No podemos insistir con un modelo que no funciona, que no creen en ella los directivos, docentes, ni alumnos

La crisis de la escuela en el Siglo XXI, “que hace agua por todas partes”, es el tema de un artículo publicado en el portal de INFOBAE, diario digital argentino de actualidad, y que compartimos con fines únicamente educativos – pastorales, por su importancia, actualidad y por las opiniones de tres distinguidos especialistas que iluminan el panorama de una escuela cuyo “formato que fue glorioso en la modernidad, pero que hoy parece estar agotado”.

Nuestro tiempo es caracterizado por cambios constantes y (en muchos lugares) domina la velocidad digital; entonces es normal que se hable de crisis en las instituciones que llevan tiempo instaladas en modelos de la sociedad industrial, como la escuela. La imagen clásica del maestro con el pizarrón, frente a un alumnado quieto, en silencio y ordenado, … parece que tiene un límite. En este artículo expresan su opinión, sobre este tema, Jorge Eduardo Noro, doctor en educación por la Universidad Católica de Santa Fe, Argentina; Jaume Sarramona, catedrático de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Barcelona, España; y Nancy Palacios Mena, magíster en sociología, especializada en educación, por la Universidad del Valle, Colombia. Tocan variadas características, pero el denominador común es, que hoy en día, está más claro que la escuela del Siglo XXI exige algunos cambios a la que tenemos.

La educación, como aspiración o como deseo imaginario, creo que sigue siendo valorada. Se sigue pensando que cuanta más educación, mejor”, opina la profesora argentina, Licenciada Inés Aguerrondo; y agrega “estamos frente a una crisis del modelo clásico de escuela y todo lo que se haga por mejorar ese modelo es poco. La propuesta clásica del maestro con el pizarrón, dando la clase tradicional, tiene un límite. Hoy en día está muy claro que ésa no debe ser la manera de enseñar” (LA NACIÓN, Argentina).

La socióloga Nancy Palacios opina: “La explicación de los docentes es que los alumnos no quieren estudiar, que las familias se están desintegrando y que los niños están desadaptados. Pero los jóvenes lo ven diferente. Dicen que lo que les enseñan los maestros no es interesante, que es aburrido. Entonces los intereses de los actores están enfrentados”.

“No va a haber una escuela del futuro con una única forma, sino que habrá múltiples maneras de llegar al final del camino, que puede ser la universidad. Muchos caminos: escuelas como las de ahora, otras mucho más abiertas, a distancia, familiares. Siempre garantizando el derecho de todo ciudadano a educarse”.

“No podemos insistir con un modelo que basta asomarse a una escuela para ver que no funciona, que no creen en ella ni los directivos, ni los docentes, ni los alumnos, que cuando se les pregunta para qué van dicen ‘porque nos obligan’, […] todo eso que está naturalizado, debe replantearse”.

¿Es la escuela de la sociedad industrial inválida para nuestra sociedad? ¿Las reformas educativas son recursos intangibles? ¿Qué diferencia hay entre la educación flexible y educación facilista? Le recomendamos leer el artículo completo: POR QUÉ LA ESCUELA TRADICIONAL ES UN FRACASO EN TODO EL MUNDO

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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