Maestros al servicio de la educación

[Ernesto González] ¿Por qué el lunes?

Alguien con el cual me iba a reunir, habiendo consensuado previamente un punto de agenda al vernos agenda en mano, tras la bienvenida me planteó “…vamos primero a lo primero…” lo cual implicaba una decisión de su parte, no prevista. Frase que me llamó la atención catalogada como interesante, la cual emplearé en esta ocasión para referirme a ¿por qué siempre comenzamos la semana por el lunes? Para algunos odiado, en el caso de otros algo nuevo, sorprendente; para muchos un día más de vida.
Cuenta la historia que los días de la semana fueron nombrados desde la era romana (Siglos I -III) relacionados con los siete planetas de la astronomía clásica, por ejemplo: lunes = Luna (satélite de la Tierra), martes = Marte, miércoles = Mercurio, jueves = Júpiter, viernes = Venus; en el caso del sábado y domingo, deben su nombre al planeta Saturno y al astro Sol respectivamente.

Usualmente retomar un nuevo inicio de semana anímicamente, dependerá de muchos factores: ¿qué quedó pendiente de la semana anterior o algo previsto y planificado con un rango mayor de tiempo?, ¿problemas personales, que equívocamente aunque complejo se trasladan al centro de trabajo?, ¿una reunión en quién la preside no escucha, no acepta reflexionar? y usted lo cataloga como una pérdida de tiempo. Indiscutiblemente que todo lo anterior genera estrés, incertidumbre, predisposición, inclusive rechazo.

No suele suceder lo mismo cuando es el primer día de clases (enseñanza media, universitaria) donde se conocerán a los nuevos compañeros y compañeras, el personal docente, las autoridades; muy similar en el caso del primer día de trabajo, donde te plantean que te presentes el lunes. Es más posiblemente esa fecha quede registrada en su historia. En esta situación se repiten algunas emociones: estrés y surgen nuevas como son la alegría, sorpresas.

¿Y para aquellos que no suelen descansar ni sábado, ni domingo, dado que la naturaleza de su trabajo no lo permite?: hospitales, gasolineras, hotelería, turismo y que decir de mi gremio: educación, donde deben prepararse las clases, tener lista la entrega de las evaluaciones realizadas, los pendientes como son quienes no asisten regularmente y la necesidad de contactarlos lo antes posible, labor intrínseca permanente en la formación de valores.

Y me falta el rol de la persona que labora 24/7, mamá, abuela, tía, muchas de ellas que a la par de su trabajo, tienen este otro “trabajo”, la limpieza del hogar, la preparación de la cena, el desayuno, el refrigerio que los menores llevarán al colegio, pendientes del uniforme listo, si las tareas fueron realizados en tiempo; nota: no quiero ser excluyente en hombres que realizan esta labor como integrante del núcleo familiar.

Es cierto que es necesario descansar, el cuerpo lo requiere; no todo puede ser trabajo, pero si usted en su labor cotidiana organizada, planificada, teniendo en cuenta los posibles imprevistos, sea Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno o Sol, lo disfruta, se lo reconocen, se siente bien (y los demás), su vida laboral y personal donde afloren los mejores sentimientos, será una verdadera fiesta, será un día más de vida.

¡Pasen un buen día!

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Autor:
Ernesto Gonzalez , ciudadano nicaragüense, nacido en Cuba.
Experiencia laboral:
Lic. en Ciencias Pedagógicas con mención en química. 40 años de experiencia como docente en los niveles de educación media y superior; cursos de posgrado propios de la especialidad y en pedagogía; autor de libros de texto para la enseñanza media tanto en ciencias naturales, como sociales. Articulista para los periódicos La Prensa, El Nuevo Diario (nicaragüenses 2000-2008), actualmente para el periódico El Siglo 21 guatemalteco.
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de twitter: @gonzlez_ernesto

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