Maestros al servicio de la educación

[Ernesto González] Servir o servil

Cuando asiste a un lugar como puede ser un supermercado, una institución educativa, empresa, gasolinera, hospital, debe existir la persona que te atiende cualquiera sea el lugar desde que entras al local, así como si fuese el caso de alguna dependencia o área que visitas o asistes.
Para atenderte no debe haber edades – espectacular que algo tan sencillo como al cruzarte con alguien, te dé y des los buenos días o al menos con una sonrisa – para demostrar una norma de educación ser servicial, entiéndase “Que sirve con atención y diligencia”; “Que siempre está dispuesto a hacer favores, ayudar y satisfacer a los demás”

Dar un buen servicio, evidencia sin duda alguna “la cara” de la empresa y en general institución que te brinda dicho servicio, que se manifiesta no solo con la palabra de la persona o de las personas, sino además con el porte de la persona, la vestimenta, la limpieza e higiene del local y alrededor del mismo.

Una persona que tenga la función de servir (¿quién no?), debe de tener un conocimiento necesario y suficiente para dar una respuesta positiva que satisfaga la interrogante del usuario, que de no poderlo hacerlo, al menos indicar la instancia con la cual podrá comunicarse y ser atendida lo antes posible y en la medida de las posibilidades evitando por supuesto la burocracia. “Venga mañana o llame, que la persona que usted solicita, no está en este momento”

¿Y en el caso de servil? Si bien etimológicamente servir y servil provienen de la misma raíz “al servicio de”; profundicemos con su acepción o significado: Persona que muestra una actitud exageradamente humilde y servicial ante los superiores o poderosos, generalmente para obtener un beneficio; ¿sinónimo? Adular.

Indiscutiblemente lo aprecio como dos palabras antagónicas, una un valor, la otra un anti valor; una persona en cuya responsabilidad está acatar orientaciones sin tener criterio alguno, independientemente del puesto de trabajo y las funciones inherentes al cargo, sus aportes serán nulos, será una máquina de decir sí a todo; Tal vez la excepción la sean las instituciones vinculadas al cuido del orden, pensando en aquellos que no tienen responsabilidad alguna, sino ejecutar justamente órdenes.

Todas las personas tienen derecho a opinar, y sobre todo para aquellos que ocupan responsabilidades y orientan y orientan, siendo comunicador de un “solo lado”, por favor pida criterios, escuche, retroaliméntese al menos con su círculo más estrecho y no solo “con la almohada”; es más no escuche aplausos de un solo lado, no se engañe, ello no ayuda para nada.

Una persona que sirve debe ser diligente y dar respuestas con prontitud; una persona servil evidencia una baja estima y sumisión. Es posible que hayamos sido serviles en algún momento, que si bien no es pecado mortal, pero realmente piensa y cambia, reconduce tu comportamiento, tus metas y tus prioridades y serás una mejor persona.


Autor:
Ernesto Gonzalez , ciudadano nicaragüense, nacido en Cuba.
Experiencia laboral:
Lic. en Ciencias Pedagógicas con mención en química. 40 años de experiencia como docente en los niveles de educación media y superior; cursos de posgrado propios de la especialidad y en pedagogía; autor de libros de texto para la enseñanza media tanto en ciencias naturales, como sociales. Articulista para los periódicos La Prensa, El Nuevo Diario (nicaragüenses 2000-2008), actualmente para el periódico El Siglo 21 guatemalteco.
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de twitter: @gonzlez_ernesto

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