Maestros al servicio de la educación

800 millones de niños navegan por la red

Hace pocos días apareció publicada la Declaración de Roma como conclusión del Congreso Mundial “La dignidad del niño en el mundo digital”, y tanto el texto leído por la joven irlandesa Muireann O’Carroll, como el discurso del papa Francisco, nos pueden servir de material para reflexionar sobre las redes sociales y su influencia, tan al alcance de los niños y jóvenes que tenemos en las aulas, en nuestras escuelas.

Nuestros estudiantes necesitan educadores (padres de familia y profesores) que les sean guías y ejemplo para que “con toda libertad” (según su edad cronológica) aprendan a “elegir el bien y a rechazar el mal”, y para que estén informados y protegidos de los riesgos que se facilita en internet. Si se toma un tiempo para leer y ver el video, esperamos que le sea útil, para Usted, sus hijos, sus alumnos y su comunidad, esta publicación.

«Todo niño tiene derecho a la dignidad y a la seguridad», empieza afirmando la Declaración de Roma, para luego advertir que «sin embargo, millones de niños sufren abusos y explotación en todo el mundo» y que «la tecnología, que ha cambiado nuestras vidas de muchas formas positivas, también se está utilizando cada vez más en la explotación de niños» (COPE).

Sugerimos leer completo el texto de la DECLARACIÓN DE ROMA: “UNA SOCIEDAD PUEDE JUZGARSE POR CÓMO TRATA A LOS NIÑOS”.

La Iglesia Católica se ha adherido al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible 2030 (Objetivo 16.2) para “poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas formas de violencia y tortura contra los niños”. En los últimos años, somos más los que nos vamos dando cuenta de no haber hecho lo suficiente para la protección de los menores, tenemos que comprometernos, “de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad, tanto dentro de ella como en toda la sociedad y en todo el mundo”. Los expertos deben de trabajar unidos para eliminar esta lacra. “Tenemos que hacerlo con determinación y con verdadera pasión, mirando con ternura a todos los niños que vienen al mundo, cada día y en todas partes, y que tienen necesidad sobre todo de respeto, pero también de cuidado y afecto para crecer en toda la maravillosa riqueza de sus potencialidades”.

Tenemos que proteger “la dignidad de los niños con ternura, pero también con gran determinación, luchando con todas las fuerzas contra esa cultura de descarte que hoy se manifiesta de muchas maneras en detrimento sobre todo de los más débiles y vulnerables, como son precisamente los menores”. “Un mundo, el ‘digital world’, en el que “estamos como admirados y fascinados por el maravilloso potencial que nos abren, por otra parte, sentimos temor y tal vez miedo, cuando vemos lo rápido que avanza este desarrollo”. Los niños representan más de la cuarta parte de los más de tres mil millones de usuarios de Internet, lo que significa que más de 800 millones de niños navegan por la red“. “Esta es la gran cuestión existencial de la humanidad de hoy frente a los diversos aspectos de la crisis global, que es al mismo tiempo ambiental, social, económica, política, moral y espiritual“.

“Debemos tener los ojos abiertos y no ocultar una verdad que es desagradable y que no quisiéramos ver, “se están propagando fenómenos extremadamente peligrosos”, como “la difusión de imágenes pornográficas cada vez más extremas”; “el creciente fenómeno del sexting entre chicos y chicas”; la intimidación o “sextortion”; “la captación a través de la red de menores con fines sexuales”; o “los crímenes más graves y estremecedores de la organización online del tráfico de personas, la prostitución, incluso de la preparación y la visión en directo de violaciones y violencia contra menores cometidos en otras partes del mundo”.

 

Y es que “la red tiene su lado oscuro, donde el mal consigue actuar y expandirse de manera siempre nueva y cada vez con más eficacia, extensión y capilaridad”. “Ante todo esto ciertamente nos quedamos horrorizados. Pero lamentablemente estamos también desorientados“.

No debemos “dejarnos dominar por el miedo, que es siempre un mal consejero”, ante tres grandes errores de perspectiva: subestimar el daño que causa a niños y adultos, pensar que son suficiente las soluciones técnicas automáticas y “una visión ideológica y mítica de la red como un reino de libertad sin límites“.

“Aquí no se trata de ejercicio de la libertad, sino de crímenes, contra los cuales debemos proceder con inteligencia y determinación, ampliando la cooperación entre los gobiernos y las fuerzas del orden a nivel global, en la misma medida en que la red se ha hecho global”. Se hace necesaria la conciencia social sobre la gravedad y hacer leyes apropiadas, a fin de “controlar el desarrollo de la tecnología, de identificar a las víctimas y perseguir a los culpables de crímenes”.

¿Qué hacemos para que estos niños nos puedan mirar sonriendo y conserven una mirada limpia, llena de confianza y de esperanza? ¿Qué hacemos para que no se les robe esta luz, para que esos ojos no sean perturbados y corrompidos por lo que encontrarán en la red, que será parte integral e importantísima de su ambiente de vida?”. Algunos textos tomados de FRANCISCO INSTA A “PONER FIN AL MALTRATO, LA EXPLOTACIÓN, LA TRATA Y TODAS FORMAS DE VIOLENCIA Y TORTURA CONTRA LOS NIÑOS”.

Si les interesa, aquí pueden acceder al DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN UN CONGRESO SOBRE “LA DIGNIDAD DEL MENOR EN EL MUNDO DIGITAL”

“La posibilidad de navegar libremente por todas partes del mundo puede excitar la curiosidad y hacer que se pierda mucho tiempo, si el usuario carece de pericia y autodisciplina” (Ángel Rodríguez Luño).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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