Neuroeducación en el aula: de la teoría a la práctica

La neuroeducación en el aula representa un emocionante puente que conecta la teoría con la práctica en el ámbito educativo. Este enfoque innovador, que se basa en la comprensión de cómo funciona el cerebro en el proceso de aprendizaje, ha revolucionado la forma en que enseñamos y aprendemos. En este viaje, exploraremos cómo los avances en la neurociencia están transformando la educación, brindando a educadores y estudiantes herramientas poderosas para potenciar el proceso de adquisición de conocimientos y habilidades.

Desde estrategias pedagógicas centradas en el cerebro hasta prácticas concretas en el aula, descubriremos cómo llevar la neuroeducación de la teoría a la práctica, mejorando así la experiencia educativa para todos los involucrados.

Vivimos en una época de grandes avances, en la que los cambios tecnológicos existentes, y en referencia a las tecnologías de visualización cerebral, tenemos la posibilidad de obtener un mayor conocimiento sobre cómo aprende nuestro cerebro.

Según Salas (2003), la Neurociencia hace referencia a un “conjunto de ciencias cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso, con particular interés en cómo la actividad del cerebro se relaciona con la conducta y el aprendizaje” (p. 156).

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Entendemos que el estudio del cerebro humano es un proceso realmente complejo, pero nos encontramos en un momento de crecimiento en el que gracias a los nuevos conocimientos aportados por la Neurociencia, disponemos de suficiente información empírica, que nos permite abarcar y poner en práctica distintos programas y metodologías educativas innovadoras y afines, a las competencias y necesidades personales y de aprendizaje que presentan nuestros alumnos.

Compartimos con fines educativos – pastorales la publicación del portal educativo Inclusión y calidad educativa, que publicó un material completo sobre la Teoria y Práctica de la Neuroeducación.

Neuroeducación en el aula: de la teoría a la práctica

En esta presentación se pretende dar a conocer los principios básicos de la Neuroeducación haciendo especial hincapié en los apartados dedicados a la educación socioemocional y la creatividad. Además, ejercicios y sitios con material didáctico para aplicar la teoría a la práctica en el aula.

I. ¿Qué es la Neuroeducación?
1. Plasticidad cerebral.
    • ¿Por qué hay que enseñar cómo funciona el cerebro?
    • Cómo promover una mentalidad de crecimiento.
    • Efecto Pigmalión en el aula.
2. Emociones
    • Demostración de que la emoción y la cognición forman un binomio indisoluble.
    • Clima emocional positivo en el aula.
    • ¿Qué esperan los alumnos de un buen profesor?
    • La motivación escolar: siete etapas clave.
    • Actividades de un programa de educación socioemocional basado en 5 competencias emocionales básicas: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia social y habilidades de vida y bienestar.
    • Actividades para trabajar el optimismo, el autocontrol y la resiliencia.
    • Relajación y meditación en el aula.
3. Atención.
    • Relación entre emoción, atención y memoria.
    • Redes atencionales y cómo se manifiestan en el aula.
    • Estrategias para mejorar la atención ejecutiva en cada una de las fases de la clase.
4. Memoria
    • Diferentes tipos de memoria.
    • Análisis de la memoria de trabajo en la resolución de problemas.
    • Estrategias para mejorar el aprendizaje: práctica del recuerdo, espaciada e intercalación.
    • Las claves del aprendizaje.
5. Cuerpo y mente
    • Cómo el ejercicio físico mejora el aprendizaje: implicaciones pedagógicas.
    • Importancia del sueño en el aprendizaje. Análisis del caso específico de la adolescencia y sus implicaciones en el aula.
    • Hábitos nutricionales para una buena salud cerebral.
6. El juego y las nuevas tecnologías
    • Necesidad de integrar el componente lúdico en el aprendizaje.
    • Juegos de aprendizaje.
    • Aplicaciones TIC en el aula.
    • Aulas invertidas.
7. Creatividad y artes
    • Ejemplos prácticos: proyectos, actividades e integración de las artes.
    • Cómo fomentar y enseñar la creatividad en el aula.
    • Ejemplos sobre realismo en el aula.
    • Mitos asociados a la creatividad.
    • Cómo generar el ‘insight’.
8. Cerebro social
    • Justificación de por qué hay que cooperar en el aula.
    • Cómo iniciar el trabajo cooperativo en la práctica.
    • Ejemplos de estructuras simples durante la unidad didáctica.
    • Proyectos: el aprendizaje-servicio.
II. Competencias emocionales

La competencia emocional es el conjunto de capacidades necesarias para comprender y gestionar de forma adecuada los fenómenos emocionales. La educación emocional es un proceso educativo continuo que pretende desarrollar estas competencias para aumentar el bienestar personal y social del alumno y capacitarlo así para la vida.

Según el enfoque de Bisquerra (2012) podemos estructuras las competencias emocionales, con sus correspondientes subcompetencias, de la siguiente forma:

1. Conciencia emocional:

Capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás.

    • Toma de conciencia de las propias emociones.
    • Dar nombre a las propias emociones.
    • Comprensión de las emociones de los demás.
    • Tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y comportamiento.
2. Regulación emocional:

Capacidad para gestionar las emociones de forma adecuada.

    • Expresión emocional apropiada.
    • Capacidad para la regulación emocional.
    • Habilidades de afrontamiento.
    • Competencia para autogenerar emociones positivas.
3. Autonomía emocional:

Características relacionadas con la autogestión personal.

    • Automotivación.
    • Autoeficacia emocional.
    • Actitud positiva.
    • Análisis crítico de normas sociales.
4. Competencia social:

Capacidad para mantener buenas relaciones con otras personas.

    • Dominar las habilidades sociales básicas.
    • Respeto por los demás.
    • Practicar la comunicación receptiva.
    • Practicar la comunicación expresiva.
    • Compartir emociones.
    • Comportamiento prosocial y cooperación.
    • Prevención y solución de conflictos.
    • Capacidad para gestionar situaciones emocionales.
Habilidades de vida y bienestar:

Capacidad para adoptar comportamientos adecuados en todos los ámbitos de la vida para mejorar el bienestar personal y social.

    • Fijar objetivos adaptativos.
    • Toma de decisiones.
    • Buscar ayuda y recursos.
    • Ciudadanía activa, participativa, crítica, responsable y comprometida.
    • Bienestar emocional.

Neuroeducación en el aula

III. Ejemplos de actividades
1. COMETA DE AMISTAD (Primaria)

Reflexionar sobre lo que valoramos más en nuestros amigos puede mejorar nuestra actitud ante ellos.

    • Objetivos: Identificar las características que apreciamos más en nuestros amigos, valorar la amistad y tener interés por mejorarla.
    • Procedimiento Trabajo individual: Cada alumno construye una cometa con cartulina y una cinta blanca de aproximadamente un metro. En esta cinta los niños escriben las cualidades que creen que tienen sus buenos amigos.
    • Puesta en común: Una vez que todos los niños tienen ya preparada su cometa, se hace una puesta en común. Se nombran dos secretarios. El primero irá apuntando en la pizarra todas las cualidades o situaciones que hayan escrito sus compañeros en sus cometas, mientras que el segundo anotará en la cometa de la clase (con cartulina más grande y cinta más larga) todas las cualidades que sean diferentes. Cuando se ha terminado la cometa colectiva se inicia un debate en el que los niños explican anécdotas relacionadas con la amistad explicando cómo se sintieron en esos momentos.
    • Recursos: Cartulinas, reglas, cinta blanca, rotuladores, lápiz, pizarra.
    • Temporización: Unos 50 minutos.

Observaciones: Esta actividad se puede aprovechar para fomentar las buenas relaciones entre los compañeros y detectar algún conflicto en el caso de existir.

2. CONTRÓLATE (Secundaria)

Las emociones negativas que muchas veces nos aparecen afectan a nuestra forma de pensar y de comportarnos. Mediante esta actividad queremos mejorar la gestión de estas emociones negativas.

    • Objetivos: Identificar estrategias que nos permitan controlar nuestros actos en situaciones en las que se manifiestan las emociones negativas (estrés, enfado, miedo, etc.).
    • Procedimiento Trabajo individual: Se confeccionan unas tarjetas en las que aparezca la definición de las emociones negativas que se quieran trabajar, por ejemplo, miedo, estrés, ansiedad, ira, rabia o enfado. Para ello se consulta el diccionario.
      Luego se responden unas preguntas que permiten orientar la actividad: ¿Cuándo y dónde has experimentado estas emociones? ¿Cómo respondiste ante cada una de ellas? ¿Qué puedes aprender de estas situaciones?
      A continuación el alumno enumera algunas de las estrategias que cree que son útiles para regular estas emociones.
    • Trabajo en grupo: Se divide la clase en grupos de 4 o 5 alumnos. Se nombra un secretario y un moderador en cada grupo. El secretario apunta todas las ideas que van surgiendo que luego expondrá al resto de la clase, mientras que el moderador organiza las discusiones en el grupo (cada alumno aporta las ideas escritas en su documento individual anterior), haciendo respetar los turnos en las intervenciones y agilizando el debate. Entre todos los componentes del grupo se escribe un documento sobre lo analizado.
    • Trabajo con toda la clase: Se abre un debate en el que intervienen todos los grupos sobre lo difícil que resulta a veces controlarse en situaciones de conflicto y las estrategias adecuadas que se pueden utilizar.
    • Recursos: Cartulina, diccionario, papel y lápiz.
    • Temporización: 60 minutos aproximadamente.

Observaciones: Es conveniente que se realice primero el trabajo individual para luego analizarlo con el grupo. Al final de la sesión se pregunta a los alumnos qué opinan sobre la actividad realizada y si creen que puede ser útil para ponerla en práctica.

3. EL DILEMA DEL PRISIONERO (Bachillerato)

Tomar una decisión es algo complicado cuando solo existen dos opciones para elegir, cuando hay que ponderar los intereses personales y los de los demás o cuando intervienen valores éticos.

    • Objetivos: Demostrar que a la hora de buscar soluciones a conflictos sociales, la cooperación puede beneficiar tanto al interés colectivo como al propio.
    • Procedimiento: Se propone a toda la clase la lectura y análisis individual del texto seleccionado sobre el dilema del prisionero durante unos 20 minutos aproximadamente. A continuación se forman grupos de 4 alumnos y se realiza un análisis colectivo que no exceda los 30 minutos. Se nombra un secretario en cada grupo que se encargará de anotar las conclusiones alcanzadas. En otra sesión se analizan las soluciones y se debaten algunos de los comentarios de las observaciones.
    • Recursos Texto: Dilema del prisionero

“Usted y otro prisionero languidecen en celdas separadas del cuartel de policía de Ruritania. La policía intenta que ambos confiesen haber conspirado contra el Estado. Un interrogador entra en su celda, le sirve un vaso de tinto ruritano, le ofrece un cigarrillo y, con tono fingidamente amistoso, le ofrece un trato.

¡Confiesa tu crimen! -dice-. Y si tú amigo de la otra celda…

Usted protesta diciendo que jamás ha visto al prisionero de la otra celda, pero el interrogador descarta someramente su objeción y prosigue:

Pues mucho mejor si no es amigo tuyo, ya que, si tú confiesas y él no, utilizaremos tu confesión para tenerlo diez años en la sombra. Tu recompensa consistirá en quedar libre. Pero, si eres tan estúpido como para negarte a confesar, y el de la otra celda confiesa, serás tú el que pase diez años en la cárcel, y él será liberado.

Usted reflexiona un rato y se da cuenta de que carece de suficiente información para decidir, de modo que pregunta:

¿Qué sucede si confesamos los dos?

Entonces, como no necesitamos tu confesión, no quedarás libre. Pero considerando el asunto a la luz de que ambos intentabais colaborar, os caerán sólo ocho años a cada uno.

¿Y si ninguno de los dos confiesa?

El interrogador frunce el ceño y usted teme que esté a punto de golpearle. Sin embargo, se controla y masculla que, puesto que carecerán de pruebas para condenarles, no podrán retenerles por mucho tiempo. Pero añade:

-Nosotros no nos rendimos fácilmente. Todavía podemos teneros aquí otros seis meses, interrogándoos, antes de que esos capullos de Amnistía Internacional puedan presionar lo suficiente a nuestro gobierno para haceros salir de aquí.

Así que piénsatelo: confiese o no tu cómplice, tú saldrás mejor parado confesando que no haciéndolo. Y ahora mismo mi colega le está diciendo lo mismo al otro tipo.

Usted piensa en las palabras del interrogador y se da cuenta de que tiene razón. Haga lo que haga el desconocido de la otra celda, usted saldrá mejor parado si confiesa. Pues si él confiesa, sus opciones son de confesar también y recibir ocho años de cárcel, o no confesar y pasar diez años en chirona. Por otra parte, si el otro prisionero no confiesa, sus opciones son confesar y quedar libre, o no confesar y pasar otros seis meses en la celda. Así pues, al parecer debería usted confesar. Pero entonces otro pensamiento cruza su mente. El otro prisionero está exactamente en la misma situación que usted. Si es racional que usted confiese, también es racional que él lo haga. De manera que ambos terminarán con ocho años de cárcel. Mientras que, si ninguno de los confiesa, ambos serán liberados en seis meses. ¿Cómo es posible que la elección que parece racional para ambos, individualmente -es decir, confesar-, les deje en una situación peor de la que sufrirán si ambos deciden no confesar? ¿Qué debería hacer usted?”

    • Temporización: Dos sesiones de unos 50 minutos.

Observaciones: Hay que asumir que el dilema del prisionero no tiene solución porque cuando uno escoge individualmente lo que más le conviene puede darse que el otro elija de la misma forma y ambos terminen en una situación peor que la que se hubiera dado si hubieran pensado en el interés colectivo.

Hay que explicar a los alumnos que este tipo de situaciones puede asemejarse a lo que ocurre en la vida cotidiana. Cuando uno queda atrapado en un atasco de tráfico, se hubiera producido un beneficio colectivo en caso de utilización del transporte público.

Los programas de ordenador revelan que en juegos que simulan situaciones parecidas a la del dilema del prisionero lo mejor es cooperar al principio y luego hacer lo que el otro jugador hizo en el movimiento anterior.

También habría que explicar a los alumnos cómo a lo largo de la historia evolutiva del ser humano ha sido la cooperación la que nos ha permitido cooperar.

IV. Libros donde encontrar actividades:
  • López Cassà E. (Coord.), Bisquerra R. et al. (2007). Educación emocional. Programa para 3-6 años. Wolters Kluwer.
  • Renom, A. (Coord.), Bisquerra, R. et al. (2008). Educación emocional. Programa para educación primaria (6-12 años). Wolters Kluwer.
  • Pascual V., y Cuadrado M. (Coords.), Bisquerra R. et al. (2007). Educación emocional. Programa de actividades para la Educación Secundaria Obligatoria. Wolters Kluwer.
  • Güell M., Muñoz J. (Coords.), Bisquerra R. et al. (2011). Educación emocional. Programa para la educación secundaria postobligatoria. Wolters Kluwer.
V. Información complementaria
 2. Competencias emocionales
Referencias:
  • Bisquerra, Rafael (2012). Orientación, tutoría y educación emocional. Síntesis de Jesús C. Guillén

Este contenido ha sido publicado originalmente por Inclusión y Calidad Educativa en la siguiente dirección: inclusioncalidadeducativa.wordpress.com



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