La conmoción ha sacudido a Guatemala tras conocerse el fallecimiento del profesor Pedro Enrique Herrera Tello, de 70 años, quien murió luego de ser apuñalado presuntamente por una alumna de 12 años dentro de la Escuela Normal Mixta de Cambote, ubicada en la zona 11 de Huehuetenango. Los detalles revelados por el Ministerio Público (MP) han evidenciado la complejidad y gravedad de este caso que entrelaza la violencia escolar, la vulnerabilidad infantil y posibles antecedentes de abuso.
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El ataque y las primeras hipótesis
De acuerdo con la investigación preliminar del MP, los hechos ocurrieron hacia el mediodía del miércoles 23 de julio, cuando el docente y la menor se encontraban solos en el aula de quinto primaria, sección A. Vestida con el uniforme escolar, la niña habría utilizado dos cuchillos para atacar al maestro, provocándole al menos siete heridas en el hombro y brazo izquierdos, y en la ingle derecha. Después del ataque, la menor huyó del lugar.
Varios minutos más tarde, otros alumnos y docentes alertaron sobre el incidente. El profesor fue trasladado en estado delicado a un centro asistencial privado en Huehuetenango, donde falleció 12 horas después debido a la gravedad de sus heridas.
Posibles antecedentes: ¿defensa o ataque?
El Ministerio Público ha planteado dos hipótesis en torno al crimen. La primera apunta a un posible caso de acoso hacia la menor por parte del maestro. Según indicaron los fiscales, la niña no asistía a clases con regularidad, lo cual había sido motivo de atención por parte del personal docente y de su familia. Este dato, en sí mismo, podría haber sido un signo de alerta sobre situaciones de riesgo que la menor pudiera estar enfrentando.
La segunda línea de investigación considera posibles antecedentes de violencia en el entorno familiar de la menor. Su madre, según la información recabada por el MP, trabaja como sexoservidora en el municipio y actualmente la niña vive bajo el cuidado de su abuela. Esto la ubica en un contexto de alta vulnerabilidad social y emocional.
Protección y responsabilidades legales
Debido a su edad, la menor no puede ser procesada penalmente, según lo establece la legislación guatemalteca. Por ello, la Procuraduría General de la Nación (PGN) intervino para garantizar su protección. La procuradora general en funciones, Rita Castejón, informó que una delegación se desplazó hasta el lugar para verificar el estado de salud de la menor, quien permanece internada, aunque no se especificaron los motivos médicos de su hospitalización.
Castejón también aclaró que, aunque el caso podría derivar en una situación de adolescencia en conflicto con la ley, esa dimensión debe ser abordada por otra entidad. Mientras tanto, la PGN continúa brindando el acompañamiento correspondiente desde su delegación en Huehuetenango.
Condena oficial y llamado a la paz
El Ministerio de Educación (Mineduc) lamentó profundamente los hechos y expresó su repudio absoluto a cualquier tipo de violencia, especialmente aquella que afecta a miembros de la comunidad educativa. A través de un comunicado oficial, la institución señaló que está a la espera de información oficial para definir las acciones de protección pertinentes.
“Reafirmamos nuestro compromiso con el cuidado de la integridad de quienes forman parte del sistema educativo nacional y con el fortalecimiento de una cultura de paz en todos los centros educativos del país”, concluyó el Mineduc.
Reflexiones necesarias
Este caso no solo expone una tragedia individual, sino que refleja las profundas fracturas que atraviesan el sistema educativo, el entorno familiar y las redes de protección social en Guatemala. La situación de la niña —marcada por la pobreza, la inestabilidad y posibles antecedentes de abuso— merece una atención seria y sostenida por parte de las autoridades, no solo para esclarecer los hechos, sino para prevenir que situaciones similares se repitan.
Asimismo, la muerte del profesor Herrera Tello —quien tenía una larga trayectoria docente— nos recuerda que las aulas también pueden convertirse en espacios inseguros si no se detectan a tiempo los signos de alerta. La responsabilidad del sistema educativo, de las instituciones de protección y de la sociedad en su conjunto es ineludible.
La muerte de un maestro y el presunto involucramiento de una niña de 12 años en un acto tan extremo deben llevarnos a cuestionar qué tipo de escuela, comunidad y país estamos construyendo. La justicia deberá esclarecer los hechos, pero más allá de lo legal, es urgente una mirada integral que incluya prevención, contención emocional, acompañamiento familiar y una cultura escolar basada en el respeto, el cuidado y la empatía. Solo así podremos evitar que el aula, lugar destinado a formar, se convierta en escenario de tragedias.
Redacción | Web del Maestro CMF







Qué hacía un señor de 70 años aún dando clases, quizá le gustaba abusar de sus alumnas
Así es. No conocen el tremendo peso de esta profesión.
Culpa del maestro…..ahí termina todo….que los daños de dejar trabajo escolar estreso a la niña…y que por eso actuó en defensa luego que el maestro abuso…novela de todos lados en contra del maestro…..
Que muera ella también la mal nacida por maltita matona no se debe de tener consideración con una matona 🥵
Y los papás ????????????