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¿Qué es la Evaluación Formativa y cómo ocurre?

La Evaluación Formativa, es una actividad sistemática y continua, que tiene por objeto proporcionar la información necesaria sobre el proceso educativo. En la entrega anterior tratamos la Evaluación como parte inherente del proceso educativo. En ese momento planteamos algunas ideas sobre el concepto y específicamente sobre la evaluación diagnóstica. En esta ocasión nos referiremos a la Evaluación Formativa.

Dependiendo de la etapa educativa en que nos encontremos, la evaluación puede cobrar diferentes significados, aunque la esencia de la evaluación es la misma: buscar información relevante en el alumno que nos ayude a comprender cómo se está produciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje, y tomar las decisiones pertinentes.

A continuación compartimos con fines educativos la publicación del portal educativo Educar Chile en donde detallan de manera clara y precisa todo lo referente a la Evaluación Formativa. Esperamos que sea de utilidad para la comunidad docente.

Evaluación formativa

La evaluación formativa es aquella que centra su intervención en los procesos de mejora, de manera que trata desde su inicio de incidir en ellos. Entendiendo que el concepto “formativa” se asocia a sumativa y diagnóstica, en tanto implican una función de la evaluación, es importante destacar que la evaluación diagnóstica puede considerarse una parte de la evaluación formativa.

¿Qué es la evaluación formativa?

La evaluación formativa es aquella que centra su intervención en los procesos de mejora, de manera que trata desde su inicio de incidir en ellos.  Entendiendo que el concepto “formativa” se asocia a sumativa y diagnóstica, en tanto implican una función de la evaluación, es importante destacar que la evaluación diagnóstica puede considerarse una parte de la evaluación formativa.

Evaluación formativa y sumativa no son tipos de evaluación efrentados u opuestos, conceptualmente la evaluación es un único proceso que a partir del momento o necesidad de aplicación adopta funciones diferentes. Su calidad estará determinada por la oportunidad del momento de aplicación, la adecuación a los objetivos y la capacidad de complementar enfoques, no a su calificativo o forma de nombrarla. En rigor, no son excluyentes y necesitan complementarse para lograr una forma integral y holística de evaluar procesos de enseñanza – aprendizaje en el aula.

Considerando que la evaluación siempre contempla el ciclo: obtención de información, formulación de juicios de valor y toma de decisiones, en el caso de la evaluación formativa esta debiera  ser orientadora, reguladora y motivadora.

Se utiliza preferentemente como estrategia de mejora y para ajustar sobre la marcha, los procesos educativos en miras de conseguir las metas u objetivos previstos. Es la más apropiada para la evaluación de procesos, aunque también es formativa la evaluación de productos educativos, siempre que sus resultados se empleen para la mejora de los mismos. Suele identificarse con la evaluación continua porque permite obtener información sobre el desarrollo del proceso educativo de todos los estudiantes a lo largo de un curso, permitiendo ajustar o reforzar ciertas acciones y, al mismo tiempo, tener claridad sobre  la trayectoria de aprendizaje y la ruta de logros con sentido de realidad, de manera previa al cierre de los ciclos escolares. La información que aporta esta función evaluadora debe dar herramientas tanto a los estudiantes, como a los docentes.

Características de la evaluación formativa 

Entre las características fundamentales de la evaluación formativa tenemos las siguientes:

  • Posibilita actuar sobre el sujeto que aprende poniendo de manifiesto  dónde se han producido los errores de aprendizaje, si es que los hay.
  • Permite observar con claridad la trayectoria que sigue un estudiante entre su situación de partida y su situación de llegada, respecto del logro de los objetivos de aprendizaje.
  • Es de carácter procesual y continua, porque permite reorientar prácticas de manera permanente.
  • Permite perfeccionar procesos y resultados de aprendizaje.

¿Cómo se articula la evaluación formativa a los procesos de enseñanza y aprendizaje?

La evaluación formativa no es un proceso independiente de los diseños de aula. Se implementa de manera articulada y paralela al desarrollo de las unidades y programaciones.

Técnicas e instrumentos de evaluación formativa

La evaluación formativa debe proporcionar al docente elementos de juicio suficientes para que pueda adoptar decisiones con garantía y rigor. Para ello, debe conocer las posibilidades de aprendizaje de cada uno de sus estudiantes, cómo están aprendiendo, su ritmo, sus dificultades y por tanto, debe acceder a reportes que puedan ser interpretados y retroalimentados y de ese modo, motivar, reforzar o proporcionar ayuda.

Es muy importante distinguir entre recursos didácticos e instrumentos de evaluación. Mientras los primeros facilitan al estudiante su proceso de aprendizaje, los instrumentos de evaluación son  utilizados por el profesor para recoger información sobre el desarrollo de ese proceso. Todos los instrumentos de evaluación son recursos didácticos, pero no todos los recursos didácticos son instrumentos de evaluación.

Técnicas para desarrollar evaluación formativa

    • Autoanálisis de prácticas docentes
    • Ensayos libres
    • Encuestas
    • Observación directa
    • Revisión de cuadernos
    • Corrección de actividades
    • Elaboración de proyectos
    • Desarrollo de técnicas de estudio
    • Implementación de programas de refuerzo
    • Uso de diarios del docente y el estudiante
    • Entrevistas a estudiantes, entre otras.

Instrumentos para el desarrollo de las técnicas de evaluación formativa

Deben ser acordes a las técnicas escogidas.

    • Escalas de observación
    • Listas de control
    • Pruebas o ejercicios de comprobación
    • Guías de laboratorio
    • Cuestionarios
    • Esquemas
    • Mapas
    • Producciones orales, plásticas o musicales
    • Actividades de aplicación, entro otros.

Aspectos a considerar en la implementación

  • Debe permitir al grupo reflexionar sobre el rendimiento, analizando los resultados y logros como punto de referencia para las evaluaciones posteriores.
  • Los análisis deben ser grupales e individuales.
  • Se debe establecer de manera conjunta procedimientos y estrategias de mejora.
  • Si la evaluación implica solo listar notas y puntajes los estudiantes no tendrán herramientas para mejorar.
  • Los estudiantes deben ofrecer sus conclusiones. Las fases de la evaluación formativa deben implementarse considerando que, tanto docentes como estudiantes, tienen observaciones importantes para analizar el proceso.
  • La toma de decisiones debe reflejar los acuerdos tomados de manera común y si esto implica ajustes en la programación o los métodos, tanto estudiantes como docentes deben percibir dicho ajuste.
  • Las acciones deben ser fruto del compromiso compartido, en función del logro de las metas de aprendizaje que se espera lograr.

No olvidar los propósitos centrales

La función formativa de la evaluación tiene por objeto: observar, acompañar y analizar los procesos y resultados de los estudiantes para identificar fortalezas y dificultades y determinar en función de ello acciones docentes de refuerzo.  Es fundamental que el estudiante en esa ruta se sienta apoyado, paulatinamente satisfecho, motivado y  dispuesto a hacer las cosas de otro modo si es necesario.

Durante mucho tiempo, los profesores prestaron atención casi exclusiva a la evaluación de resultados al finalizar una unidad de aprendizaje o el año lectivo, con el propósito de asignar una calificación y certificar. No se prestó la atención que se merece al desarrollo del proceso de aprendizaje y su evaluación. Se desaprovechaban, así, las posibilidades de corregir oportunamente los errores, recabar antecedentes para encontrar estrategias pedagógicas alternativas, atender a diferencias individuales, ajustar tiempos.

Retroalimentar el proceso de enseñanza-aprendizaje es fundamental para que los estudiantes alcancen los aprendizajes esperados, considerando sus diferentes ritmos, por eso se ha subrayado la necesidad de recuperar la evaluación de proceso en la práctica pedagógica. El proceso de aprendizaje adquiere importancia en la medida que conduzca efectivamente hacia los aprendizajes esperados y al logro de los objetivos que demanda el Marco curricular, cuya consecución representa el compromiso profesional que el profesor ha adquirido con sus estudiantes. En consecuencia, los resultados del proceso son muy importantes, pero también la evaluación sumativa lo es, pues nos informa sobre la calidad de los aprendizajes alcanzados al término del ciclo de enseñanza. No se puede evitar que la evaluación siga cumpliendo con una función estructural de certificación. La evaluación de los resultados finales del aprendizaje con intención sumativa es, por lo tanto, imprescindible. Tal como se mencionó previamente, ambos procedimientos no son excluyentes, sino necesariamente complementarios.

En síntesis, en términos de las funciones que cumple la evaluación dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, sólo si la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa operan en conjunto, se logra el equilibrio deseado y la evaluación puede constituirse en la herramienta que el profesor requiere para conducir su enseñanza de manera efectiva.

Diferencias entre  la evaluación formativa y la evaluación auténtica

Es común que se confundan los objetivos y utilidades de los tipos de evaluación que centran el discurso docente. Considerando que la evaluación auténtica es un referente que comienza a cobrar mucho interés en el espacio educativo, presentamos la diferencia entre ambas perspectivas.

evaluación formativa

Síntesis evaluación formativa

Objetivos:

    • Conocer el proceso de aprendizaje.
    • Proporcionar el apoyo pedagógico más adecuado a las necesidades del momento.

Funciones:

    • Seguimiento del ritmo de aprendizaje.
    • Constata el proceso de aprendizaje.
    • Permite modificar estrategias  en el proceso.

Para qué evaluar:

    • Tomar decisiones para mejorar el proceso: cambios en la metodología, nuevos recursos, refuerzos, remediales, etc.

Qué evaluar:

    • Progreso y déficits de los alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
    • Dominio de habilidades procedimentales y acitudinales.

Cuándo evaluar:

    • Durante el proceso, que normalmente se concreta en una unidad de programación, curso, ciclo o etapa.

Cómo evaluar:

    • Observación sistemática del proceso.
    • Instrumentos de recogida de información y análisis de resultados.

Referencias bibliográficas

    • Santiago Castillo Arredondo, Jesús Cabrerizo Diago. Prácticas de Evaluación Educativa: Materiales e Instrumentos. Pearson Educación, 2003.
    • Santiago Castillo Arredondo, Jesús Cabrerizo Diago. Evaluación educativa y promoción escolar. Pearson Educación, 2003.
    • Joan Mateo, Andrés. La evolución educativa, su práctica y otras metáforas Volumen 33 de Cuadernos de educación. Edición ilustrada. Horsori, 2000.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Educar Chile en la siguiente dirección: educarchile.cl

ENLACE DE LECTURA: EVALUACIÓN FORMATIVA



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