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[Pablo Boullosa] Fue un gran error de la educación del Siglo XX imaginar que las metáforas no tienen valor

El filósofo judío Maimónides (1135 -12049), escribió: “Has de saber que cuando una persona ha logrado cierto nivel de perfección y desea comunicarlo a otros, de palabra o por escrito, no acierta a ser tan explícito y sistemático como lo sería si se tratase de una ciencia cuyo método es bien conocido.

Tropieza en su afán de instruir a los demás con las mismas dificultades que hubo de vencer para indagar en el asunto; tan pronto la explicación parece luminosa, tan pronto oscura; y esta propiedad del tema parece que priva lo mismo cuando se trata del principiante que del sabio adelantado. Tal es la razón de que los grandes teólogos sólo den instrucción relativa a estos asuntos por medio de metáforas y alegorías. Si hubiéramos de enseñar estas disciplinas sin valernos de parábolas y figuras, nos veríamos obligados a recurrir a expresiones que, siendo a un tiempo profundas y transcendentales, no serían en cambio más claras e inteligibles que los símiles y las metáforas”. Esta reflexión, nos sirve de introducción para recordar que es una figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza.

La metáfora “proviene del concepto latino metaphora y éste, a su vez, de un vocablo griego que en español se interpreta como “traslación”. Es “la aplicación de un concepto o de una expresión sobre una idea o un objeto al cual no describe de manera directa, con la intención de sugerir una comparación con otro elemento y facilitar su comprensión” (cf Definición.de). La Real Academia de la Lengua Española lo define como “traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita”. “Es recurso retórico empleado por poetas y escritores para decir cosas lindas”, porque son parte de un procedimiento estilístico que consiste en transportar una palabra de un objeto al que la palabra se refiere a otro objeto, por medio de una comparación implícita – el llamar “león” a un hombre es una metáfora, y así, de manera similar, la “luz” de la inteligencia o la “flor de los años” (cf mundifrases.com).

El escritor y periodista mexicano Pablo Boullosa, declaró a BBC Mundo, que el idioma español es un instrumento potente que puede mejorar la educación en América Latina, pero no se aprovecha debidamente. Las metáforas enseñan a pensar, porque “es una herramienta que puede ser indispensable para la comprensión”. En el Siglo XX “uno de los grandes errores de la educación […] fue imaginar que los clásicos y la enseñanza tradicional ya no tenían valor”, y no sólo en la lengua española. “El asunto es que, si no somos más conscientes de las otras potencias de nuestra lengua, las desperdiciamos. Las lenguas, además, son destilados de sabiduría que recogen la experiencia de muchísimas generaciones anónimas”.

Cuando se enseña y se aprende ciencia, -afirma Boullosa- incluso ciencia dura como la química y la física, es muy importante usar las metáforas adecuadas que permitan su comprensión. “Para que esto suceda necesitamos partir de la semejanza con algo que nos resulte bien conocido. Por ejemplo, si se habla de los “agujeros negros” no es sólo por capricho, sino porque el concepto previo de agujero negro nos resulta familiar. La metáfora sirve para imaginarnos un cuerpo celeste cuyo campo gravitatorio es tan inmenso que se traga todo objeto, incluso la luz”. […] También “en neurociencia y psicología se habla de la ‘inteligencia ejecutiva’, por analogía con lo que hacen los ejecutivos de las empresas, que no hacen nada específico, como sí lo hacen los obreros, pero que otorgan dirección a lo que se hace”.

Además, advierte Boullosa, las metáforas son poderosas y por lo tanto también peligrosas, y por eso las usan a menudo los políticos y en mundo de la mercadotecnia. “El atractivo de una metáfora así es tan grande que para algunas mentes se vuelve una “oferta que no pueden rechazar”, para decirlo con una frase de El Padrino. Más vale que reconozcamos y utilicemos bien el poder de las metáforas“. Si deseamos enseñar a aprender, usemos la semejanza con algo que nos resulte bien conocido, porque –según el profesor Ramón Carrillo- las “verdades no deben ser dichas a los demás sino en lenguaje metafórico o parabólico, porque a la verdad desnuda no la comprende nadie o la entienden mal…”. El filósofo de educación irlandés Kieran Eagan, afirma que los idiomas son como una “cajas de herramientas” para la ‘comunicación con las demás personas’, pero también otras menos visibles, como la metáfora, las historias, el subjuntivo y el diálogo interior”

¿Qué cambios debemos hacer en la educación para que el español sea una herramienta y ayude a aprender a pensar? Bullosa afirma que “para avanzar [en educación] no basta la razón, lo que necesitamos también es avanzar con el corazón“, porque lo más importante es aprender a “desear lo deseable”. Pero “lamentablemente, hay mucha gente que pasa 20 años o más en el sistema educativo sin haber aprendido a desear lo deseable, no tiene sed de libros y de experiencias enriquecedoras. Es como si su corazón se rezagara”. Este es el camino que propone para enfrentar “el reto de la autonomía, que sabios del siglo XX y XXI, como Vygotsky y José Antonio Marina, han analizado a profundidad”.

“Necesitamos que la autoridad externa, primero de los padres y más tarde de los maestros y de la sociedad, se interiorice y se transforme en una autoridad interna, a la que podemos dar el nombre de voluntad libre individual”. ‘Sólo aquellos que han aprendido a desear lo que deben, viven como realmente quieren.’

Para mejorar nuestra destreza lingüística se puede seguir una regla básica que conocen bien los deportistas: “para mejorar es indispensable el entrenamiento exigente”; “leer y escribir más y mejor, sin olvidar la práctica de la expresión en voz alta“. Elijamos “lecturas difíciles, que nos presenten retos tanto a nivel tanto verbal como cognitivo, libros que amplíen nuestros horizontes y que, por su belleza estilística, por los problemas que iluminan, por las posibilidades que abren, y sí, también por su sintaxis y vocabulario, nos proporcionen un buen entrenamiento lingüístico“, señaló el escritor mexicano a BBC Mundo, para enseñar a aprender a pensar.

El artículo completo, fuente de esta síntesis, la puede Usted leer enla publicación de BBC Mundo: POR QUÉ LAS METÁFORAS (Y LOS TEXTOS CLÁSICOS) SON “HERRAMIENTAS INDISPENSABLES PARA APRENDER A PENSAR”.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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