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Profesor es baleado frente a alumnos y apoderados en Calera de Tango: Desconocido irrumpió en plena clase

La violencia irrumpió sin previo aviso en un espacio de aprendizaje, disciplina y respeto. Un profesor de karate fue atacado a balazos en plena clase frente a niños y apoderados, en un hecho que ha conmocionado profundamente a la comunidad de Calera de Tango, Chile. El ataque, ocurrido el jueves 24 de abril alrededor de las 19:30 horas, tuvo lugar en el Estadio Municipal de la comuna, al interior de una sala multiuso donde se desarrollaba un taller de artes marciales.

La víctima, Claudio Báez Rubio, instructor de karate con más de 20 años de experiencia y campeón panamericano, se encontraba impartiendo su clase habitual cuando un sujeto ingresó al recinto preguntando directamente por él. Según testigos, el agresor —un hombre aún no identificado— caminó hasta el lugar, identificó al profesor y disparó a quemarropa al menos seis veces, frente a una decena de menores y dos apoderados presentes.

Una agresión directa y premeditada

Los relatos coinciden: el atacante no actuó al azar. Preguntó directamente por «el líder del grupo» y tras identificarlo, disparó sin mediar palabra. Luego, huyó rápidamente del lugar. El profesor Claudio Báez, de 56 años, fue trasladado en estado crítico al Hospital Parroquial de San Bernardo, donde permanece en condición de riesgo vital.

Este hecho no solo ha generado estupor en la comunidad educativa y deportiva de la comuna, sino también ha abierto un profundo cuestionamiento sobre la seguridad en espacios públicos destinados a la formación y recreación de niños, niñas y adolescentes.

Falta de vigilancia y cámaras fuera de servicio

Una de las aristas más preocupantes del caso es que las cámaras de seguridad del recinto estaban inoperativas al momento del ataque, producto de una falla técnica. Así lo confirmó la alcaldesa de Calera de Tango, Hortensia Mora, quien además expresó públicamente su consternación por lo ocurrido:

“Claudio es un profesor muy querido por todos nosotros. Esto ha sido devastador, estamos haciendo todas las gestiones legales para encontrar al responsable”, declaró.

La investigación en curso

La Brigada de Homicidios de la PDI y el Laboratorio de Criminalística se encuentran a cargo de las pericias en el lugar, junto con la Fiscalía contra el Crimen Organizado y Homicidios, que lidera la investigación. Hasta ahora no existen registros de amenazas previas, denuncias formales ni antecedentes policiales asociados al profesor, lo que hace aún más desconcertante la hipótesis del ataque.

El fiscal Leonardo Tapia, a cargo del caso, señaló:

“Este hombre ingresó al lugar con un objetivo claro: encontrar y atacar al profesor. No hay antecedentes ni denuncias que expliquen este ataque. Eso es lo que más desconcierta.”

Las líneas investigativas no descartan la posibilidad de un ajuste de cuentas o una rencilla personal, aunque no existen pruebas concluyentes por el momento. La policía realiza empadronamientos en el sector y revisa cámaras de otros recintos cercanos, con la esperanza de identificar al autor, quien hasta el cierre de esta edición sigue prófugo.

Suspensión de clases y miedo en la comunidad

A raíz del impacto del hecho y su cercanía con el colegio colindante al estadio, se decidió suspender las clases en dicho establecimiento. Muchos de los estudiantes que asisten a ese colegio también eran alumnos del profesor Claudio, por lo que el trauma generado ha tenido un alcance mucho mayor.

Este crimen no solo deja a un educador en estado grave, sino que también hiere a toda una comunidad que lo conocía, respetaba y confiaba en él. La sala donde solían resonar los kiais, señales de fuerza y autocontrol, quedó marcada por el eco de los disparos.

Un llamado urgente a proteger los espacios educativos

Este trágico hecho expone una herida abierta: la falta de seguridad en espacios destinados a la formación de menores, en particular en sectores donde la infraestructura pública no cuenta con los recursos mínimos de vigilancia. Pero también plantea una necesidad aún más profunda: resguardar la labor de quienes, como Claudio, dedican su vida a formar no solo atletas, sino también personas.

La comunidad espera respuestas, justicia y, sobre todo, garantías de que espacios como este no volverán a convertirse en escenarios de violencia.

Hoy, la vida de un maestro pende de un hilo. Mañana, el compromiso debe ser colectivo: ni uno menos, ni un aula más convertida en zona de riesgo.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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