un papá afectivo, un papá comprometido, un papá que se involucra. “El vínculo afectivo entre padre e hijo es crucial para el desarrollo emocional y social del niño. Los padres pueden fortalecer este apego a través de la conexión emocional, la atención y la dedicación. Participar en actividades conjuntas, como jugar, conversar, leer o simplemente pasar tiempo de calidad juntos. Estos momentos fortalecen la confianza mutua y el respeto, creando vínculos duraderos que perduran a lo largo de los años. El apego seguro entre padre e hijo promueve el desarrollo de habilidades sociales, la regulación emocional y la autoestima.” (Blog de Psicología 21/06/23).
Manual que podría ser de utilidad para el diálogo y análisis: Guía de paternidad activa para padres
Desee hace un tiempo se ha venido divulgando que “un papá modelo”, “un papá diferente” a aquellos que han estado presentes en la sala de parto, cambian pañales, cargan a sus hijos en porta bebés, etc; pero eso debería ser lo más natural, normal y esperado. Hoy “ser padre es una experiencia enriquecedora y desafiante. Requiere sacrificio, compromiso y dedicación, pero también brinda alegría y un amor profundo que no se pueden comparar con nada más. Ser padre es una responsabilidad sagrada y un privilegio extraordinario que marca la vida de los hijos y deja un legado duradero. “ (IBIDEM)
El especialista Eduardo Cárcamo, pone de mnifiesto que está tan unido a los quehaceres domésticos la madre, que difícilmente veremos revistas por El Día del Padre, “ con ofertas de lavadoras, cocinas, etc. “Raro que no salgan papás lavando el water, cambiando un pañal. Raro que sean papás que a sus hijas las crían como princesitas y a sus hijos los crían osados”.
La Plataforma de Paternidades Perú se ha preocupado viene compartiendo publicaciones para que los hombres comiencen a reflexionar sobre apostar por una paternidad más afectiva, activa y corresponsable. Nos enseña de todo aquello que como padres o futuros padres nos estamos perdiendo de verdad.
Claves para ser un papá activo, afectivo y corresponsable:
- Desde el embarazo si vivimos junto a la pareja cada semana, cada mes, cada instante comenzaremos a crear un vínculo especial con nuestro hijo o hija a través de la “pancita” de la mamá. Por eso, ir al control ginecológico con ella es fundamental, así aprendemos; además, acariciando el vientre y cantándole canciones que nos guste hace que nuestro hijo reconozca desde allí nuestra voz, nuestro amor.
- Estar presente en la sala de parto, dándole la mano a la madre y que ella sepa que allí estamos para ella y para el hijo. Ese momento del escuchar el primer llanto es único en la vida.
- Participando en la crianza y cuidado de nuestros hijos e hijas. Cambiando pañales, dándole la leche, cargándolo para que bote el “chanchito”, haciéndolo dormir de madrugada, bañándolo, lavando su ropa, yendo al médico a sus controles y preguntar mis dudas, etc.
- Conocer, involucrándome en cada etapa de la vida de mi hijo. Verlos crecer, gatear, caminar, correr, hablar, llorar, caer, etc. son los momentos donde comprendes qué es ser padre.
- Siendo amoroso y dándole afectos a mis hijos. Decirles cuánto los amas a cada instante y también al oído mientras duermen (el inconsciente hará lo suyo).
- Compartiendo tiempo juntos mediante el canto, juegos, contando cuentos e historias, ayudándolo en tareas del colegio. Ellos siempre te esperarán en sus actuaciones escolares y quieren que conozcas su mundo.
- Hablando con mi hijo todos los días, contándole lo bien o mal que me fue en el trabajo y preguntándole cómo el fue. Así, siempre sabrá que puede contante de todo y en cualquier momento.
- Nunca le hables mal de su mamá.
- Que el trato del padre sea natural, tanto para aconsejar, corregir o compa sus juegos.
Ojalá que esta publicación se útil: Carlos González: La clave para la educación de los hijos es dedicarles tiempo
¿Podremos conversar este tema con nuestros padres de familia? ¿Cómo cree que tomarán las familias el hablar de estas actitudes del papá? ¿Podría tener percusión en la conducta y rendimiento escolar? ¿Las familias tendrían más herramientas para enfrentar las dificultades del proceso enseñanza – aprendizaje? t¿En qué más podrá repercutir estas actuaciones de los padres en el desarrollo de us hijos? ¿Habría alguna repercusión el el desarrollo emocional de padres y de hijos? ¿Tendríamos estudiantes y padres mentalmente más sanos y con mayor predisposición a desarrollará muchas habilidades sociales? … (Les recomendamos ampliar este contenido en el enlace final).
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