Una preocupante denuncia de maltrato infantil ha salido a la luz en la comuna de Los Lagos, en la región de Los Ríos (Chile), generando conmoción y repudio entre la comunidad educativa. La familia de un niño de 5 años acusó a una educadora de párvulos de la Escuela Francia de encerrar al menor en una caja y sentarse encima de ella, en presencia del resto de sus compañeros de curso.
El relato familiar y la reacción de la comunidad
Según declaraciones entregadas por la tía del niño, Joselyn Diocares, el incidente habría ocurrido la semana pasada dentro del establecimiento. «Lo encerró dentro de una caja delante de sus compañeros y se sentó encima», relató la familiar al medio Biobío Chile. La situación fue descubierta gracias al testimonio de otros apoderados, quienes escucharon a sus propios hijos hablar del hecho. “Otras mamás le dijeron a la abuela del niño lo que la profesora había hecho, porque los mismos hijos de ellas se lo empezaron a comentar”, señaló la tía.
La indignación creció cuando, según la misma fuente, la educadora intentó justificar su actuar con argumentos falsos. “Después la profesora le dijo grandes mentiras a la abuela de mi sobrino: que el niño se había portado pésimo, como para ocultar lo que había sucedido dentro de la sala”, añadió Diocares.

Denuncia en Fiscalía e investigación administrativa
Frente a la gravedad del hecho, la abuela del menor —quien está a cargo de su cuidado— acudió a la Oficina Local de la Niñez de Los Lagos, la cual derivó la situación al Ministerio Público, presentando una denuncia formal en Fiscalía.
En paralelo, el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Valdivia emitió un comunicado informando que se tomaron medidas preventivas. Entre ellas, destaca el cambio de nivel de la funcionaria involucrada y el inicio de un sumario administrativo para investigar el caso y establecer las responsabilidades correspondientes.
Más denuncias y apoyo de apoderados

El hecho no sería aislado. Otros padres y apoderados del establecimiento expresaron su respaldo a la familia afectada, denunciando que sus propios hijos también habrían sido víctimas de episodios de maltrato por parte de la misma docente. Esta preocupación colectiva ha encendido las alertas en torno a las prácticas pedagógicas y el control institucional dentro del recinto.
La urgencia de proteger la infancia
Este lamentable caso pone en cuestión los protocolos de cuidado y la idoneidad profesional en el sistema educativo, especialmente en los niveles iniciales, donde el vínculo entre educador y estudiante debe ser de protección, respeto y contención emocional. La exposición de un menor a una situación humillante y agresiva no solo vulnera sus derechos fundamentales, sino que puede dejar secuelas profundas en su desarrollo psicológico y emocional.
Organismos de protección de la infancia, autoridades locales y comunidades educativas deben tomar este hecho con la máxima seriedad, asegurando una investigación transparente y sanciones ejemplares si se comprueba la veracidad de los hechos. No se puede permitir que espacios escolares —que deben ser seguros y formativos— se conviertan en lugares de violencia encubierta.
Un llamado a la responsabilidad institucional
Más allá de las medidas inmediatas, este caso debe servir como punto de inflexión para revisar los sistemas de supervisión, apoyo y evaluación docente en las escuelas públicas del país. La formación en habilidades socioemocionales, el monitoreo preventivo y el acompañamiento a educadores son claves para evitar que situaciones como esta se repitan.
En una etapa tan delicada como la primera infancia, no puede haber lugar para prácticas que denigren, violenten o silencien a los niños. El sistema educativo tiene el deber de responder con firmeza y transparencia, y la sociedad, la responsabilidad de exigirlo.
Redacción | Web del Maestro CMF






