Maestros al servicio de la educación

Ser maestros con memoria agradecida, con deseos de seguir aprendiendo y sembradores de sueños

Soñar, tener ilusiones, con los ojos abiertos y a la luz del sol,pidió el Papa Francisco a los universitarios de Bologna (Italia)- para enriquecer la cultura, cultivar la esperanza y alcanzar la paz. Y considero, que es una hermosa invitación para todos nosotros los que estamos en este hermoso mundo de la educación, a tomar (una vez más) un “segundo aire”, con ocasión del Día Mundial del Docente, proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) desde 1994, y el lema de este año es “Enseñar en libertad, empoderar a los docentes”.

Es un día para recordar las palabras de Paulo Freire respecto al “gesto confiado del educador”, tan importante para vivir apasionadamente la vocación docente: “me daba una confianza aun obviamente desconfiada de que era posible trabajar y producir. De que era posible confiar en mí, pero que sería tan equivocado confiar más allá de los límites como era en ese momento equivocado no confiar”. Sólo podemos empoderar en la educación maestros apasionados y capaces de no dejarse robar la alegría de una vocación que desea realmente decir:

“Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.

Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!

Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas” (Gabriela Mistral, Oración de la Maestra).

El hombre o mujer, desde el fondo de su ser maestro, está convencido que debe ser aquel que cree y enseña a creer cuando muchos han dejado de creer, es el que anima a sus estudiantes a luchar “contracorriente”, a escuchar, a tender puentes, … estar convencido, a pesar de las muchas y tantas dificultades que su tarea no se agota en conocer la riqueza del arte, historia, filosofía, etc. Que nunca debe “bajar los brazos”, porque tiene la especial tarea de promover el ejercicio del “pensar” por encima del puro “asimilar” que permita tener ciudadanos menos manipulables, más creativos y constructivos, capaces de agradecer (algún día) a sus maestros con leyes sociales que revaloricen la tarea docente.

El maestro desde su formación inicial siente ese llamado existencial por conocer la historia de la educación, ese deseo existencial de reflexionar sobre el camino recorrido – con el corazón y con la mente – de tantos y tan buenos educadores. Esta es la primera tarea personal, en la consolidación de su vocación, para quien se siente llamado a ser profesor. ¡Qué bien hace conocer y valorar cómo hemos llegado hasta aquí!, porque “sólo se inventa mediante el recuerdo” ((Alphonse Karr). El buen maestro, por su capacidad de valorar agradecidamente el camino recorrido por otros, sabe cómo “sacar de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mt 13,52). Hacer memoria del camino realizado en todo el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, de la educación, ayuda tanto a no repetir los errores y a tener un fundamento para encontrar nuevos y mejores itinerarios de educación.

El maestro, como el “formador” de futuros mujeres y hombres auténticos, sabe que su rol social es acompañar a los niños y jóvenes en su proceso para desarrollar la estima de sí mismos, de amarse y sentirse amados; ayudar en el cultivo de ese llamado natural a deleitarse y respetar todo lo creado.

“Los maestros desarrollamos la ética del ser docente, en base a un proceso de reflexión permanente sobre las diversas concepciones axiológicas, que favorezcan nuestra acción pedagógica responsable y comprometida con la familia, la comunidad y la escuela…. Desarrollamos una profunda actitud empática y comprensiva, que nos permite disfrutar el trabajo con los niños”

Un saludo y un reconocimiento, desde el Web del Maestro CMF, para que hagamos desde este servicio (apostolado, lo laman algunos) un trabajo digno, que continuemos en esta carrera sabiendo los pros y los contras, convencidos que nada ni nadie nos robará ni las ilusiones, ni nuestra auténtica vocación. Les deseamos que sepan guardar en su corazón las alegrías de la misión cumplida, y dejemos, con el tiempo, paso a otras personas que quieran adquirir esta gran responsabilidad de tener en sus manos a la futura sociedad (cfPilar Estellés).

Gracias por animarnos mutuamente a vivir, a través de las redes sociales, nuestra vocación de servicio, a disfrutar apasionada y resilientemente la trascendental tarea docente, para crecer y ser maestros y maestras realizados, capaces de animar a los niños, los jóvenes, las familias y la comunidad, a hacer realidad la nueva civilización del amor, porque somos «¡artesanos de humanidad! ¡Y constructores de la paz y del encuentro!» (Papa Francisco).

“Me llevo el gran triunfo de saber que ustedes,
mis hijos, mis alumnos queridos,
representan en cada gesto, en cada andar, en cada vibración
pedazos de mí espíritu
que ahora ya son hombres seguros,
con ideales firmes y honestos” (Henry Binerfa Castellanos).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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