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Neuroeducación: por qué los estudiantes olvidan contenidos y qué hacer al respecto

Según otros expertos, la memoria no es como una librería a la que accedemos cuando necesitamos información, sino que es más como una telaraña que recolecta información y la distribuye en millones de neuronas que están conectadas. En un artículo que compartimos con fines educativos de Edutopya, en donde Youki Terada explica que nuestros cerebros están programados para olvidar, pero existen estrategias respaldadas por la investigación que puede utilizar para hacer que su enseñanza se quede.

Y del mismo modo compartimos del portal Universia (Argentina) 10 métodos para retener lo aprendido. El siguiente material será de mucha ayuda para la Comunidad de Docentes, para los padres de Familia y para los Estudiantes.

Por qué los estudiantes olvidan contenidos y qué hacer al respecto

Los maestros saben desde hace tiempo que la memorización mecánica puede llevar a una comprensión superficial del material que se olvida rápidamente. Pero una nueva investigación en el campo de la neurociencia está comenzando a arrojar luz sobre las formas en que los cerebros están conectados para olvidar: resaltar la importancia de las estrategias para retener el conocimiento y hacer que el aprendizaje se mantenga.

En un artículo reciente publicado en la revista Neuron, los neurobiólogos Blake Richards y Paul Frankland desafían la visión predominante de la memoria, que sostiene que el olvido es un proceso de pérdida, el lavado gradual de la información crítica a pesar de nuestros mejores esfuerzos por retenerla. Según Richards y Frankland, el objetivo de la memoria no es solo almacenar información con precisión sino también “optimizar la toma de decisiones” en entornos caóticos que cambian rápidamente. En este modelo de cognición, el olvido es una estrategia evolutiva, un proceso útil que se ejecuta en el fondo de la memoria, evaluando y descartando información que no promueve la supervivencia de la especie.

“Desde esta perspectiva, el olvido no es necesariamente una falla de la memoria”, explican Richards y Frankland en el estudio. “Más bien, puede representar una inversión en una estrategia nemotécnica más óptima”.

La curva de olvido

A menudo pensamos en los recuerdos como libros en una biblioteca, son archivados y accedidos cuando es necesario. Pero en realidad son más como telarañas, hilos de recolección distribuidos en millones de neuronas conectadas. Cuando aprendemos algo nuevo, por ejemplo, cuando un maestro le da una nueva lección a un alumno, el material se codifica a través de estas redes neuronales, convirtiendo la experiencia en un recuerdo.

Olvidar es casi de inmediato la némesis de la memoria, como descubrió el psicólogo Hermann Ebbinghaus en la década de 1880. Ebbinghaus fue pionero en investigación histórica en el campo de la retención y el aprendizaje, observando lo que llamó la curva de olvido, una medida de cuánto nos olvidamos con el tiempo. En sus experimentos, descubrió que sin ningún refuerzo o conexión con el conocimiento previo, la información se olvida rápidamente: aproximadamente el 56 por ciento en una hora, el 66 por ciento después de un día y el 75 por ciento después de seis días.

Curva del olvido de Ebbinghaus:

Entonces, ¿qué se puede hacer para preservar el arduo trabajo de la enseñanza? Después de todo, los imperativos evolutivos, que podan nuestros recuerdos de información extraña, no siempre se alinean perfectamente con los requisitos del plan de estudios o las exigencias de la era de la información. Aprender las tablas de tiempos no sirve cuando se trata de leones, en otras palabras, pero en el mundo moderno ese conocimiento ha demostrado su valía.

La persistencia de la memoria

El mismo circuito neuronal parece estar involucrado en el olvido y la memoria. Si eso se entiende correctamente, los estudiantes y los profesores pueden adoptar estrategias para reducir las pérdidas de memoria y reforzar el aprendizaje.

Los neurocientíficos del MIT, dirigidos por Richard Cho, explican los mecanismos para el fortalecimiento sináptico en un artículo de 2015, también publicado en Neuron. Cuando las neuronas se disparan con frecuencia, las conexiones sinápticas se fortalecen; lo opuesto es cierto para las neuronas que rara vez se disparan. Conocida como plasticidad sináptica, esto explica por qué algunos recuerdos persisten mientras que otros se desvanecen. El acceso repetido a una memoria almacenada pero que se está desvaneciendo -como una regla de la geometría o un hecho histórico crucial- reaviva la red neuronal que contiene la memoria y la codifica más profundamente.

Los investigadores también han aprendido que no todos los recuerdos nuevos son creados iguales. Por ejemplo, aquí hay dos conjuntos de letras para recordar:

  1. NPFXOSK
  2. ORANGES

Para los lectores de inglés, el segundo conjunto de letras es más memorable: cuanto más conexiones tienen las neuronas con otras neuronas, más fuerte es la memoria. Las siete letras en NPFXOSK parecen aleatorias e inconexas, mientras que ORANGES se beneficia de su contexto lingüístico profundamente codificado. La palabra ORANGES también invoca la memoria sensorial, desde la imagen de una naranja hasta su olor, y tal vez incluso conjura otros recuerdos de naranjas en su cocina o creciendo en un árbol. Recuerdas al juntar nuevos recuerdos sobre los cimientos desmoronados de los más antiguos.

Razones por las que los estudiantes olvidan contenidos:
  1. Déficit de consolidación de la memoria: El proceso de convertir la información en memoria a largo plazo a menudo es imperfecto. Si la información no se consolida adecuadamente, es más probable que se olvide.

  2. Falta de repaso: La falta de práctica y repaso de la información puede llevar al olvido. La memoria a largo plazo se refuerza mediante la repetición y el repaso a lo largo del tiempo.
  3. Falta de relevancia y significado: Si los estudiantes no pueden relacionar la información con su vida cotidiana o no encuentran significado en ella, es más probable que la olviden.
  4. Estrés y ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden interferir con la capacidad de recordar información. El exceso de estrés puede afectar negativamente a la memoria.
  5. Sobrecarga de información: Si los estudiantes se ven inundados de información sin tiempo para procesarla adecuadamente, es más probable que olviden gran parte de ella.
Qué hacer al respecto basado en la neuroeducación:
  1. Estrategias de enseñanza activa: Fomentar la participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje, como la discusión, la resolución de problemas y el debate, puede ayudar a consolidar la memoria.
  2. Espaciado y repaso: Utilizar la técnica de espaciado para distribuir el aprendizaje a lo largo del tiempo en lugar de acumularlo en una sola sesión. Además, el repaso regular de la información ayuda a fortalecer la memoria a largo plazo.
  3. Relación con la vida cotidiana: Conectar los contenidos con ejemplos de la vida real y situaciones cotidianas puede hacer que la información sea más significativa y, por lo tanto, más fácil de recordar.
  4. Reducción del estrés: Crear un ambiente de aprendizaje positivo y de apoyo puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que beneficia la retención de información.
  5. Enfoque en la comprensión en lugar de la memorización: Fomentar la comprensión profunda de los conceptos en lugar de la memorización superficial puede aumentar la retención a largo plazo.
  6. Tecnología educativa: Utilizar herramientas tecnológicas y recursos multimedia de manera efectiva puede ayudar a reforzar el aprendizaje y mejorar la retención.
  7. Evaluación formativa: Proporcionar retroalimentación constante y oportunidades para que los estudiantes practiquen y corrijan sus errores puede mejorar la retención y la comprensión.

Cinco estrategias para el profesor

Cuando los estudiantes aprenden una nueva información, crean nuevas conexiones sinápticas. Dos formas científicamente fundamentadas para ayudarlos a retener el aprendizaje son hacer tantas conexiones como sea posible, generalmente a otros conceptos, ampliando así la “telaraña” de las conexiones neuronales, pero también accediendo a la memoria repetidamente a lo largo del tiempo.

Lo que explica por qué las siguientes estrategias de aprendizaje, todas vinculadas a la investigación realizada en los últimos cinco años, son tan efectivas:

  1. Explicaciones de igual a igual: cuando los estudiantes explican lo que han aprendido a los compañeros, los recuerdos que se desvanecen se reactivan, fortalecen y consolidan. Esta estrategia no solo aumenta la retención, sino que también fomenta el aprendizaje activo (Sekeres et al., 2016).
  2. El efecto de espaciado: en lugar de cubrir un tema y luego continuar, revise las ideas clave a lo largo del año escolar. La investigación muestra que los estudiantes obtienen mejores resultados académicos cuando se les ofrecen múltiples oportunidades para revisar el material aprendido. Por ejemplo, los maestros pueden incorporar rápidamente una breve revisión de lo que se cubrió varias semanas antes en las lecciones en curso, o utilizar la tarea para volver a exponer a los estudiantes a los conceptos previos (Carpenter et al., 2012; Kang, 2016).
  3. Pruebas de práctica frecuentes: similar a la revisión periódica del material, la realización de pruebas frecuentes de práctica puede impulsar la retención a largo plazo y, como beneficio adicional, ayudar a proteger contra el estrés, que a menudo afecta el rendimiento de la memoria. Las pruebas de práctica pueden ser de bajo riesgo y no graduadas, como una prueba instantánea rápida al comienzo de una lección o una prueba de trivia en Kahoot, una popular plataforma de aprendizaje basada en juegos en línea. Desbloquear una prueba grande y de alto riesgo en pruebas más pequeñas durante varios meses es un enfoque eficaz (Adesope, Trevisan, & Sundararajan, 2017; Butler, 2010; Karpicke, 2016).
  4. Conceptos de intercalación: en lugar de agrupar problemas similares, confúngalos. La solución de problemas implica identificar la estrategia correcta para usar y luego ejecutar la estrategia. Cuando se agrupan problemas similares, los estudiantes no tienen que pensar en qué estrategias usar: automáticamente aplican la misma solución una y otra vez. Intercalar obliga a los estudiantes a pensar de pie y codifica el aprendizaje más profundamente (Rohrer, 2012; Rohrer, Dedrick y Stershic, 2015).
  5. Combine texto con imágenes: a menudo es más fácil recordar información que se ha presentado de diferentes maneras, especialmente si las ayudas visuales pueden ayudar a organizar la información. Por ejemplo, emparejar una lista de países ocupados por las fuerzas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial con un mapa de la expansión militar alemana puede reforzar esa lección. Es más fácil recordar lo que se ha leído y visto, en lugar de uno solo (Carney y Levin, 2002; Bui y McDaniel, 2015).

Entonces, aunque el olvido comienza tan pronto como ocurre el aprendizaje, como demuestran los experimentos de Ebbinghaus, la investigación muestra que existen estrategias simples y efectivas para ayudar a que el aprendizaje se mantenga.

1. Asociaciones clave

El conocimiento previo sobre un tema permite vincularlo con nuevos aspectos. Resulta más sencillo retener información si no se acumula demasiado, por lo tanto, es conveniente que repases lo que viste la clase anterior antes de asistir. La continuidad tiene efectos positivos sobre la memoria porque fortalecer conexiones.

2. Empujar la memoria

Antes de lanzarte sobre los libros y apuntes de clase, leé el índice de los temas y fíjate qué tanto recordás de cada uno. Cuando incluyas el material en el repaso, será más fácil comprenderlo porque tu memoria ya se vio forzada a recuperar parte de la información.

3. Memoria visual

Materiales educativos como videos, documentales, infografías, fotos, mapas y gráficos que precisan de la vista para utilizarse, ayudan a digerir la información más rápidamente. Además, los mensajes se transmiten con mayor rapidez y mejora la comprensión global. La participación de los sentidos en el proceso de aprendizaje hace más sencillo traer a la memoria un recuerdo. Acordate del famoso refrán: una imagen vale más que mil palabras.

4. Escritura a mano

Escribir las ideas en un papel requiere un mayor esfuerzo que hacerlo en una computadora, porque invertís más tiempo y el cerebro participa de manera más activa recordando las formas de las letras, ordenando el espacio físico de la hoja y agregando símbolos creados por vos para que oficien de guiños. Es un método ligado fundamentalmente con la comprensión.

5. Discusiones grupales 

Compartí con tus amigos lo que aprendiste, formando grupos de estudio en los cuales discutan los diferentes contenidos para explicarse mutuamente aquellas ideas que no terminan de comprender. Pueden recurrir a una reunión presencial o aprovechar las nuevas tecnologías para armar foros en Internet, grupos de Facebook o conversaciones de Skype o Hangouts.

6. Lectura en altavoz

Como dijimos anteriormente, involucrar diferentes sentidos en la retención de información te ayudará a recuperarla posteriormente. Leer en voz alta implica que tu vista y tus oídos están participando del proceso para aplicar los datos cuando sea necesario. Incluso podés apelar a este método cuando estudiás con otras personas, así todos concentran su atención al mismo tema.

7. Demostraciones

Si tenés un amigo o familiar que maneja lo que estás aprendiendo, pedile que te demuestre cómo aplica su conocimiento. Por ejemplo, aprender un programa de edición puede ser más sencillo si alguien te muestra cómo lo hace, lo mismo que una ecuación aplicada a la realidad o un concepto de contabilidad trabajado en un comercio real.

8. Puesta en práctica

Un conocimiento se adhiere a tu mente cuando lo utilizás con frecuencia. Los ejercicios en Internet, las conversaciones con hablantes nativos en el aprendizaje de idiomas, capturar imágenes con la cámara si estás aprendiendo fotografía, ejemplos de exámenes anteriores y otras herramientas, son ideales para aplicar este tip.

9. Enseñar

Cuando podés explicarle a otro lo que aprendiste, significa que adquiriste ese conocimiento y difícilmente lo olvides, a menos que jamás vuelvas a repasarlo. Enseñar implica un proceso de aprendizaje profundo y convertirte en docente por un rato podría ayudarte más que estudiar encerrado en tu habitación.

10. Aprender de los errores

Aunque no lo creas, equivocarse ayuda a incorporar un nuevo conocimiento y utilizarlo en el futuro. Entender cuál es el error y por qué lo cometiste, es un proceso que requiere diversos mecanismos combinándose para evitar repetirlo posteriormente. Tu actitud hacia la equivocación predice cuánto podrás aprender de ella, así que no te castigues cuando suceda porque tenés más chances de transformarlo en una lección que traerá ventajas en el futuro.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Universia (Argentina) en la siguiente dirección: noticias.universia.com.ar



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