Maestros al servicio de la educación

Emilio Calatayud: Después del confinamiento, los padres valoraran más la labor de los maestros

Emilio Calatayud se licenció en Derecho en la Universidad de Deusto, y se inició la carrera judicial, fue destinado primero a Tenerife y más tarde a Granada, donde alcanzó el grado de magistrado. Es titular del Juzgado de Menores de Granada y decano de los juzgados de esta ciudad que ha suscitado mucha polémica siempre por dictar sentencias basadas en la educación y trabajo social en lugar de la privación de libertad.

Algunos de los ejemplos de sus sentencias más polémicas son: impartir 1000 horas de clases de informática a estudiantes a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 euros, 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a un policía local por haber conducido temerariamente y sin licencia o 50 horas dibujando un cómic de 15 páginas, en el que cuenta la causa por la que le condenaban.

Ha publicado libros sobre sus propias sentencias, calificadas de ejemplares y educativas.

Es esta oportunidad queremos compartir con fines únicamente educativos una entrevista realizada por CARLOS MORÁN y publicada en el portal IDEAL (España), donde el juez Emilio Calatayud de 64 años comenta sobre la cuarentena y la valoración hacia los profesores.

Esperamos que la siguiente entrevista sirva de reflexión para los padres de familia, las autoridades educativas y comunidad en general.

¿Cómo ha pasado la fase del confinamiento total? ¿Se le ha hecho muy cuesta arriba?

Personalmente, lo he pasado bien. El inicio del confinamiento me coincidió con la baja por la operación del cáncer de próstata, así que me ha servido para terminar de recuperarme. No he hecho nada y luego he descansado. Me he aburrido, porque también me gusta aburrirme. Estoy muy bien, valorando lo que significa la libertad. Eso a nivel personal, pero como ciudadano estoy muy preocupado por la situación sanitaria en España, por los muertos… Y por esto estoy reclamando el luto nacional. Y a nivel económico, estoy preocupado por lo que se nos viene encima.

¿Cree que el mes y medio que han pasado encerrados los chavales les pasará algún tipo de factura psicológica?

En general, no creo que haya facturas graves. Al revés, van a valorar más y mejor lo que tienen. Los chavales normales, entre comillas, no van a tener ningún trauma. También es verdad que hay muchos chicos que habitualmente lo pasaban mal en sus casas y el colegio era su liberación. Porque hay casas en las que se viven auténticos dramas: malos tratos, pobreza… Estos chavales sí han sufrido mucho más el confinamiento. Y me imagino que también se habrá agravado el problema de los hijos que agreden a sus padres, pero aún no lo sabemos. Habrá que esperar a que acabe el confinamiento para ver si llegan más denuncias. Pero me temo que sí van a aumentar.

De hecho, hay chicos que, aunque parezca ciencia ficción, no tienen conexión a internet, ¿cree que las aulas virtuales han aumentado la brecha social y educativa entre los jóvenes?

Por supuesto que sí. Y no entiendo la postura de Educación, del ministerio y de las consejerías: hay muchos chavales que no tienen internet. Pero esos chavales, dentro de su pobreza, han sido unos privilegiados: no se han contaminado por tanta mierda que tienen las nuevas tecnologías.

¿Qué les dice a los padres que se lamentan porque sus hijos han ‘perdido’ un trimestre del curso escolar?

Lo que lamentan los padres es que tienen que aguantar a los hijos todo el día, ja, ja, ja. Cuando acabe el confinamiento, los padres van a valorar más la labor de los maestros.

Usted no ha ocultado nunca que fue un alumno muy malo, pero que esa ‘timidez’ para los estudios no le impidió ser juez. Se lo digo porque igual tiene que repetirlo estos días ante esa especie de alarma de que ‘ay los chavales no me están estudiando como antes del estado de alarma…’

Yo de chaval hice de todo: copié, me escapé de clase… No había droga, pero había futbolines. Vamos, que fui un tío normal. Y no fui un buen estudiante. Nunca disfruté estudiando. Que no se preocupen tanto los padres porque los chavales no estudien como antes de la alarma. Hay que reconocer nuestras debilidades. Yo lo hago. No admito la hipocresía: todos hemos hecho de todo, que no me cuenten milongas. Y he llegado a ser juez. Otros llegan a ser ministros…

¿Y eso es peor?

O quizá mejor, nunca se sabe, ja, ja, ja.

Jóvenes solidarios
En estos días, hemos visto a muchos jóvenes con iniciativas solidarias, prestándose a hacer la compra a ancianos, a llevarles las medicinas, a repartir alimentos a los más necesitados… parece que esta situación ha despertado el interés de los chavales por los demás y no tanto por los videojuegos o los ‘youtubers’…

Esta situación de pandemia despierta lo bueno de la gente, pero también lo malo. Y predomina más lo bueno. Confiemos en que ese espíritu solidario permanezca después.

Usted se distingue por hablar claro y llamar a las cosas por su nombre. ¿Cómo ha visto la actuación del Gobierno y de la oposición? ¿Están o han estado a la altura los políticos?

No creo que hayan estado a la altura de las circunstancias ninguno, pero, sobre todo, el Gobierno. No parece que piensen en los ciudadanos y en el país. Parecen que priman los intereses partidistas y las cuestiones personales. El Gobierno principalmente y los políticos no están dando la talla, pero la ciudadanía sí.

¿Qué opina de las críticas del vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias a los jueces por la sentencia condenatoria contra Isa Serra, una de sus compañeras de Unidas Podemos en Madrid? Ese hecho obligó al Consejo General del Poder Judicial a responder. ¿Es saludable la crítica aunque parta de un miembro del Ejecutivo o le apena?

Me entristece que el Consejo General no diera cuenta de ese hecho a la Fiscalía General del Estado. Y también lamento que el Ministerio de Justicia no haya adoptado esa medida. Creo que estas personas no saben qué es la separación de poderes. Me da pena.

¿Qué enseñanza cree que nos dejará el coronavirus?

Pues de forma individual, creo que muchas. Y espero que también de forma colectiva. Pero me temo que a los políticos no les va a dejar ninguna enseñanza.

¿Muy duro, no?

Es lo que pienso.

Este contenido ha sido publicado originalmente por IDEAL (España) en la siguiente dirección: ideal.es



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