Las personas felices se esmeran en construir buenas relaciones

La felicidad es materia de estudio en la prestigiosa Universidad de Harvard, y es el doctor israelí Tal Ben-Shahar, experto en Psicología Positiva, quien tiene unos 1400 alumnos por semestre y 20% de los graduados de Harvard toman este curso electivo. Su asignatura se centra en la felicidad, la autoestima y la motivación, que les da a los estudiantes herramientas para conseguir el éxito y encarar la vida con más alegría.
“La ciencia de la felicidad” –como la llaman- permite el “estar en contacto con las necesidades internas y en armonía con el entorno, ser respetuoso con los ritmos del cuerpo y de la naturaleza, capaz de aprender de las dificultades y tener un fuerte propósito vital”; gracias al “mindfulness” o atención plena.

¿QUÉ NOS HACE REALMENTE FELICES EN LA VIDA, SEGÚN HARVARD?, y nos responde: “las buenas relaciones son las que hacen a las personas más felices y más saludables. […»se ha demostrado que la gente con mayores signos de felicidad fueron aquellos que se esmeraron en construir buenas relaciones, estar cerca de la familia, de los amigos y de su comunidad». […].  “Los conflictos realmente minan nuestra energía. Y quiebran nuestra salud». Y como educadores la relación con nuestros estudiantes y padres de familia, tiene una importancia vital, para tener una mejor gestión de los pensamientos, de las emociones y de las conductas.

¿Cómo lograr esa vida equilibrada? Aquí seis consejos:
1. Perdone sus fracasos. Es más: ¡celébrelos!

“Al igual que es inútil quejarse del efecto de la gravedad sobre la Tierra, es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”, añade el experto. Se trata de darnos el derecho a ser humanos y de perdonarnos la debilidad. Ya en el año 1992, Mauger y sus colaboradores estudiaron los efectos del perdón, encontrando que los bajos niveles de este hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.

2. No dé lo bueno por hecho: agradézcalo.

Cosas grandes y pequeñas. «Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista».

3. Haga deporte.

Para que funcione no es necesario machacarse en el gimnasio o correr 10 kilómetros diarios. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro, que mitigan el dolor y causan placer, según detalla el entrenador de easyrunningy experto corredor Luis Javier González.

4. Simplifique, en el ocio y el trabajo.

“Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”, propone Tal Ben-Shahar. Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no se refiere solo al trabajo, sino también al área personal y al tiempo de ocio: “Mejor apagar el teléfono y desconectar del trabajo esas dos o tres horas que se pasa con la familia”.

5. Aprenda a meditar.

Este sencillo hábito combate el estrés. Miriam Subirana, doctora por la Universidad de Barcelona, escritora y profesora de meditación y mindfulness, asegura que “a largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia”. El profesor de Harvard añade que es también un momento idóneo para manejar nuestros pensamientos hacia el lado positivo, aunque no hay consenso en que el optimismo llegue a garantizar el éxito, sí le aportará un grato momento de paz.

6. Practique una nueva habilidad: la resiliencia.

La felicidad depende de nuestro estado mental, no de la cuenta corriente. Concretamente, “nuestro nivel de dicha lo determinará aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones del éxito o el fracaso”. Esto se conoce como locus de control o ‘lugar en el que situamos la responsabilidad de los hechos’, un término descubierto y definido por el psicólogo Julian Rotter a mediados del siglo XX y muy investigado en torno al carácter de las personas: los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona; mientras que la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas, “casi mejor que se los quede otro”. Sin embargo, así perdemos la percepción del fracaso como ‘oportunidad’, que tiene mucho que ver con la resiliencia, un concepto que se ha hecho muy popular con la crisis, y que viene prestado originariamente de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora. «En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos”, afirma el médico psiquiatra Roberto Pereira, director de la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar.

Los padres de familia y los profesores, necesitamos ser personas sanas, no sólo físicamente, sino también espiritualmente; capaces de aprender a disfrutar de las pequeñas cosas, sabiendo afrontar los problemas con serenidad, contemplando el problema, pero también la solución y aceptar aquellas cosas que no se pueden cambiar. Cuánto bien hacen en la educación las personas que han logrado ese dominio personal, esa salud espiritual y la capacidad de transmitir energías positivas.

Estos son sus seis consejos principales para sentirse afortunado y contento:

¿Le interesa? Entonces no debe de dejar de leer la publicación completa: SEIS CLAVES PARA SER FELIZ, SEGÚN LA UNIVERSIDAD DE HARVARD.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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