«Durante los años transcurridos desde 2008, ha sido posible apreciar un interés creciente en el desarrollo de la alfabetización temprana y un aumento de las iniciativas públicas y privadas orientadas a generar experiencias y recursos en este campo», escribe Malva Villalón en la introducción de su libro «Alfabetización inicial: Claves de acceso al aprendizaje de la lectura y la escritura desde los primeros meses de vida» (Ediciones UC).
Se trata de la reedición de un texto publicado originalmente hace ocho años, en el que esta doctora en Psicología Evolutiva y de la Educación incorpora los avances del último tiempo en relación a la enseñanza efectiva del lenguaje oral y escrito. Para esta nueva versión del libro, la académica de la Universidad Católica contó con la ayuda de Paula Bedregal y Verónica Figueroa.
«Solo recientemente se ha aceptado que muchos de los procesos más importantes para el desarrollo de la alfabetización tienen lugar antes de que el alumno entre por primera vez en el aula», indica el texto, que nombra la presencia de una infección auditiva o la calidad de la interacción verbal entre niños y adultos, como ejemplos de aspectos que influyen en el aprendizaje.
«La investigación reciente ha destacado como un factor muy relevante la frecuencia de las actividades de lectura compartida entre padres e hijos, una influencia que ha sido explicada por el carácter dialógico de esta actividad, en la que el adulto utiliza un lenguaje más complejo que en otro tipo de conversaciones, definiendo, explicando y preguntando para facilitar la comprensión», se lee en el libro.
Forma de entretención
«Hay estudios que demuestran que un padre lector va a incentivar la curiosidad de los niños por relacionarse con un libro, ojear sus páginas y tratar de entender lo que dice. Demostrar interés por los libros o por lo que otros leen, y considerar la lectura como otra forma de entretención, es un camino más amigable para acercar la lectura a los niños», comenta Andrea Rolla, asesora de la Fundación Educacional Oportunidad, institución que se enfoca en la educación inicial.
«Una recomendación positiva es que la lectura no se convierta en una obligación o en una imposición para los niños, sino que sea una instancia placentera. La mayoría de nuestros recuerdos de la infancia se relacionan con el afecto y la diversión, por tanto, para que la lectura sea un hábito que provoque sensaciones placenteras de la infancia a la edad adulta, es necesario formar lectores desde el afecto», agrega la especialista.
En «Alfabetización inicial», Villalón indica que la alfabetización temprana no se plantea solo como un requisito para el aprendizaje de la lectura y la escritura en educación básica, sino como el fundamento del aprendizaje a través de toda la vida.
Por lo mismo, es necesario contar con educadoras capacitadas en el tema.
«Recientemente dirigí un proyecto de investigación acerca de la preparación profesional inicial de las educadoras de párvulos para enseñar el lenguaje oral y escrito. Pude comprobar el interés en este aprendizaje que existe en todos los programas de formación y en su incorporación en el currículum. Los cursos impartidos, sin embargo, difieren entre ellos y no necesariamente se traducen en oportunidades de práctica pedagógica consistentes con la formación recibida», cuenta la autora, quien cree que la educación de párvulos se ha visto dejada de lado.
«En la medida que la educación infantil temprana no es un tema prioritario en la agenda, tampoco lo es el aprendizaje inicial de la lectura y la escritura durante los primeros años. Las estudiantes que egresan no están suficientemente preparadas y tampoco las profesionales en ejercicio cuentan con programas de desarrollo», advierte Villalón.
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