Maestros al servicio de la educación

[ERNESTO GONZÁLEZ] ¿FAVORECE LA INDISCIPLINA AL DESARROLLO DE LA CLASE?

Posiblemente, no solo los y las docentes que son habituales lectores de esta columna, sino también padres y madres de familia, dirán al unísono un rotundo: ¡NO! Para profundizar analicemos algunas definiciones de la palabra Disciplina: 1. “Constituye la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien” 2. “Comportamiento en el cual el alumno se rige a las leyes del respeto hacia el profesor y con y para los compañeros del aula”. 3. La disciplina es la entrega de lealtad a ciertas condiciones impuestas por algo o alguien. ¿Y en el caso de indisciplina, su concepto? Se considera la deslealtad o irrespeto a ciertas condiciones impuestas por algo o alguien.

En una de las definiciones anteriores mencionamos “… algo o alguien” ¿Quiénes pueden ser éstos? Dos actores imprescindibles como una unidad en la enseñanza: educando – educador. El primero, quien deberá cumplir las normas establecidas por la institución, a través de un reglamento académico, exigidas por el segundo: el docente. ¿Lo anterior conduce a que siempre el docente tenga la razón? No necesariamente, pues ¿qué sucedería si la clase que se imparte resulta meramente expositiva, rayando en la monotonía?, ¿Y si llega –por algún factor externo ajeno al estudiantado- molesto al aula, e intenta dar en una clase lo que corresponde a un mes de clase?; ¿O que no proporcione el descanso (receso) entre las horas clases?, ¿O que llegue impuntualmente a clases?

[socialpug_tweet tweet=”¿Y en el caso del estudiante? ¿Qué sucedería si abusa de la confianza del docente inclinándose hacia comportamientos inadecuados tales como escuchar música…” display_tweet=”¿Y en el caso del estudiante? ¿Qué sucedería si abusa de la confianza del docente inclinándose hacia comportamientos inadecuados tales como escuchar música, chatear, estar más pendiente de lo que sucede fuera del aula, mal sentado afectando el mobiliario, mientras se imparte la clase?; ¿O cuando no cumple con su deber de estudiar, incumplimiento en la entrega de trabajos, no participar en clase o no asistir a clases, … entre otros comportamientos?”]

Todo lo anterior es indisciplina, producto de una falta de comunicación entre ambas partes. Y por otra parte se evidencia un problema serio, grave, que es la falta de autoridad del docente para mantener la disciplina. La autoridad del docente tanto en lo que enseña, como en el aula para mantener la disciplina y el orden en un grupo, son puntos clave para una buena educación. Si la autoridad falla, en cualquiera de las dos partes se pierde el control de grupo y es cuando la educación peligra.

¿Consecuencias posibles? Falta de respeto entre ambas partes y que finalmente, como suele ocurrir: “la cuerda se rompe por la parte más débil”; será el estudiante que no aprende, que no aplica lo aprendido, que no se pudo disciplinar, que no es consecuente con sus deberes de estudiante, … quedará aplazado.

[socialpug_tweet tweet=”Es muy importante darnos cuenta que en manos de los que somos docentes, está una riqueza social muy grande, como son los jóvenes. Los que trabajamos con…” display_tweet=”Es muy importante darnos cuenta que en manos de los que somos docentes, está una riqueza social muy grande, como son los jóvenes. Los que trabajamos con personas, (no con seres inanimados), en el mundo educativo, debemos ser conscientes que de nosotros depende en gran medida el que los niños y jóvenes logren su deseo de ser educados.”]

Es probable que alguno de nuestros estudiantes llegue a dedicarse también a la enseñanza y educación, en un futuro, y le sirvan nuestras habilidades y conocimientos transmitidos, siempre y cuando sean correctos, debidos y justos hacia su persona, para que recuerde su huella y llegue a ser un gran educador. ¿Tiene ejemplo usted profesor de ex estudiantes, que posteriormente han sido colegas suyos?


Autor:
Ernesto Gonzalez , ciudadano nicaragüense, nacido en Cuba.
Experiencia laboral:
Lic. en Ciencias Pedagógicas con mención en química. 40 años de experiencia como docente en los niveles de educación media y superior; cursos de posgrado propios de la especialidad y en pedagogía; autor de libros de texto para la enseñanza media tanto en ciencias naturales, como sociales. Articulista para los periódicos La Prensa, El Nuevo Diario (nicaragüenses 2000-2008), actualmente para el periódico El Siglo 21 guatemalteco.
Correo electrónico:
[email protected]
Cuenta de twitter: @gonzlez_ernesto

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